La veteranía de los maestros Puerto y Cid tapan muchos defectos a los novillos de Roque Jiménez donde Adrián Reinosa vuelve a puntuar en un festejo que demuestra que la tauromaquia en los pueblos está más viva que nunca.

Hoy hemos estado en Membrilla, la capital del melón y podemos decir que sigue siendo la «Pamplona Chica de La Mancha». Es un gusto ir cada año al festejo que se organiza en este pueblo ciudadrealeño, que gracias al trabajo de la Peña Taurina Samuel Flores de la localidad, el esfuerzo económico del Ayuntamiento y una empresa que hace las cosas con sentido común, cada año se van superando y en este en concreto, se ha celebrado un festival taurino sin picadores serio y con cierta categoría.

Pero hoy no queremos hacer una crónica al uso, porque sería más de lo mismo, capotazos, muletazos, tandas de más o menos gusto, lo de siempre. Hoy un buen titular de la crónica podría ser «Los viejos rockeros nunca mueren». Y es verdad. Porque hoy en un día festivo en Membrilla, donde la gente va a pasarlo muy bien, creo que no se han enterado del buen toreo que se ha realizado en esta portátil.

Los maestros Puerto y El Cid han tapado muchos defectos a los novillos, incluso a alguno lo han hecho mucho mejor de lo que han sido. La veteranía de estos toreros, el poso de los años y la madurez que atesoran, han hecho deleitar a los que hoy han acudido a la portátil membrillata.

Víctor Puerto que lidió un primero muy complicado que además le pegó dos arreones que le hizo pasar momentos de apuros, más tarde logró momentos de mucha pureza. El fallo a espadas le dejó sin trofeos. Pero en su segundo Puerto cocinó una faena como el buen cocinero hace un guiso bueno, a fuego lento, poquito a poco, hasta que lo metió en la canasta y lo cuajó a su gusto. Creo sinceramente que los que allí estaban, al menos muchos de ellos, ni se enteraron de lo que ocurrió. Pero la verdad, eso a estas alturas da prácticamente igual. En esta ocasión mató de una estocada en la yema que le sirvió para cortar las dos orejas de un novillo que no fue tan bueno como Víctor lo hizo ver. Brindó su segundo novillo a unos membrillatos ilustres, grandes amigos y grandes aficionados, el matrimonio Crespo Rodero, Pepe y María José, Almas Mater del Restaurante Casa Pepe de Carrión de Calatrava.

Manuel Jesús «El Cid» es de siempre una de las mejores mano izquierda del toreo y hoy en Membrilla lo ha vuelto a demostrar. Da gusto ver a este tipo de toreros disfrutar en este tipo de compromisos sin mucha responsabilidad y toreando para su propio ego. Manuel hoy a vuelto a sacar su mano izquierda para el deleite del personal y como siempre la suerte le ha acompañado en el sorteo, siempre dejando claro que ha tapado muchos defectos a sus novillos. Brindó su segundo a Jacinto Salazar. Hoy la tizona le ha funcionado y ha cortado cuatro orejas y un rabo. Con muchas ganas de volver a ver a El Cid de nuevo, será en Malagón con los Miuras el 17 de septiembre.

Acompañó a los maestros el novillero de Ruidera, Adrián Reinosa que mató un novillo con solvencia, manejando bien el capote y realizando una faena basada en la mano derecha. El pero, el de siempre, la espada. Se precipita y no piensa antes de hacer la suerte, aún así, cortó una oreja por su entrega.

De esta tarde hay que sacar sobre todo una conclusión, ojalá hubiese muchas «Membrillas» en esta tierra, que llenan cada año su plaza de toros, no sin esfuerzo. Un gran detalle ha sido el reivindicar el festival en memoria de Adrián, pues había varios carteles pidiéndolo en la plaza. Todo es mejorable, pero es de destacar a día de hoy que se celebren festejos con la categoría y la seriedad de la de hoy, aunque algunos no se hayan enterado.

Crónica y galería fotográfica: © Manuel del Moral Manzanares.

Ficha del festejo

Plaza de toros de Membrilla (portátil) con lleno en los tendidos.

Festival sin picadores con novillos de Roque Jiménez, bien presentados de juego desigual

Víctor Puerto, ovación y dos orejas.

Manuel Jesús «El Cid», dos orejas y dos orejas y rabo.

Adrián Reinosa, una oreja.