Aprovechando la visita a Colombia de Cargando la Suerte, hemos acompañado al maestro Víctor Puerto a varios tentaderos en tierras colombianas.

Uno de ellos tuvo lugar en la Hacienda Pino Montano, ubicada en el Departamento de Cundinamarca, una preciosa finca con un maravilloso cortijo que por su arquitectura bien podía pasar por un cortijo andaluz, a no ser por el paraje montañoso inconfundible de la tierra colombiana. Cuenta también con una hermosa capilla donde celebrar cualquier evento religioso.

Allí pudimos disfrutar de un impresionante paisaje, dedicado exclusivamente a la crianza del toro bravo. Un auténtico paraíso donde los Santacolomas de Vistahermosa campan a sus anchas y que solo les perturba  su calma cuando el mayoral de la ganadería Hernán Duarte y el Vaquero Elber Rey acuden con su caballo a moverlos y a realizar las tareas de campo.

Vistahermosa, fundada en 1931, es actualmente la única ganadería de bravo colombiana que mantiene el encaste Santacoloma, después de que Juan Carlos García adquiriese las únicas vacas de dicho encaste que le quedaban a Ernesto González. 

Juan Carlos recogió el legado de su padre, don Antonio García u su abuelo don Francisco y ha dotado a la ganadería con las últimas tecnologías, mantiene una ganadería corta con apenas 120 vacas y seis sementales. Pero con la particularidad de que en la finca solo hay uno de esos seis sementales, el resto, los otros cinco, se encuentran en España y el ganadero trabaja con transferencia de embriones, práctica que es única en Colombia. Este sistema es muy habitual en caballos y en ganado que no es bravo, pero según nos comentó el propio ganadero, son actualmente los únicos que trabajan con esa práctica en Colombia en ganado bravo.

Este ganadero, importante empresario a nivel mundial, de nacionalidad iataliana y que los designios de la vida le han llevado a dirigir los destinos de una de las ganaderías de bravo que en un futuro será de las más importantes de Colombia, dirige su hierro a diario a pesar de estar constantemente viajando, pues tiene cámaras de vigilancia por toda la ganadería y esto le permite el poder estar viendo y controlando todo desde cualquier lugar del mundo.

 Aquí en Vistahermosa, cuenta con el mayoral de toda la vida, el vaquero de siempre junto al personal y su mano derecha la señora Laura Uribe que compatibiliza su puesto de abogada del Estado con la gerencia de este maravilloso complejo que también se dedica a la celebración de eventos.

En esta bonita Hacienda también hay unos preciosos caballos de raza árabe, otra de las pasiones del ganadero, pues además de empresario de éxito, ganadero y criador de caballos ha sido miembro del equipo olímpico italiano y entrenador del equipo colombiano de equitación.

Astolco (Asociación de Criadores de toros de lidia en Colombia), en su página web explica así la historia de la ganadería:

“La atmósfera y el color que irradia la Hacienda Pino Montano, genera la sensación de un viaje a las entrañas de Andalucía, región española que ha sido, por antonomasia, cuna del toro de lidia. Un cortijo levantado con sencillez, pero con máximo escrúpulo en todos sus detalles, trasladó a la sabana de Bogotá, a menos de 50 kilómetros al occidente de la capital colombiana, rasgos propios de la cultura sevillana que impregnan cada uno de sus rincones. 

Esa sensación que invade a cuantos visitan Pino Montano, es la del ambiente donde se cría un toro casi legendario, en cuyas venas corre la sangre más pura del encaste Santacoloma, padre y pionero de las ganaderías colombianas, y cimiento de los albores de la fiesta brava en nuestro país. Es el toro de Vistahermosa, que desde hace más de medio siglo de selecciona y preserva con dos principios fundamentales: amor y pasión. 

Las muy verdes y fértiles tierras de la vecina región de Bojacá y Zipacón, contrasta con el pelaje cárdeno de la mayoría de los toros que predominan en el paisaje. El toro de Vistahermosa ha sobrevivido a las modas impuestas en el siglo XXI, gracias al esmero y afición del mayor de los hijos de Francisco Antonio García, quien mejor heredó el amor por la fiesta brava y el conocimiento de un encaste que se niega a desaparecer. 

Fiel a sus principios, Antonio ha mantenido los mismos criterios de selección y crianza impuestos por su padre. Sin importar que, con el paso de los años, sus toros hayan mermado la presencia en los carteles de las principales ferias del país. 

