Bonita la tarde en lo climatológico a excepción de la brisa que por momentos quiso ser protagonista sin llegar a serlo y bonita como ella sola “la joya” de Las Virtudes una vez más. Puede sonar monótono en las líneas del que escribe pero me parece inevitable y de sanción para cualquiera en mi función, dejar pasar por alto el bellísimo conjunto artístico que conforman ese binomio Santuario-Coso taurino en una tarde de toros.

Metiéndonos a desgranar en lo acontecido sobre el ruedo de esta preciosidad de plaza de toros, cabe destacar la escasa afluencia de público que a pesar de las cámaras de CMM se esperaba con algo más de intensidad. Los de José Luis Iniesta lidiados hoy, tuvieron como nota predominante la escasa y justa nota de raza, por no decir la ausencia total de la misma en algunos de ellos destacando el lote de Galdós por movilidad y colaboración en el tercero y por altísimo nivel de bravura enclasada en la manera de embestir del que cerró el festejo, con un pitón izquierdo para soñar con él. Este último y mejor toro de la corrida fue el que presento algo de integridad en sus defensas, que en el resto de los lidiados fue paupérrima y notoria a simple vista.

El gaditano David Galván se las vió en primer lugar con un apretado de carnes castaño que presentó serias complicaciones que brotaron desde el genio y la falta de querer romper hacia delante y entregado del animal. Repuso y midió al joven director de lidia hoy hasta el punto de prenderlo de manera fea en el inicio del trasteo de muleta y al final del mismo, ya con el acero enterrado en el toro en uno de sus últimos derrotes. Previamente derribó al caballo de picar en el que arreo de manso. Tras la voltereta en los inicios de la faena, Galván bregó en las distancias y en la manera de tocar por fuera al animal, sobreponiéndose a las dificultades del mismo hasta el punto de desengañarlo y hacerle medio embestir. Labor de mérito malograda con el acero que dejó ese primer capítulo sin trofeo. Con mucho brío salió el cinqueño que hacia cuarto, al que Galván lanceó bien con el capote, soltando una mano en el remate de la bonita larga. De ese encuentro salió el morlaco hacia la barrera de la contraquerencia intentando saltar el muro de mampostería y “dando las buenas tardes” a un espectador que pareció no inmutarse de la visita que no llegó a producirse gracias a la altura de la tapia. Tras el intento de huida del animal y el encuentro con el del castoreño se vino abajo por completo yendo a menos y con aparente daño físico en su zona dorsal, que aparte de la falta de raza le impedía desplazarse con normalidad. Galván anduvo en el intento pero era imposible. Saludó una fuerte ovación tras una estocada fulminante al quinto intento.

Emilio Huertas comenzó hoy su temporada dejando una impronta de seriedad y firmeza, viéndosele muy metido durante toda la tarde y muy responsabilizado, dándole toda la importancia al compromiso y demostrando que arranca la temporada con ansiedad de demostrar que precisamente no viene de paseo. Cambió los terrenos para saludar a su primer oponente, en el lado opuesto a donde suelen hacerlo, quizá más pegado a la querencia, pero también evitando los desniveles del piso en terrenos de sombra. El criterio fue acertado porque no afectó al comportamiento del de Iniesta en una plaza donde pelear este tema de las querencias es complicado por la geometría del ruedo. En el capote Huertas, intentó romper hacia delante al toro en lances muy a favor del desengaño del animal, que cogió al caballo que montaba Diego Aparicio “El Turuta” por los pechos en una dura batalla del veterano varilarguero con el toro, en una demostración de raza y oficio en la que consiguió aguantar el arreon, poniendo pie en tierra al final del puyazo de manera inevitable ya que llevaba varios segundos fuera de la montura en un vibrante puyazo de esos que contiene la siempre interesante lidia de un toro. Pegó arreones en banderillas y llegó a la muleta molesto e informal, abusando de escarbar y buscar excusas para no embestir como a todos nos hubiera gustado. Con todo y con ello encontró Emilio toro en los medios en las tandas por el lado derecho que le permitió para después adentrarse en los terrenos del toro enseñando de nuevo que aparte de saber manejar las muñecas, Huertas tiene valor para dominar a los animales en la corta distancia. Llegó a los tendidos una labor premiada con dos orejas tras una buena estocada al segundo intento. En el que hizo quinto lo más destacado llegó con el recibo capotero a la verónica, ofreciendo el percal con las yemas y rematando con una media donde el mentón del torero pareció hundirse en el pecho, ¡de cartel de toros!. La faena fue brindada por Huertas a su amigo Alberto Nicolás, novillero sin caballos, presente en una barrera. Lo que vino después fue un todo a menos por parte del animal, al que le pudo la falta de raza tras una voltereta que acusó y que no permitió expresarse a un Emilio Huertas, que a pesar de cortar la oreja se le vio contrariado, demostrando que las intenciones del manchego son las de arrollar y causar sensación cada tarde que se vista de torero. Digamos que cortar tres orejas hoy en Las Virtudes, al de Santa Cruz le supo a poco.

