Hace unos días, Cargando la Suerte cumplía una vieja promesa y no era otra que la de visitar la finca “Hato de Garro”, propiedad de la familia La Serna. Don Victoriano de la Serna, adquirió esta preciosa finca en el año 1933, tan solo dos años después de haber tomado la alternativa. Ahora es su hijo José Ignacio de la Serna el que regenta la finca y la ganadería de bravo que hace tan solo un año empezó a tentar sus primeras reses.
La jornada empezó con un tentadero donde se tentaron dos vacas cuatreñas y se retentó una vaca de 16 años con el hierro de Javier Gallego que resultó extraordinaria por el pitón izquierdo. El encargado de llevar a cabo las labores de toreo a pie fue el matador de toros Víctor Puerto que estuvo acompañado del novillero Carlos Aranda. A caballo picó el joven Enrique Gallego al que se le nota sus progresos con la vara. Ojalá pronto le volvamos a ver en una plaza de toros.
El juego de las dos primeras vacas fue desigual, pero pudimos ver a un Víctor Puerto que está atravesando un momento de madurez extraordinario. Con el capote dibujó verdaderos carteles de toros y con la muleta nos recordó por momentos el toreo añejo de su tío “Sánchez Puerto”. Con la vaca de retienta Víctor lo bordó con la mano izquierda. Al principio sobó al animal hasta volverla enseñar a embestir y después le “endosó” series con la izquierda de hasta siete y ocho muletazos seguidos, sencillamente “soberbio”. A Víctor le acompañó el novillero Carlos Aranda, que demostró sobre todo en la retienta de la vaca vieja que a pesar de torear muy poco, sigue teniendo un buen concepto del toreo y cuajó muletazos con la izquierda con mucho sabor.
La familia La Serna y la familia Puerto siempre han tenido mucha relación, no en vano, los inicios en el toro de Víctor Padre y de Antonio Sánchez Puerto fueron como los de Victoriano y José Ignacio por el Valle de Alcudia.
Al termino del tentadero, el anfitrión nos invitó a pasar dentro del humilde Cortijo de la finca y pudimos degustar una estupenda comida, donde destaco los conejos elaborados por el bueno de Ramón, el solanero que mejor los cocina del mundo.
Nada más entrar en los salones, uno se da cuenta que ese lugar es especial. Los centenarios muros de la casa rezuman torería, ahí está una parte de la historia del toreo, una parte de nuestra historia taurina en la provincia de Ciudad Real. De sus paredes cuelgan verdaderas joyas fotográficas y cabezas de toros tan importantes como las del toro “Fajito”, de la ganadería del Marqués de Saltillo que mató el gran Victoriano de la Serna en Valencia el 25 de julio del año 33 al que le cortó un rabo y con el que inventó el famoso “pase de las flores”, o el último toro que mató en la plaza de toros de Las Ventas entre otros.
Encima de la chimenea, entre dos cabezas de toros, preside el salón una litografía del maestro realizando el famoso “pase de las flores” del genial pintor C. Ruano Llopis y a los pies de esta, la fotografía mas importante de la casa, según José Ignacio, una en blanco y negro de sus padres. Infinidad de libros duermen en las estanterías, todos ellos taurinos, numerosas fotografías de momentos extraordinarios del gran Victoriano entre las que destacan unos lances con el capote en la mismísima plaza de toros de Madrid citando de frente e incluso guarda con especial mimo en un tarro de cristal, arena de la plaza de toros de Barcelona, donde dice José Ignacio, está seguro que algún día volverán los toros.
Apoyados en algunos rincones de la casa nos llama poderosamente la atención varios azulejos con frases del gran maestro, frases a las que me atrevería a calificar de “sentencias”, pues si las analizamos son verdaderas como la vida misma, estas son algunas de ellas;
“Los burladeros están para algo; desde ellos puedes mirar- observar – medir tus fuerzas, posibilidades, etc… y si no lo ves claro… no salgas…” V.D.L.S.
“El honor y el Arte son dones de Dios… y como tal hay que defenderlos hasta la muerte…” V.D.L.S.
“El momento cumbre de un torero es cuando está soltero, enamorado y sin tabaco…” V.D.L.S.
“Los toros no cogen, mas que cuando el torero duda o se equivoca…” V.D.L.S.
“La mayor perfección la que puede aspirar un hombre; es llegar a conocer sus propias imperfecciones…” V.D.L.S.

Sin duda este gran maestro como fue don Victoriano de la Serna, además de médico y gran figura del toreo, tenía algo de romántico y de psicólogo.

Lo mejor de la jornada en Hato de Garro llegó en la sobremesa. Degustando un buen espumoso de Bodegas Naranjo, José Ignacio comenzó a contar numerosas anécdotas de la historia del toreo. Anécdotas como las de Víctor Sánchez “El Pastor” al que calificó como uno de los hombres que mejor se ha relacionado en el mundo del toro sin apenas estudios, anécdotas como las que vivió junto a “El Pipo” cuando lo apoderó en su época de novillero. Destacó también José Ignacio una frase que decía su padre que era “No es lo mismo querer ser torero que jugar al toro” V.D.L.S.
Otro de los momentos de la jornada fue cuando nos contó el día que fue a Bilbao a regalar a los responsables de la plaza de toros el vestido de torear con el que su padre toreo su última tarde y nos dijo que antes de entregarlo para que lo colocasen en una vitrina, lo arrastró por el albero de la plaza para que el traje se volviese a sentir torero. Sin duda eso solo lo puede hacer una persona como el bueno de José Ignacio de la Serna.
En la tertulia que fue muy amena a parte de escuchar entusiasmados al propio José Ignacio, también participó el ganadero Javier Gallego que es otra de las personas que da gusto oírle hablar de toros. Comentamos la gran diferencia que hay en el toreo del los años 60 al de ahora y alguien dijo que antes un torero se compraba una finca en 2 años a lo que José Ignacio apuntó, “perdona, se la compraban en dos años toreros como Victoriano de la Serna”.
En definitiva, una jornada con mucho sabor y torería donde pudimos disfrutar del buen toreo de Víctor Puerto y la progresión de Carlos Aranda, de las lecciones de toreo y vida de José Ignacio de la Serna y Javier Gallego, de la buena cocina del amigo Ramón y de muy buena compañía. Da gusto ver a un torero consagrado como Víctor Puerto, escuchar con tanto respeto a un romántico del toreo como es José Ignacio de la Serna. Estas cosas y estos momentos son los que engrandecen el toreo y hacen que nuestra afición se refuerce cada día.
Gracias José Ignacio por el día que nos regalaste y por ser como eres, un buen ganadero, un gran toreo y un romántico soñador.

Reportaje realizado por Manuel del Moral Manzanares (Director de Cargando la Suerte)

Fotos: © M. del Moral

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