Francisco García cultivo la pasión por el Santacoloma en su pueblo sevillano, lugar donde se afincaba, en principio, la ganadería del Conde de Santacoloma y, posteriormente, la de Joaquín Buendía. García, muy amigo del Conde, fue recomendado por Julio de la Olla, quien llevó a Mondoñedo las primeras reses que llegaron a Colombia, y por eso se convirtió en el primer mayoral de la ganadería que fundó don Ignacio Sanz de Santamaría.

La crisis económica mundial, que coadyuvó a la ruina de Sanz de Santamaría antes de su muerte, obligó a su viuda, doña Rufina Rocha, a poner en embargo casi todas sus propiedades, incluidas la plaza de toros de Santamaría y la ganadería de Mondoñedo, que pasaron a ser bienes de la Corporación Colombiana de Crédito. 

Esta entidad, prácticamente «encartada» con casi 300 animales de casta, nombró como administrador a Francisco García. Con el tiempo, la Corporación decidió enviar al matadero todo lo que fuera ganado bravo, pero García, a quien le debían meses de salario, pidió como pago de esa deuda, la propiedad de la ganadería y así en asocio con doña Rufina Rocha, mantuvieron vivo a Mondoñedo. 

Al liquidarse la sociedad y repartirse en proporciones equitativas, Francisco empezó a cumplir el anhelo que tenía su familia en Puebla del Río: una ganadería de lidia. Y así nació Vistahermosa, ganadería cuya sangre se refrescó con múltiples importaciones de vacas y sementales en 1940, 1966 y 1979, procedentes en su mayoría del hierro andaluz de Joaquín Buendía, y una pequeña parte de Felipe Bartolomé. Esa selección genética culminó los rasgos del toro de Vistahermosa. Un toro fino, pequeño de contextura pero de «armoniosas hechuras», como lo define Antonio García: «Bajo de agujas, largo de cuello, de manos cortas. Muy proporcionado en su conjunto… Un toro de comportamiento alegre, con mucha transmisión, y que persiguen los engaños con la cara muy humillada. Esa es su gran virtud. El toro notable de Vistahermosa se crece ante el castigo. Tiene nobleza, pero exige oficio. Embiste muy lento, pero sin perder emotividad. Mantiene esas virtudes y, sobretodo, tiene finales muy buenos. No es un toro que se raje o que vaya a las tablas, que vaya de más a menos. El toro mantiene la misma línea de comportamiento hasta el final. Y ese es el toro ideal el que crío yo».

Numerosos han sido los toros que han desarrollado en su lidia estas virtudes. Pero en la memoria de Antonio García hay lugar preponderante para algunos en particular. Como ‘Naranjito’, lidiado en Medellín el 7 de marzo de 2009, llevándose el trofeo de la corrida concurso de ganaderías. O ‘Almejito’, indultado por Pepe Cáceres en Diciembre de 1976 en Bogotá, día en que otros dos otros también se ganaron el perdón. Más recientes recuerdos recaen en ‘Sonajero’ y ‘Mandarín’, ambos indultados por Cesar Rincón en Bogotá, en 1982 y 1989 respectivamente. 

Antonio García admite la dificultad que en la época actual supone la cría del toro Santacoloma, porque, a diferencia de otros encastes, ya son muy pocas las ganaderías de las que » se puede echar mano» para refrescar los genes. Sin embargo, a pesar de los obstáculos, de nuevo la palabra pasión sale de la boca del ganadero, para denominar el impulso por seguir el sendero trazado desde el siglo anterior. 

«El toro Santacoloma es mi vida, y la de mi familia. Todo se lo debemos a él. Lo único que podemos hacer es preservarlo, porque sin él, la emoción y variedad de la fiesta se verían amenazadas».”

Centrándonos en el tentadero decir que se tentaron diez vacas del hierro de la casa, encaste Santacoloma y que la mayoría rayaron a gran altura.

Intervinieron en el tentadero los matadores de toros españoles Víctor Puerto, Octavio Chacón, Eduardo Gallo, el matador de toros, ganadero y empresario  colombiano Alberto Cediel, el diestro colombiano Sebastián Cáqueza, los novilleros de la tierra Curro Pimentel y José Luis Vega a los que se unió el aficionado práctico Jorge Fajardo.

Las vacas que se tentaron por el picador William Torres, tuvieron en su mayoría fijeza, transmisión, durabilidad y ese tranco especial que solo tiene el encaste Santacoloma. 

Como una imagen vale más que mil palabras, les ofrecemos una galería para que puedan disfrutar de este maravilloso paisaje.

Manuel del Moral Manzanares

Director de Cargando la Suerte.

Fuente: www.astolco.com Asociación de criadores de toros de lidia de Colombia.

Galería fotográfica: M. del Moral.