El ejemplar aficionado e historiador taurino Críspulo Coronel Zapata pasó este pasado lunes por el Aula de Tauromaquia de la Universidad Popular de Almagro para rematar el monográfico dedicado en esta primera edición a la figura de José María Dolls Avellán, o lo que es lo mismo, Jose Mari Manzanares, torero de toreros con quien Críspulo mantuvo una estrecha relación durante gran parte de su carrera.

Coronel Zapata ha dividido el amplio, detallado y minucioso repaso a la vida y obra de Manzanares en tres sesiones ofrecidas a lo largo del curso, apoyándose siempre en una personal colección de imágenes. De manera cronográfica comenzó buceando en la infancia y el contexto familiar del torero alicantino, adentrando a los alumnos del aula en sus primeros pasos en el toreo, analizando sus años de novillero y una primera etapa como matador en una sesión celebrada antes de Navidad. Pocas semanas después continuó profundizando en la carrera del torero alicantino, partiendo de la temporada de 1984, especialmente dolorosa para Manzanares por la muerte de su amigo Paquirri, hasta terminar prácticamente con la retirada del año 2000, sin eludir un imprescindible análisis de la situación personal y familiar del maestro alicantino, además de dibujar los principales rasgos de su marcada personalidad.

Y este lunes regaló una clase emotiva y especialmente emocionante al recordar la intermitente relación con su hijo que terminó llevándole a tomar la decisión de reaparecer en 2004. Los vaivenes de esa relación, las tardes gloriosas en solitario y junto a su hijo «para enseñarle lo que es vivir en torero», los desvelos por encauzar las cualidades del nuevo Manzanares y un sinfín de anécdotas vividas en primera persona por el propio Críspulo, mantuvieron intacta la atención de los alumnos durante la hora y media de sesión. Pero inevitablemente una faena centró gran parte de la exposición de Críspulo. Aquella tarde histórica del 25 de agosto de 2004 en la que los caminos de José Mari Manzanares y el toro «Teclero» de Alcurrucén se cruzaron en el Coso de la Cuerda. Como el propio Críspulo escribió para la placa que la recuerda en la plaza de toros de Almagro, «la faena perfecta, la faena soñada». La inesperada retirada en la Maestranza dos años después y los últimos años de vida hasta su fallecimiento en 2014, pusieron el punto y final a esta tercera entrega que tendrá continuidad con una última sesión en la que mostrará a los alumnos del aula algunos videos de las mejores faenas de José Mari Manzanares. Todo un lujo para el Aula de Tauromaquia de la Universidad Popular.

Aún quedan algunas sesiones de los lunes antes de terminar el curso 18-19, siendo el próximo invitado el veterinario Juan Antonio Rivero, quien repetirá en esta plaza para proseguir con su didáctica exposición sobre el toro bravo. Será el 8 de abril en el Palacio de Fúcares de Almagro.

Información y fotos: Álvaro Ramos Golderos