El corazón de La Mancha volvió a ser el epicentro taurino del final de temporada en la provincia de Ciudad Real. Ya son diecisiete las ediciones, de lo que consideramos el genial acontecimiento de cierre de temporada, que cada vez se afianza más como una cita indispensable, no solo para el aficionado de Alcázar, sino para el de diferentes puntos de la región. El “culpable” y propulsor de dicho festival, Oscar Castellanos supo combinar perfectamente en la presente edición, la veteranía y la juventud, con profesionales del toro, aficionados prácticos y las jóvenes promesas de la escuela taurina de la localidad alcazareña. Cabe destacar que por parte de la administración local, el apoyo a este festival es nulo en lo económico, por consiguiente, el consistorio opta por dar la espalda a un evento, que año tras año convierte a Alcázar en una cita cada vez más relevante y afianzada del calendario taurino, sinónimo de impulso económico para la hostelería y restauración de la localidad; “para hacérselo mirar”.

El festival, convertido en “clase magistral” por la participación de la escuela taurina de Alcázar, gozó de un ambiente caluroso y agradable, por la muy buena entrada en los tendidos (más espectadores que en muchas corridas de toros de la temporada) y los cuales arroparon en todo momento a los intervinientes.

En el aspecto ganadero, el festival ofrece además, un concurso de ganaderías de los diferentes hierros que participan. En este caso conformaron el plantel, novillos de El Ventorrillo, de Los Yébenes (Toledo), Luis Ramírez, de Santisteban del Puerto (Jaén), “Las Cuadrillas” propiedad de Oscar Castellanos, “Toros del Ojailen” de la familia Gallego de Brazatortas (Ciudad Real), Castillo de Azuel, de Cardeña (Córdoba) y otro de “Cumbres de Águila” de Ávila.

Desgranando en modo resumido el contenido artístico y ganadero del festejo, es de justicia destacar la presentación pareja y muy digna de todos los novillos, sobre los que destacaron los del hierro de “Castillo de Azuel” (1º) y El Ventorrillo (7º), bravos y enrazados ambos, con una gran transmisión el de Azuel y con un gran fondo de bravura y nobleza el de El Ventorrillo. Manejable y enclasado fue el de Ojailen (4º), noble hasta la saciedad el de “Cumbres del Águila” (6º) y con un recorrido y calidad tremendo por el lado izquierdo el de “Las Cuadrillas” lidiado en tercer lugar. El de Luis Ramírez (2º), más áspero en su recorrido y el quinto bis de Las Cuadrillas, una prenda que “pedía el carnet”.

Los toreros tuvieron a una novedosa revelación, en último lugar, Carla Otero, de la escuela taurina de Guadalajara, y ganadora del II certamen de la escuela taurina de Alcázar, que a pesar de su juventud, causó una gran impresión por su capacidad. El triunfador numérico del festival fue Oscar Castellanos, quien se vació una vez más ante sus paisanos para desorejar su enemigo y celebrar su último triunfo como soltero, ya que este sábado contraerá matrimonio con Leticia, una “guapa e improvisada presidenta” que le concedió el debido permiso previo a la faena de Castellanos.

El mexicano Alejandro Aceves, triunfador el pasado año, se antepuso a la dificultades del quinto, sufriendo una voltereta al comienza de la faena, que espoleó al torero charro, el cual dominó al animal, metiéndose en su terreno, exponiendo en cada tanda y haciendo la suerte de recibir de manera brillante.

El sevillano Angel Luis Carmona demostró un gran nivel ante el que abrió plaza. Lo recibió a “porta gayola” y le dio fiesta allá por donde el novillo le permitió, sobre todo por el gran pitón derecho del animal, dejando muletazos de gran categoría.

El director, compañero, más que amigo y “alma mater” de este portal taurino, volvió a ofrecer lo mejor de sí mismo. Con las facultades justas para citar, girar y embarcar las embestidas, fue capaz una vez más de llenar la escena, de embaucar a los aficionados y de hacernos disfrutar a todos los presentes por la vía de un toreo tan personal como único, y es que Manolito del Moral, siendo lo más objetivo posible, tiene un apreciado tesoro como virtud taurina, que es la personalidad.

Lalo de María y Rafael López, brillaron en sus respectivos novillos con sendas faenas cargadas de voluntad, valor y gusto. En el caso del francés, hubo naturales importantes al tercero, y en el caso del madrileño, confeccionó una de las faenas más redondas del festival, con un concepto clásico en su manera de hacer el toreo.

Como ilustre representación del toreo de plata de Ciudad Real, pusieron banderillas y largaron el percal de manera magistral Jorge Fuentes y Luis Carlos Castellanos, ambos divididos y multiplicados en las labores de auxiliar y confeccionar las embestidas de los novillos.

Los dos últimos animales fueron lidiados y banderilleados con brillantez por los alumnos de la escuela taurina de Alcázar de San Juan, la cual dirige Jaime Castellanos. Actuaron con solvencia, arrojo y torería Aaron Infantes, Daniel Comendador, Sergio García, Adrián Reinosa y Víctor Ribelles.

Los premios del festival recayeron en los siguientes galardonados:

Mejor novillo: “Toros del Ojailen”

Mejor faena: Carla Otero

Mejor par de banderillas: Alumnos de la Escuela de Guadalajara

Mejor brega: Adrián Reinosa

Plaza de Toros de Alcázar de San Juan. 1/3 de entrada.

Se lidiaron novillos de Castillo de Azuel, Luis Ramírez, Las Cuadrillas, Toros del Ojailen, Cumbres del Águila y El Ventorrillo. Bien presentados e interesantes todos ellos en su comportamiento.

Angel Luis Carmona: Palmas

Oscar Castellanos: Dos orejas

Lalo de María: Palmas

Manolito del Moral: Oreja

Alejandro Aceves: Oreja

Rafael López: Palmas

Carla Otero: Oreja.

Crónica: Víctor Dorado Prado.

Fotografías: ©Jesús Monroy.