La terna a hombros fue el magnífico resultado en Daimiel, en una tarde calurosa en la que se lidiaba un encierro mixto y bien presentado de Guadalmena, que en líneas generales fue noble y con cierta calidad en la embestida.

Los carteles anunciaban a Sebastián Castella, que debido a los problemas de salud que acarreaba esta semana pasada fue sustituido por Emilio de Justo, a Juan José Padilla que se despedía de los ruedos Ciudadrealeños y al novillero Carlos Aranda que también hacia su última comparecencia como novillero en su pueblo.

La corrida daba comienzo puntualmente y con algo más de media entrada a los sones del pasodoble de rigor. Después de hacer entrega de un bonito lienzo a Padilla de parte de la afición Daimieleña, el de Jerez recibía al primer astado con una larga cambiada de rodillas en la cual tras un enganchón desestabilizo al torero que resolvió poniéndose en pie y recetando una templadas verónicas de sabor gaditano que calentaron nada más empezar a los tendidos. Padilla cumplió sobradamente en el tercio de banderillas reseñando el segundo desde dentro hacia afuera y tercer par al violín. Ya en la faena, que comenzara por bajo sacándolo  los medios, hizo presumir que el “ciclón de Jerez” estaba a gusto y con ganas de agradar a su público en esta su última tarde en la provincia. Muletazos con mucha enjundia bajándole la mano en varias series y naturales de excelente factura fueron a terminar en una estocada entera y muy efectiva, cortando dos orejas al burel.

Y en el cuarto de la tarde Juan José recibía con verónicas a pies juntos al toro que fue el más flojo de sus hermanos, cayéndose en el momento que se le sometía por bajo. Bonito el inicio de faena sentado en el estribo de la barrera y que en resumidas cuentas todo lo puso el matador. Media estocada que valió para cortar otras dos orejas.

Emilio de Justo que debutaba en esta plaza dejo un gran sabor de boca, con un toreo sentado y clásico alargando mucho los muletazos y exponiendo siempre con “la pata adelante” y cruzado ante los que fueron los dos mejores toros de la tarde. En el primero que lo llevo “galleando” al caballo y los sacó para hacer un quite a pies juntos, el público supo agradecer la calidad y el gusto en sus lances. Ya en la muleta toreo muy despacio y alargado los muletazos haciéndolos eternos con la mano derecha, por el pitón izquierdo el toro protestaba algo más aun así consiguió naturales ligados y bonitos. Remató la faena por manoletinas para después pinchar hondo y estocada “hasta la bola”, dos orejas le concedió el palco.

En su segundo que apretó en el caballo y quitó por chicuelinas poniendo la firma con una media verónica lentísima. Brindo a Juan José Padilla por su despedida de los ruedos. Como nos tiene acostumbrados el torero extremeño bordó el toreo por los dos pitones con la mano baja, exponiendo y llevando siempre el ritmo ante un toro que tuvo clase y nobleza. Dos pinchazos y entera algo desprendida que no le impidieron cortar una oreja.

Carlos Aranda despidiéndose como novillero de sus paisanos puso todo desde el minuto uno recibiendo de rodillas con una larga cambiada de rodillas y lanceando por verónicas. Brindó a su gente, como no podía ser de otra manera, y desde el centro del anillo citó al novillo para cambiarle la muleta por la espalda cuando casi el hocico estaba en el embroque, derechazos con categoría los que le recetó. Muy firme aunque el novillo tenia complicaciones y no se dejaba hacer las cosas fácilmente cabeceando en la muleta y saliendo con la cara arriba. Estocada entera perfecta y con susto, tanto arrestos le echó Carlos que termino la suerte suprema encima de los pitones pero sin consecuencias y cortó una oreja. Bonitos lances a la verónica en el último de la tarde y remates pintureros a la hora de dejarlo en el caballo, para después brindar a Padilla y a de Justo. Toreo con la derecha muy suave y con temple, después una preciosa serie al natural y un desplante en la cara del toro que hizo casi revolucionar los tendidos. Estocada entera y el paisano se unía a la fiesta de abrir la puerta grande junto a los dos matadores con dos orejas.

Plaza de Toros de Daimiel. Tarde calurosa. Media entrada.

Se lidiaron 4 toros y 2 novillos de Guadalmena. Bien presentados, nobles y colaboradores en líneas generales.

Juan José Padilla, de azul noche: y oro: 2 oreja y 2 orejas.

Emilio de Justo, de blanco y oro: 2 orejas y 1 oreja.

Carlos Aranda, de grana y oro: 1 oreja y 2 orejas.

La terna a hombros bajo un diluvio por tormenta.

Crónica: Marcelino Abenza

Fotos: Magdaleno León.