La terna salió a hombros en un festejo donde volvimos a comprobar que «La Fiesta» sigue más viva que nunca y que la afición tiene muchas ganas de toros.

Volvían los toros a Pedro Muñoz, para celebrar el centenario de este coso, con una corrida goyesca donde se iban a lidiar toros de la acreditada ganadería del Partido de Resina (antes Pablo Romero). Y la verdad es que no decepcionó. La gente acudió a este festejo quizás por el gusto de volver a ver lidiar una corrida de un hierro tan legendario como es, el que creó su fundador Felipe de Pablo Romero y que ahora dirige sus destinos José Luis Algora. Buena parte de culpa de que esta corrida haya tenido este éxito ha sido gracias a la labor de Javier Toldos Yuste, alma mater de este acontecimiento. Numerosos reconocidos aficionados abonados a Las Ventas acudieron a este festejo.

Trenzaban el paseíllo una terna de toreros especialistas en este tipo de hierros y hay que decir que estuvieron a la altura.

Javier Sánchez Vara venía de recibir ayer un porrazo en un festival y toreo con algunas costillas fisuradas y apenas se le notó, pues su actuación fue como viene siendo habitual en este torero, entrega, experiencia y mucho pundonor.

En su primero, el toro con más volumen de la corrida, un animal que podría haberse lidiado en cualquier plaza de primera por su excelente presentación, el de Guadalajara apenas tuvo opciones, pues el morlaco siempre llevó la cara por las nubes, nunca humilló y le faltó fijeza. Sánchez Vara estuvo voluntarioso en todos los tercios y no acertó con los aceros. Silencio.

En el cuarto si se sintió por momentos. En banderillas clavó en dos pares muy comprometidos, acoplándose mucho mejor que en el toro anterior con los palos. Con la muleta Sánchez Vara logró muletazos de gran profundidad y gusto, recetándole a este cárdeno una estocada que hizo rodar patas arriba al animal de efecto fulminante, que le hizo valedor de las dos orejas.

Se presentaba Javier Herrero por esta provincia y dejó una muy grata impresión de torero muy hecho y que conoce perfectamente el oficio. En su primero, otro precioso cárdeno más alto de agujas que el anterior, con el capote no le permitió lucimiento alguno. Después de un tercio de banderillas algo complicado (la corrida no fue fácil para el tercio de banderillas), donde destacó en la brega Jesús Herrero, Javier a base de aguantar mucho y de apostar, consiguió trazar muletazos muy templados y largos con la mano izquierda. Destacar el bonito final de faena a dos manos. Mató de estocada que le valió para cortar su primera oreja de la tarde.

En el quinto si pudo lucirse con el capote Herrero. Después de una buena lidia de Alberto Román se levantó una brisa muy molesta y además el toro acusó mucho el gran puyazo de Rafael Agudo y la faena de muleta quedó solo en algún buen muletazo suelto, que con el buen uso de la espada, le sirvió para cortar otra oreja tras aviso que le abría la Puerta Grande.

En tercer lugar salió el toro de la corrida que sin duda hace pensar en que el resurgir de esta ganadería es posible. Este cárdeno algo más escurrido de kilos, fue un toro excelente para el último tercio al que Esaú Fernández le realizó una faena extraordinaria, especialmente con la mano izquierda.

Después del tercio de varas, el subalterno Julián Gómez Carpio ejecutó excelentemente la suerte de la Garrocha. Muy limpia, cuadrando bien en la cara, como no se ve normalmente cuando se ejecuta esta suerte, enhorabuena.

A Esaú se le nota ya la experiencia y que afronta estos retos con más poso y mucha más naturalidad que en años anteriores. La verdad es que la faena de este torero sevillano en Pedro Muñoz, fue muy importante y gracias a las cámaras de la televisión pública, este triunfo tendrá mayor repercusión. Por poner un pero, el fallo a espadas que a pesar de ello, un presidente excesivamente generoso le premió del tirón con los dos pañuelos y por sorpresa del personal y sin que nadie lo pidiese, sacó el pañuelo azul, premiando a este gran toro, con la vuelta al ruedo excesiva.

En el sexto que brindó al alcalde de la localidad Carlos Ortiz, el animal se paró pronto y el vendaval hizo lo demás. Ninguna opción.

Plaza de toros de Pedro Muñoz, Ciudad Real. Corrida de toros. Media plaza. Se celebraba el centenario de su coso taurino y se descubrió una placa en el patio de cuadrillas horas antes del festejo. 

Toros de Partido de Resina, excelentemente presentados, de juego desigual y de vuelta al ruedo el tercero. Todos los toros fueron aplaudidos de salida.

Sánchez Vara, silencio y dos orejas. 

Javier Herrero, oreja y oreja tras aviso. 

Esaú Fernández, dos orejas y silencio.

Crónica y galería fotográfica: @ Manuel del Moral Manzanares