El peruano Joaquín Galdós tuvo algo más de suerte en el lote de Iniestas que le correspondió hoy. Con su primero anduvo bien con un capote que le vuela muy bien, y que maneja con facilidad. Un buen par de Gómez Escorial sacando los brazos del embroque y saliendo de la cara en torero fue de lo mejor que vimos en los de plata hoy. Un matador de toros que con toda la humildad, torería y afición del mundo cambió el oro por la plata para seguir aportando categoría a una tauromaquia que cuenta con grandes toreros en las cuadrillas de la actualidad. Volviendo a la actuación del peruano con el tercero, pudimos ver algún muletazo bueno pero de manera intermitente ya que no acabó de haber rotundidad en las tandas pero sí que mucha disposición y una gran colocación del jovencísimo torero. Se premió su labor con el doble trofeo tras una casi entera estocada. En el que cerró plaza sí que hubo matices de nivel, por el comportamiento del animal y por la manera de hacer el toreo del peruano. Pero de hacer el toreo de verdad y de rendirle homenaje al toreo más de verdad y más puro que puede realizarse con la franela que es torear al natural con la mano izquierda. Previamente con el capote volvió a demostrar que domina bien eso de marcar los tiempos y torear meciendo los brazos a la verónica, pero lo rotundo vino después. Tras una tanda por el pitón derecho a media altura y como en línea recta, se echo a la mano izquierda “la pañosa” para dejar dos primeras tandas en la que Galdós vio pronto que el toro había desarrollado una calidad por ese pitón para sentirse agusto con él y vaya que si se sintió. Después de esas dos vinieron otras dos series de naturales con la embestida humillada del Iniesta, y la muleta citando con el pecho para enroscarse el toro por la cintura convirtiendo por momentos el escenario en un monumento al toreo al natural. El epilogo por abajo y genuflexo tuvo dos carteles de toros de nuevo por ese pitón y la estocada con la verdad por delante y el pecho del torero muy de frente, como se deben de matar los toros, dos orejas a una bonita faena del peruano que aparte de la sabida firmeza del valor que atesora, hoy enseñó que su tauromaquia también contiene eso tan difícil que es “saber torear”.

Plaza de Toros de Las Virtudes. Tarde agradable con ligera brisa.

Toros de José Luis Iniesta, impresentables algunos de pitones, desiguales de hechuras y faltos de raza en líneas generales a excepción del discreto tercero y buen sexto.

David Galván (Rosa y oro): Silencio y ovación

Emilio Huertas (Gris perla y oro): Dos orejas y oreja

Joaquín Galdós (tabaco y oro) Dos orejas y dos orejas

Huertas y Galdós salieron a hombros por la Puerta Grande.

Crónica: Víctor Dorado Prado

Galería fotográfica: © Manuel del Moral Manzanares

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Manuel del Moral Manzanares

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