El diestro local sale a hombros, tras destacar con el tercero de Virgen María, premiado con la vuelta al ruedo. Morante y Cayetano a oreja por coleta.

El concepto del tiempo para San Agustín, ya que ayer fue 28 de agosto, decía en su reflexión más popular: “sé bien lo que es, si no se me pregunta. Pero cuando quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé”. Viene a cuento destapar este asunto del tiempo, ya que el tiempo en los toros, sabemos bien lo que es. Es un matiz que pertenece a la liturgia taurina de sus fundamentos, con un peso importante, y el cual debe ser respetado y bien tratado por los responsables que organicen cualquier festejo taurino, así como por los profesionales que formen parte del mismo. Dicho esto, ayer la corrida de toros comenzó con más de veinte minutos de retraso y sin señalar (porque no dispongo de la información contrastada) a ningún culpable, creo que culpables son todos los intervinientes en el festejo, tanto organizadores como profesionales.

Entrando en lo acontecido, de nuevo se produjo el hecho más frecuente en plazas de tercera categoría, cuando se anuncian las llamadas “figuras del toreo”. El toro se infravalora, ellos andan por allí como si fuera un festival entre amigos y el público que va a divertirse, pues tampoco es que censure ningún comportamiento inadecuado; por desgracia, faltan aficionados. Espectadores si hubo, pero menos de los esperados, ofreciendo el tendido algo más de media entrada, en una tarde donde el casi lleno hubiera sido lo lógico y normal, tratándose además de una plaza como Tomelloso. Cabe destacar la presencia del diputado nacional de Vox por Ciudad Real, Ricardo Chamorro, en su apoyo incondicional a la tauromaquia por nuestras plazas de toros.

La corrida de “Virgen María” vino a sustituir la que se anunció en un principio del hierro de Torreherberos, por váyanse a saber el motivo. Desigual de presencia y desrazada en líneas generales a excepción del buen tercero, el cual fue premiado con la vuelta al ruedo, tras demostrar una bravura enclasada, que desarrolló principalmente en el último tercio.

Morante de la Puebla reapareció en Tomelloso tras más de quince años, hecho que no pareció verse reflejado en el ambiente, ya que el diestro sevillano no hace tanto, gozaba de ese aficionado/seguidor suyo que se confiesa bajo el “rito morantista”. A su primero le aplicó la receta de la “no inspiración” debido a la falta de empuje del animal, tirando por la calle de en medio el sevillano y escuchando algunos pitos. La voluntad de Jose Antonio lanceó de manera distinta al cuarto, y después de que “Lili” y Domínguez le dieran varios lances, lo pasó Morante a la verónica sin demasiado ceñimiento, salvo en la media de rigor, que en el caso de Morante, el rigor suele tener sabor del bueno. Juan José Domínguez, de la cuadrilla del lesionado Roca Rey, sustituyó al también lesionado Carretero, y al parecer no hubo demasiado entendimiento con las órdenes de su matador a la hora de bregar con el de Virgen María. En la muleta el viaje humillado del toro por el lado izquierdo fue visto por Morante, quien por momentos se la dejo muerta para tirar de el por naturales, sin llegar a redondear limpiamente alguna de las tandas. Más de media estocada desprendida para anotarse un trofeo, a la versión del Morante digno y voluntarioso.

Cayetano, sustituía a Roca Rey, y tampoco pareció que el nieto del genial Antonio Ordoñez fuera capaz de congregar en Tomelloso al público que se espera, cuando su nombre aparece en los carteles. Su primero tuvo tanto cuello en su fisonomía como falta de fuelle y motor. Quizá los tres puyazos en uno de Pedro Geniz, y la mala lidia hicieron el resto. El caso es que en la muleta faltaba toro y el contenido de la faena no pasó de un tono vulgar, con además el fallo reiterado con espada descabello. Ante el quinto saludó Cayetano genuflexo, sin nada de ajuste, largando telas. En el peto también se sumó “Chano” al tres en uno, metiéndole tres veces las cuerdas al rectificar una y otra vez. En banderillas pasaron apuros Rafael Rosa y Víctor Cañas, haciendo el primero varios gestos feos a la presidencia, a quien solicitaba el cambio con dos banderillas ¡seamos serios! De la faena de Cayetano, ante un toro muy venido a menos, poco bueno podría destacar. Muchos pases y no sé si algún muletazo. Dejó una estocada arriba al tercer intento, concediéndosele un inexplicable trofeo, por lo vacío del contenido de su actuación.

El torero local Antonio Linares veía cumplido su deseo de torear como matador de toros, en la que considerara a buen seguro su plaza. Linares se adentró en su debut de manera total, y durante toda la tarde se le vieron las claras intenciones de agradar a sus paisanos dando lo mejor de sí mismo. Tal era el deseo de conectar con el tendido y quizá los nervios de la ilusión de Linares, que recogió una ovación que el respetable destinaba a Cayetano tras la muerte del segundo, haciendo volver a Cayetano hacia el burladero, con la consiguiente guasa entre los compañeros de cartel. El de Tomelloso venía a por la tarde, estaba claro, y de rodillas recibió con la larga a su primero, un excepcional toro de Virgen María, el cual iba a ser el mejor compañero de viaje que Antonio Linares pudiera encontrar el día de su debut ante sus paisanos. La cuadrilla pareció contagiarse de esta inspiración local y se lucieron en las lidias de ambos toros, saludando montera en mano “El Azoreño”, Tornay y Hervás.

“Manifiesto” herrado con el número 43, iba a protagonizar lo mejor de la tarde, embistiendo de manera incansable de principio a fin, por abajo siempre y con un trazo largo y enrazado que pondría a prueba a Linares. El manchego lo cuajó por el pitón derecho en tres tandas rotundas, limpias y muy redondas, alargando el viaje y dejándola puesta para ligar y encajarse con el toro. Después con la zurda no hubo tanto compás o entendimiento, aunque la faena no bajo de intensidad. La estocada, arriba, tirándose muy recto, hacían rodar al animal así como flamear los pañuelos de un tendido entusiasmado con su torero. Dos orejas.

Ante el sexto, Linares cambió de registro, ya que su enemigo nada tenía que ver con su primero, y la faena se desarrolló en otras lides. Lo saludó por delantales, soltando una mano en el desajustado remate. Buen puyazo de Tomas Copete, y en la lidia de nuevo brillaron los miembros de su cuadrilla. Brindó a su mentor, Ramón Marta. Con “la pañosa” tiró de recurso el tomellosero, acudiendo a los terrenos de sol para contagiar, enredar y enjaretar un trasteo más superficial que profundo y con el que se inventaría una faena hacia el tendido, que le haría sumar una tercera oreja para su casillero.

Crónica: Víctor Dorado Prado.

Fotografías: ©Manuel del Moral.

Plaza de Toros de Tomelloso. 28-8-19. Más de media entrada. Tarde de calor soportable.

Se lidiaron toros de Virgen María, desiguales de presencia y faltos de raza y empuje a excepción del bravo y enclasado tercero, premiado con la vuelta al ruedo.

Morante de la Puebla, de grana y oro: Pitos y oreja

Cayetano, de tabaco y oro: Ovación y oreja

Antonio Linares, de nazareno y oro: Dos orejas y oreja.

Antonio Linares salió en hombros por la puerta grande. Saludaron montera en mano Francisco Javier Tornay y “El Azoreño” tras parear al tercero, y los mismos, más Miguel Hervás por la lidia completa al sexto.