Con el ambiente del sábado de feria en lo alto, daba comienzo un largo festejo de rejones en el que la plaza registró una entrada quizá floja para este tipo de festejos en nuestra feria que siempre han gozado de un mayor interés. Las cámaras de Castilla La Mancha harían realidad este motivo nos imaginamos. El caso es que el público cubrió la mitad de su aforo aproximadamente y con el retraso ya habitual de los enganches de la Dulcinea y Damas de nuestras fiestas, más el carrusel de movimientos y ejercicios de alta escuela de los de a caballo, el festejo daba comienzo con la salida del primer toro a las 19:45.

Un primer toro de Benítez Cubero que al igual que sus hermanos acusó querencias debido a la mansedumbre en su comportamiento de los seis lidiados hoy. Con el castaño que utilizó Andy en su primero logró encelarlo de manera magistral, bajándole los humos. La cosa parecía empezar bien, pero la faena fue perdiendo fuelle conforme se iba parando el toro. Varios fallos con los rejones de muerte dejaron su actuación en una ovación cariñosa del público.

En el segundo de su lote salió un inválido de 598 kilos de peso que pareció decir que él no embestía, que mejor se echaba y con ello el pañuelo verde afloró en el palco de un presidente que poco más tarde la liaría parda. Hoy en las tertulias del Ateneo decía un buen aficionado, que qué tenía que pasar para ver un pañuelo verde en Ciudad Real, y fue la invalidez más absoluta del cuarto de hoy, quien lo propició (solo faltaba que lo hubieran aguantado). Salió un sobrero con 130 Kg. menos, dato que habla hoy también de la “pareja presentación” de la corrida. En este sobrero que salió renqueante de los cuartos traseros el cual apuntó lesionarse y después recuperarse, (qué cosas nos pasan en ésta plaza). Debido a este motivo el primer tercio quedó casi nulo, siendo con el caballo Pericalvo donde Andy pusiera el calor en los tendidos que propiciaron el jaleo con el palco. El de Alicante, se acercó a la barrera del siete, y haciéndose el silencio entre el público le pidió al maestro de la banda que interpretara el famoso y bullangero pasodoble de Paquito el Chocolatero. Vamos, lo mismo que si estas en el baile del vermut y te acercas al de la orquesta para que toque alguna pieza de tu interés, para ligarte a la guapa de turno… (Qué cosas que nos pasan en esta plaza). Sonó el pasodoble y Pericalvo llevo a cabo su clásico balanceo antes de hacer la suerte elevando el calor en los tendidos de un público siempre ferial y con ganas de espectáculo que acude a las corridas de rejones. Un rejonazo, la plaza entera pidiendo la segunda y Paco Delgado con su vara de medir personal donde las haya, se la niega sorprendentemente. No quiero entrar a calificar dicha vara de medir porque entonces la crónica sería un quijote.

Diego Ventura, se hacía presente con el caballo de nombre Buena Víbora de capa perla, el cual parecía no inmutarse de los arreones del de Benítez Cubero. Un primer tercio cargado de temple y serenidad hizo la carta de presentación de un Diego Ventura que ocupa la primera fila del toreo a caballo actual. En banderillas utilizó a uno de los caballos importantes de su cuadra, Chalana, el cual viene haciendo tarde tras tarde un toreo cumbre. Después con una jaca de aroma campero de nombre Cheque, siguió interpretando las suertes con la pureza y riesgo que le hacen hoy ser una figura sin paliativos. Caballos con mucho corazón como este Cheque, el cual se dejó llegar los pitones del berrendo Cubero, en un arreón hacia los adentros con bastante riesgo.

