Tres toros, 3º, 4º y 5º con muy buena nota, dejaron en Piedrabuena embestidas que motivan para seguir confiando en las virtudes de un encaste apartado de la lidia a pie, que podría aportar mucho a la situación del toro de lidia actual.

El pasado 3 de septiembre ya cantaba Manuel del Moral en su crónica la interesante corrida murubeña lidiada en Valdepeñas con el hierro de Castillejo de Huebra, donde salieron toros importantes por presencia y comportamiento. Ayer en Piedrabuena la corrida tuvo volumen de plaza de segunda, incluso de primera, con seriedad y cuajo, muy en el tipo de una estirpe única del toro de lidia. Quizá demasiado despegada del suelo la corrida, pero con esas caras chatas, acodados de pitones y “carifoscos” como es el toro del legendario hierro sevillano. En los destacados 3º, 4º y 5º hubo tranco y calidad en los galopes, con la humillación y la profundidad que se espera de un hierro que ojalá y por el bien de la fiesta recupere su sitio en las grandes ferias para el toreo a pie.

El Cid tuvo en su primero uno de los mas deslucidos Murubes. Salió abanto y buscando las querencias que con las reducidas dimensiones del ruedo se acrecientan más aun. Le faltó fuelle al toro y el de Salteras no pudo apretar en ningún momento por el previsible derrumbe, salvo en el suave y templado saludo a la verónica rematado con dos medias en el centro del ruedo.

Ante el cuarto la canción iba ser bien distinta. Reunido dentro de su corpulencia el de Murube, algo acapachado de pitones y chato de cara iba a embestir a Manuel Jesús con boyantía en los primeros tercios, donde cobró un puyazo de trámite, simplemente cumpliendo para después galopar con clase en el bien ofrecido capote de Curro Robles. Ante la franela de El Cid se mostró el animal dispuesto por ambos pitones, sin conseguir acople ni reunión en la primera mitad del trasteo donde El Cid anduvo desajustado. En el ecuador de la faena una serie a diestras firmada con un gran pase de pecho elevaron la faena a mejores destinos. Con la muleta en la mano que tanto dio al de Salteras surgieron naturales buenos a los que siguió faltando mas reunión entre toro y torero, quedando demasiados espacios entre ambos, que dejaban la obra sin la profundidad rotunda con la que El Cid tantas veces nos ha emocionado. Quizá los finales de las embestidas no eran de rebozarse por parte del toro pero faltó ajuste. El epilogo de la faena tuvo la guinda de un buen espadazo que le harían cortar los máximos trofeos, sobrando el rabo que en mi opinión debe premiar una faena extraordinaria y esta siendo interesante no lo fue, así como la vuelta al ruedo, producto del triunfal desenfreno presidencial.

El malagueño Fortes que sustituyó al lesionado “Michelito” anduvo toda la tarde en un continuo esfuerzo por encontrar el acople necesario con su toreo, con su lote, con las dimensiones del ruedo, con los terrenos, y en definitiva consigo mismo. Siendo un torero tan capaz, al poseer un valor tan colosal, tan enorme, tan de verdad, no consigue darle a su tauromaquia la continuidad necesaria para verse una expresión corporal a la que en muchas ocasiones falta empaque y soltura. Tuvo en su primero a un toro alto de agujas, largo y con una cara ofensiva que enseñaba las puntas por delante. En el recibo capotero en los medios y tras una embestida descompuesta pareció lesionarse de atrás, como acalambrado, recuperándose tras el leve puyazo del varilarguero. Galopó en banderillas con transmisión yendo de punta a punta. Tuvo el de Murube el defecto de ser tardo a la hora del cite, pero empujó con los riñones durante su lidia, humillando y yéndose muy largo de los engaños sobre todo por el pitón izquierdo, repitiendo cuando se la dejaban puesta como mandan los dioses de la ligazón. Fortes empezó desde el tercio con la derecha y siguió por ese lado en sendas tandas sin demasiado ajuste, desaprovechando la trasmisión y la profundidad del toro por el otro lado. Se echó la muleta a la “zocata” por donde el toro respondió con gran nota. Empleándose por abajo a pesar de su alzada, con recorrido y como decimos, con profundidad. Tan solo el defecto de tardear entre tanda y tanda quizá porque faltaba que el malagueño apretara más las tuercas para ligar y reventar aquello. De manera inexplicable acortó las distancias y optó por ese toreo en la corta distancia donde se encuentra cómodo el torero, no así el de Murube, que punteó por arriba los mantazos en redondo de Fortes. El espadazo trasero y caído de efecto fulminante le llevó a cortar un excesivo doble trofeo.

Ante el que cerró plaza poco pudo hacer el malagueño. Toro desclasado sin querer ir hacia delante, muy deslucido. Fortes brindó la faena a la banda, que durante toda la tarde interpretó de manera magistral varios pasodobles, rematando con “Puerta Grande” tras el brindis de Saúl en este sexto, al que quiso llevar por abajo y conducir en los comienzos sin obtener ningún lucimiento.

En quinto lugar tuvo Manuel Escribano otro toro destacado del encierro de D.José Murube, con un tranco excepcional, arrancándose con todo en banderillas donde clavó el sevillano sin demasiadas apreturas. Era un tío, con cuajo, con volumen y con esa hondura murubeña de papada pronunciada y grupas anchas con remate. De recibo lanceó Escribano muy aseado y tomó un puyazo al relance algo caído por el que sangró bastante. En la muleta ofreció cualidades el de Murube, como son la movilidad, la repetición, la obediencia, la nobleza e incluso la transmisión. Sin embargo el torero mostró una versión escasa de compromiso y voluntad a la hora de apostar y conseguir con su muleta el lucimiento que el de Murube le brindó. Mucho pase, mucho muletazo, pero una faena sin contenido artístico y sin estructura por parte del de Gerena que hoy no quiso fajarse. Falló con la espada y el descabello. A su primero lo recibió con dos largas de rodillas para continuar a la verónica con un toro que ya mostraba signos evidentes de flojedad y falta de motor que fue acusando durante la lidia, dejando sin opciones a un desganado Escribano, al que sin embargo se le ve muy recuperado físicamente de su gravísimo percance en Alicante la pasada temporada.

Plaza de Toros de Piedrabuena. 2/3 en los tendidos. Tarde muy agradable.

Se lidiaron toros de D.José Murube, bien presentados, con volumen y cuajo, destacando por bravos y enclasados 3º,4º premiado con la vuelta al ruedo y 5º. El resto 1º y 2º más deslucidos y faltos de fuelle, así como el desclasado que cerró plaza.

El Cid, de azul rey y oro: Palmas y dos orejas y rabo

Manuel Escribano, de berenjena y oro: Palmas y Ovación

Fortes, de verde hoja y oro: Dos orejas y palmas

El Cid y Fortes salieron a hombros por la puerta grande.

Crónica: Víctor Dorado Prado

Galería fotográfica: © Manuel del Moral Manzanares

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