A pesar del juego de la corrida de los Lozano, que envolvió la tarde de un clima plomizo y gris, El Fandi y López Simón consiguieron triunfar y salir a hombros en la segunda de abono de la feria taurina de la Virgen del Prado.

 

Con una entrada floja para un cartel tan interesante comenzó la tarde con los tres toreros vestidos de azul, al igual que lo hicieran el día anterior, Manzanares y Talavante, parece ser que el azul manchego que decora las numerosas casas, tinajas y bodegones de nuestra provincia está de moda. Al finalizar el paseíllo la Dulcinea y Damas de Honor de las ferias y fiestas culipardas, obsequiaron a cada torero con unas cestas que contenían manjares gastronómicos de La Mancha como el incomparable queso que se hace por esta tierra.

Había hoy muchas ilusiones depositadas en una corrida esperada, por aquello de ser uno de los hierros más cotizados del campo bravo, que lidia en todas las ferias de primerísima categoría y a la que se le presupone un fondo de raza y bravura importante. Su procedencia Núñez además, la hacen algo diferente del habitual mono-encaste Juan Pedro, diferenciándose por lo general en algo más de picante y dificultades para su lidia. Dificultades que hoy serian la tónica general de los seis, pero en una mala versión y en un sentido contrario a lo esperado. Toros sin romper hacia delante, protestando por todo, y con un comportamiento cuanto menos informal en el lote de López Simón, discretos y salvándose el segundo del Fandi y peligroso e infumable como el primero de Castella. La presencia, mejor que la tarde anterior, con desigualdad de hechuras pero con la seriedad optima para una plaza de segunda.

El granadino David Fandila, lanceó al colorado abrochado de pitones que abría plaza, con las facultades del que posee dos cañones en las piernas y una contrastada facilidad con el percal. En el caballo se le pegó de manera muy fea. En banderillas, pues un tercio más de banderillas de “El Fandi”, un “monstruo” ganándole las caras a los toros y eligiendo bien los terrenos, pero sin clavar en la cara ni reunir el embroque haciéndolo ajustado en ninguna ocasión. Con la muleta, poquito contenido artístico y poquita brillantez. Con la zurda consiguió trazar algún natural donde el animal se desplazó y pare usted de contar. Pinchazo y algo más de media tendida más un golpe de verduguillo.

El negrito cuarto, chorreado y listón con toda la cara de Núñez, luciendo tipo, iba a ser el oasis de la tarde en el aspecto ganadero. Tuvo incluso una salida encelada como suele no ser habitual en esta procedencia, permitiendo dejar a David cuatro verónicas y dos medias con ajuste y bonita sencillez. En el caballo de nuevo mal, rectificando el picador el primer leñazo que fue caído, para darle otro en la yema. Se movía el de Alcurrucen queriendo coger los engaños por abajo y El Fandi quitó por Chicuelo por tres veces para rematar con otra media y una vistosa serpentina. En banderillas, pues eso, más de lo mismo, facultades y… eso, solo facultades. Cuando llegó la hora de presentar la muleta acudió con transmisión humillada que hacia despertar al personal del letargo. La dejó puesta El Fandi para ligar y que allí hubiera repercusión en el tendido, quizá con el fallo de no perderle algún que otro paso, cuando en el tercer y cuarto muletazo el animal apretaba buscando lo que se dejaba atrás. Embistió con interés el de Alcurrucen hasta la quinta tanda, que el torero optó por acortar distancias haciendo venir a menos el trasteo. La estocada y el descabello genuflexo, rodilla en tierra con torería, hicieron flamear los pañuelos para las dos orejas otorgadas por el presidente, D. Francisco Delgado.

Sebastián Castella se llevó hoy de Ciudad Real la experiencia amarga de un lote difícil. Su primero fue de los toros que sorprende ver en estas ganaderías tan supuestamente contrastadas. Un autentico morucho con peligro descarado que hizo sudar a José Chacón en la brega, tirando hachazos a la altura de las esclavinas, girando el cuello como un gato a mitad del viaje y queriendo coger. Toro para machetearlo por la cara y despachar con la mayor brevedad posible como hizo el francés. El segundo embistió también con dificultades, en mayor parte por los arreones y oleadas que lucía cuando le venía en gana. De nuevo bien José Chacón, esta vez en banderillas. Informal y sin entrega un animal al que Sebastián intento provocar por el lado derecho, donde consiguió los mejores momentos de un trasteo con poca enjundia. Dos desarmes en momentos claves bajaron el diapasón de una faena que no había alcanzado grandes cotas. Con la espada tampoco solventó con brillantez el asunto Sebastián, en una tarde muy diferente a la del pasado año donde se vio a un torero en un momento diferente al actual.

El madrileño López Simón hacia su debut en Ciudad Real con la expectación de ser una de los toreros que traen aires renovados a un monótono escalafón de matadores que quieran o intenten mandar en esto. Mandó regar el ruedo y allí salió “zapatones” para aplacar el piso. Su primero salió abanto y suelto y se empezó a enterar de la película cuando Ángel Rivas lo señaló de manera formidable en un gran puyazo. En la muleta el toro llegó sin transmisión ni poder, provocando un trasteo descafeinado que el torero disfrazó para cortarle la oreja. Con tres tandas cortas y medios muletazos sin apretarlo por el lado derecho fueron suficientes para que llegara a los tendidos. La suerte suprema ejecutada a una gran distancia, enterrando el acero arriba iba a hacerle cortar la oreja. En sexto lugar salió uno feote por alto y ensillado, que se montaba de inicio y al que Tito Sandoval le quitó las ganas de buscar la salida con el puyazo, que traspasó la primera raya del tercio, ya que después de dos riegos no se volvió a señalar con la cal. En banderillas saludaron Domingo Siro y Jesús Arruga tras exponer y clavar arriba. Tras ello iba a brindar el debutante a la Dulcinea y Damas de las ferias y fiestas, presentes en un palco de sombra y ataviadas con la elegancia que da la mantilla. En este toro iba a conseguir López Simón sus mejores momentos de la tarde por el lado derecho donde aprovechando el viaje hacia los adentros enganchó al toro en varias tandas que llegaron arriba por ligazón y un acople que no era fácil. Sonaba el pasodoble “Puerta Grande” de manera sensacional cuando a mitad de faena el toro se acabo de rajar. Con la espada, de nuevo perfilándose desde mucha distancia dejó un espadazo arriba que le valdría para abrir la puerta grande.

Crónica: Víctor Dorado Prado

Galería fotográfica: Manuel del Moral Manzanares

Plaza de Toros de Ciudad Real. Casi media entrada en los tendidos. Tarde de calor soportable.

Se lidiaron toros de Alcurrucen, bien presentados aunque desiguales, y de comportamiento deslucido salvo el cuarto, que resultó interesante.

“El Fandi” (Azul Pavo y oro): Ovación y dos orejas

Sebastián Castella (Azul celeste y oro): Silencio y Palmas

López Simón (Azul Rey y oro): Oreja y oreja

El Fandi y López Simón salieron a hombros de la plaza.

Saludaron montera en mano Domingo Siro y Jesús Arruga tras parear al sexto.