Linares logró destacar en el triunfo el día de su alternativa y falló la corrida de Castillejo de Huebra, que careció de contenido en líneas generales, de comportamiento vulgar, salvo el sexto, que tuvo mejor condición y algo más de raza, al que sin venir a cuento premiaron con la vuelta al ruedo.

Algo más de 30Km separan Pedro Muñoz de Tomelloso facilitando dicha distancia la afluencia de “tomelloseros” dispuestos a arropar y apoyar a su torero en tan señalada fecha. Entre forasteros y “pedroteños” ocuparon dos tercios de los tendidos. Con algo de retraso (como viene siendo habitual por desgracia en la mayoría de las plazas de toros) rompió a andar un paseíllo con dos guapas alguacilillas al frente. Sonaba el pasodoble “Camino de Rosas”

-Aquí hago un impasse con permiso de ustedes para denunciar la cada vez más preocupante situación que vivimos los medios de prensa taurina que nos volcamos durante todo el año en la labor de informar, apoyar, divulgar, promocionar e ilustrar a nuestros miles de lectores, cuando en numerosas ocasiones (como ayer en Pedro Muñoz) nos toca alternar en nuestro “particular cartel” con personas que sin profesionalidad, sin saber estar y total desconocimiento de formas y protocolos taurinos en dicha labor, son acreditados de igual manera que la nuestra, pero con la brutal diferencia de que después rastreas por toda la prensa taurina impresa u online y no consigues encontrar el teórico trabajo realizado y publicado por ningún sitio. ¡Señores responsables de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y Delegados Gubernativos, tomen nota por favor…!

Volviendo al ruedo, una vez roto el paseíllo, saludaron desde el tercio montera en mano los tres espadas la ovación del respetable. