Para poner el broche al trigésimo ciclo “Los Toros en la Cultura” el aficionado tuvo ayer la oportunidad de presenciar una interesante mesa redonda en la que como el propio título indica se dialogó sobre la suerte de varas.
Atravesando momentos difíciles dentro del contenido de la mayoría de los festejos que hoy en día se dan, y en los cuales pasa por ser un trámite, en la noche de ayer quedó patente que la suerte de varas contiene matices y particularidades de gran riqueza taurina, resultando además trascendentales para entender la propia lidia como tal.
Para analizar tantos y tan interesantes aspectos la mesa contó con la presencia de tres picadores que protagonizaron dos horas de tertulia que habría dado para mucho más. El periodista Álvaro Ramos moderó muy acertadamente y de manera coloquial las opiniones de Ignacio Sánchez, Pedro Iturralde e Israel de Pedro.
Las conclusiones fueron evidentes: la falta de raza en el toro que se lidia hoy en día para que el espectáculo de la suerte de varas se produzca con mayor frecuencia. La ausencia de aficionados que sepan apreciar dicho aspecto de la lidia así como valorarlo como parte fundamental dentro de ella. La incapacidad en España de saber transmitir al espectador el interés por el tercio de varas. Se denunció también la existencia en el sector de los picadores del “pseudo-profesional” que lleva a cabo el oficio, durante los meses más álgidos de festejos para obtener un beneficio económico, restando profesionalidad al colectivo y perjudicando seriamente la situación en los aspectos económicos y laborales del gremio.
Aspectos relacionados con el peso y movilidad de los caballos, la doma de los mismos, los tentaderos, la situación de la cabaña brava actual, los entresijos que nos distancian de Francia como espectáculo etc., fueron algunos temas de los que se charló en la que fue una de las más interesantes tertulias taurinas de los últimos ciclos celebrados.
Antonio Espadas, presidente del Ateneo y también componente de la mesa ayer agradeció la colaboración de todos cuantos hicieron posible este trigésimo ciclo de tertulias taurinas, que esperamos se prolonguen en el tiempo por su valor didáctico de cara al aficionado, enhorabuena.