Para matar, Remate, un caballo Albino con el hierro de Oliveira, que le da igual que los toros se paren o que no se paren. Tiene corazón y valor de sobra para llegar a los toros con un temple que hace que Ventura haga las suertes con mayor facilidad. Dos orejas del palco, con esa vara de medir única y personal del Sr. Delgado. (Para mí, una oreja era el premio justo)

En el segundo del lote, Diego no tuvo el toro que deseaba para poder hacer las suertes de una manera más rotunda pero con todo y con ello hubo pasajes brillantes, dado el alto del nivel de su cuadra, con caballos fuera de serie. Suena el bonito pasodoble La Concha Flamenca y sale a escena uno de los monstruos de su cuadra, Nazarí. Un lusitano castaño de ocho años con unas facultades soberbias físicamente hablando y un corazón torero que no le cabe dentro. Puso dos banderillas haciendo el toreo de la manera más difícil que existe, que es batiendo al pitón contrario, dando los pechos y llevando los pitones cosidos de costado. Una auténtica maravilla. Con el caballo bayo del último tercio, Oro, que parece que galopa en tres remos, logró conectar de nuevo con facilidad con el público, siempre amable y a favor de obra de nuestra plaza. Volvió a matar de un buen rejón con el caballo Remate y cosechó el tercer trofeo de hoy, que le hacen salir triunfador de la tarde, así como de una temporada 2013 soberbia.

El torero local Miguel Ángel Martín, llevó a cabo una labor de muchísimo mérito, demostrando la disposición y el pundonor de quien se quiere abrir camino dentro de un escalafón de rejoneadores. Miguel Ángel pechó con el peor lote de la tarde, el cual hizo sudar de lo lindo al torero local. En su primero obtuvo momentos importantes con el caballo Molina, a pesar de no ser una de las mejores tardes del caballo bayo. Con el caballo tordo Marques, intento tras varias pasadas en falso por lo parado del toro, un par a dos manos, resultando al final ser un gran par, asomándose al balcón y clavando en lo alto y al estribo. Con el caballo Velero en el último tercio puso banderillas cortas al violín de mucho mérito y mató de un rejonazo, que le hizo conseguir la primera de las dos orejas de esta tarde.

En su segundo, más de lo mismo, un toro sin ritmo ni cadencia que obligó a Miguel Ángel a trabajar de lo lindo. El guapo caballo negro Lagartijo, estuvo cumbre con el toro, clavando banderillas a un nivel impropio de un rejoneador que no torea lo que debiera. Yendo de frente, dejándose llegar al toro y ¡toreando!, clavo tres banderillas como digo de un mérito fuera de toda duda. No me canso de alabar la labor de Miguel Ángel al cual hay que juzgar como se merece por diferentes motivos. De nuevo un valiente Velero en el último tercio mantuvo al toro en pie, llegándole mucho para poder clavar las cortas y la rosa que inventara el admirado D. Ángel Peralta.

Un rejón trasero casi entero termino con el de Pallares, antes de que Miguel Ángel intentara descabellar. Decir también de este toro, la importante labor de la cuadrilla de Miguel Ángel, con Luis Carlos Castellanos a la cabeza llevándolo con suavidad en el capote y haciendo un esfuerzo importante con el toro.

Como avanzábamos en el reportaje que le hicimos el pasado Lunes, el torero local no defraudó y estuvo a la altura de un compromiso ante la que es su plaza y ante dos figuras del toreo a caballo en un momento arrebatador.

Enhorabuena Miguel Ángel y vaya por delante nuestro apoyo a los toreros de la tierra como lo eres tú, y al cual siempre apoyaremos.

Para terminar ésta crónica, no quisiera dejar de decir, que la labor del presidente ha vuelto a ser hoy malísima, al utilizar esa personal y propia vara de medir que nadie entendemos en lo referente a los trofeos, por no hablar de los permisos para poner banderillas cortas, rosas, pares a dos manos, haciendo en cada toro unas sumas de 10, 11, y 12 arpones, cuando el reglamento dice algo muy distinto. Ciudad Real necesita en el palco un presidente que defienda al aficionado con un criterio y una seriedad dignas de una plaza importante como es la de Ciudad Real dentro de su categoría. Finalizo lanzando una pregunta a mis lectores… ¿Quién inventaría Paquito el Chocolatero? ¡¡¡¡¡¡¡……quién….!!!!!!!!!

Por Víctor Dorado