Rafael Rubio «Rafaelillo y Antonio Ferrera salen a hombros tras cortar dos orejas a una gran corrida de Victorino Martín, brava y exigente con un toro de vuelta al ruedo. Tarde de mucha raza de la terna que tuvo que lidiar también con un auténtico vendaval a partir del segundo de la tarde. La presidencia le roba a Curro Díaz el poder acompañar a sus compañeros.

Desde estas lineas hoy lo primero que tengo que expresar es mi máximo respeto hacia la terna de hoy en Tomelloso, que además de tener que matar una corrida muy exigente del hierro de la «A» coronada, ha tenido que lidiar con un auténtico vendaval que sorprendió a los presentes a partir del segundo toro de la tarde.

En infinidad de ocasiones hemos visto como se suspenden corridas de toros por la lluvia y muy pocas veces por el viento, siempre velando por la integridad de los profesionales que se tienen que poner delante de los animales, pues esta tarde, si la terna después de la lidia del primer toro se hubiese negado a seguir adelante con la corrida, hubiese sido de lo más normal, porque esta tarde si que se la han jugado a carta cabal, pasando por momentos de verdadera angustia por sentirse desprotegidos ante los animales por ser imposible manejar los trastos con un mínimo de seguridad. Es por eso que vaya por delante mi admiración a todos los que hoy se han vestido de luces en Tomelloso.

Abrió cartel el murciano Rafaelillo con unas verónicas abriendo el compás y cargando la suerte. Con la muleta realizó una faena donde la primera parte fue de un toreo reposado y con aires artísticos llegando a dar muletazos de muy bella factura y rematando las tandas con mucha torería. Al final de la faena Rafaelillo pasó un momento de apuro que hizo llegar más aun si cabe su labor a los tendidos, afortunadamente sin consecuencias. El mal uso de la espada dejó sin premio una gran faena y vio silenciada su labor.

En cuarto lugar salió un toro de Victorino cárdeno que fue de menos a más y tuvo mucha transmisión. Se volvió a gustar con el capote esta vez con la rodilla flexionada, ganándole el terreno. Empujó con clase al caballo el cardenito para después ver a un Rafaelillo que sencillamente lo bordó por ambos pitones. Gran toro este que merecía un mejor final, pues la espada cayó baja por pinchar en una banderilla. Aun así el público pidió las dos orejas con fuerza y el torero la vuelta al ruedo de este bravo toro, concediendo el presidente ambas cosas.

Antonio Ferrera hoy con el capote no lo tuvo fácil, pues como es sabido el extremeño usa un capote verde de seda y tiene muy poco apresto, siendo hoy muy difícil su manejo por el vendaval. Quizás hoy debería haber usado un capote normal, pero no seré yo quien corrija al maestro.

Con la muleta en su primero Ferrera lo intentó de mil maneras, pero era prácticamente imposible el poder manejar la franela. Nos hubiese gustado ver este toro y alguno más sin el problema meteorológico, porque tenía mucha calidad. Se pidió el trofeo pero al palco le faltó el conocimiento y la sensibilidad suficiente de haber valorado la situación de como se empezaba a desarrollar la tarde.

En el quinto Ferrera fue a por todas. Logró sacar todo a este otro buen toro de Victorino y pudo ligar algunos muletazos por ambos pitones. La espada entró a la primera aunque algo baja y cortó las dos orejas.

Curro Díaz hoy debería haber salido a hombros junto a sus compañeros, pero a veces las cacicadas de los presidentes que pretenden sentar cátedra, ponen las cosas muy difíciles. El de Linares en su primer toro a pesar del viento, le enjaretó los mejores naturales de la tarde, dejando siempre su toque muy personal. Después de un pinchazo, pasaportó al toro y se pidió el trofeo, es cierto que quizás más con gritos que con pañuelos, pero como he dicho anteriormente, un señor que se sienta en un palco, debe tener en cuenta todos los pormenores que se desarrollen en un festejo y hoy el solo haber echado adelante esta corrida de toros, era de premio.

En el sexto, el más deslucido del encierro, Curro volvió a lo suyo y dejó de nuevo el de Linares muletazos de muy bella factura. Mató de estocada y el publico pidió los trofeos, pero el señor del palco solo concedió una oreja que dejaba a Curro marcharse andando por el Patio de Cuadrillas visiblemente contrariado y con razón. Destacó la labor de Óscar Castellanos tanto con capote como con los palos.

Como anécdota decir que cuando empezó el vendaval, los toreros intentaban ver en que terrenos soplaba menos el viento, buscando lógicamente las banderas, pero en la Plaza de Toros de Tomelloso, a pesar de estar celebrando el cincuenta Aniversario, en los mástiles no ondeaba ninguna bandera, teniendo que fijar la mirada en los árboles de fondo. Son detalles que se deberían cuidar en una plaza de toros con la historia que tiene la de Tomelloso.

Crónica y galería fotográfica del festejo: © Manuel del Moral Manzanares

Ficha del festejo

Plaza de toros de Tomelloso (Ciudad Real). Media plaza.

Toros de Victorino Martín, bien presentados, de buen juego. El cuarto premiado con la vuelta al ruedo.

Rafael Rubio «Rafaelillo» (azul y oro); Silencio y dos orejas

Antonio Ferrera (grana y oro); Silencio y dos orejas

Curro Díaz (azul y oro); Ovación tras petición y oreja

Crónica y galería fotográfica del festejo: © Manuel del Moral Manzanares