Aníbal Ruíz y Daniel Luque triunfan ante una corrida de Torreherberos, que defraudó en líneas generales.

Cierto es que la corrida de la familia Morales nos hacía albergar esperanzas, por ser una corrida correctamente presentada, debidamente musculada y con unos pesos (440kg de promedio) que deberían haber facilitado la movilidad y el buen juego. Además de ello la sustitución de El Fandi, ocupada por Daniel Luque, (con todos mis respetos al lesionado torero granadino) redondeaban el cartel de otra manera. Dichas esperanzas se tornarían en decepción al finalizar el festejo, ya que ninguno de los toros quiso romper hacia delante embistiendo, acusando en la mayoría una notable falta de fuerzas, lo que simplificó en demasía el espectáculo. Un tercio de entrada en los tendidos, deseosos de presenciar por fin una tarde, donde la emoción y la rivalidad en el ruedo se produjera, todo ello claro está, si la corrida hubiera servido.

Aníbal Ruíz volvía a pisar el ruedo de su plaza de Ciudad Real, tras resultar triunfador de la feria el pasado año. Todo pundonor, esfuerzo, voluntad y entrega, fueron de nuevo los matices de la actuación del alcazareño. Recibió a su primero con una larga de rodillas en el tercio, para después lancear por delantales y soltar la mano en la revolera. Un puyazo trasero de Juan Ruiz, precedía a la voltereta que precisamente no favoreció al animal. Bien Abraham Neiro con el capote. El comienzo de faena muy templado y mandón de Aníbal, que flexiona la pierna de salida llevando y favoreciendo el trazo, con el objetivo de desengañar al de Torreherberos y empujar hacia delante. Por el lado derecho llega la conexión entre toro y torero, ese entendimiento que provoca la ligazón entre ambos y el calor en el tendido. Al natural era más difícil llevarlo, sencillamente no quería (misterios del toro bravo). En las postrimerías de la faena, de nuevo el acople por el lado derecho, llevando al toro embebido con la panza de la franela y no dejándole que pare. Para poner el broche a un trasteo cargado de matices técnicos, Aníbal “lo revienta” por el lado derecho con dos ayudados por abajo, de los que te hacen removerte en el asiento. El pinchazo en buen sitio precedía a la estocada en el rincón de Ordoñez, y que le hace cortar una oreja.

Desclasado resultó el que hizo cuarto, al que no se picó bien, ya que Ignacio Sánchez marró la primera vara, facilitando que el toro se desgastara en dos largos encuentros con el peto. El brindis de Aníbal a Angel Lillo, persona muy ligada a la carrera del torero y representante de la empresa Toros Ciudad Real. A la muleta llegó “Trampero” con la trampa de no querer emplearse. Le faltó contenido al toro, que simplemente pasaba por allí, con la sosería por bandera. Tras intentarlo por la vía fundamental no quedaba otra que atacar, y Aníbal atacó de lo lindo en las cercanías, dejándose llegar los pitones a la banda, y pasándoselo por donde quiso. El esfuerzo y la buena estocada al segundo intento, bien merecían esa segunda oreja que le permitirían salir a hombros.

Sebastián Castella pasó sin demasiada brillantez por el coso ciudarrealeño, ya que su primero se lesionó en el comienzo de faena teniendo que ser apuntillado, y su segundo fue “un bandido” al que era difícil templar y llevar cosido a los engaños. Los gañafones y protestas del que no quería pelea, dieron al traste con el balance del francés. Destacaron en su cuadrilla José Chacón, quien dio un recital pareando al primero de la tarde, así como Rafael Viotti, que expuso mucho en el segundo par al quinto. (De este par de Viotti salió comprometido el torero, llegando Aníbal Ruiz en décimas de segundo para quitarle al toro de los talones en un gran quite de riesgo).

Daniel Luque es un torero con un concepto muy puro, que interpreta las suertes con mucha facilidad, ayudado por una expresión corporal que muchos toreros quisieran. Además de ello el de Gerena es un torero que atraviesa quizá el mejor momento de su carrera. Luque está redondo, macizo y con un poso de matador de toros que invita a ir a verle torear. Sus rotundos triunfos en Francia y su inclusión en la feria de otoño de Madrid dan debida cuenta de ello.

Hoy en Ciudad Real se inventó una faena a un inválido de Torreherberos, con el que se sintió a gusto el diestro de Gerena. Del fenomenal puyazo de “El Patilla” ya salió rebotado y por los suelos el animal, demostrando con ello su fragilidad. Luque con la cintura fue acompasando la insulsa embestida, hasta inventarse una faena que sin la música y con la torería del buen estado de forma de este torero taparon para la gran mayoría las deficiencias físicas evidentes del toro. Luque torea fenomenal, tiene duende, tiene ese algo especial que le hace distinto, pero amigo, sin toro no hay, o no debería haber nada, o al menos yo así lo entiendo. Por lo tanto, faena voluntariosa, meritoria, donde se apreció la rotundidad del momento de Luque, impregnada de torería, pero la cual, con todos mis respetos, no debió ser premiada con ningún trofeo.

El jabonero que encandiló por su lámina, fue tan guapo como complicado. Tiró tarascadas, arrolló en los capotes y pegó arreones de manso poniendo en serios aprietos a los profesionales. Menos mal que dio con Juan Contreras, que es un torerazo de plata, así como con el oficio de Raúl Caricol, quien se desmonteró tras el tercer par. A la muleta llegó apagándose ya “el bonito” con el que Luque abrevió acertadamente.

De nuevo el origen Jandilla dio al traste con las expectativas y aunque dos toreros se fueran en volandas por la puerta grande, el espectáculo sigue mermado por el juego de los toros. Han salido una docena de animales en lo que va de feria para el toreo de a pie, y ninguno de ellos ha podido demostrar el poder, la casta y la bravura suficiente como para que aparezca algún quite de lucimiento, alguna faena donde poder someter y obligar, o dar distancias, o comprobar la buena forma de los toreros anunciados ante un toro que arree. En definitiva, dos corridas de toros, donde la frustración del aficionado se hace latente. Sería de justicia que mañana la de Las Monjas nos diera alguna alegría, ojalá…

Crónica: Víctor Dorado Prado

Galería fotográfica: © Manuel del Moral Manzanares

Plaza de Toros de Ciudad Real. 18-8-2019. Un tercio de entrada. Calor con ligera brisa.

Se lidiaron toros de Torreherberos, bien presentados, con falta de fuerzas en la mayoría y sin llegar ninguno de ellos a romper hacia delante. El menos malo, el primero, los demás, poco que contar.

Aníbal Ruíz, de verde esperanza y oro: Oreja y oreja

Sebastián Castella, de pizarra y oro: Silencio y palmas.

Daniel Luque, de albero y azabache: Dos orejas y palmas.

Se desmonteraron, Jose Chacón (tras parear al segundo), Rafael Viotti (por el tercer par al quinto) y Raúl Caricol (que expuso una barbaridad pareando al sexto)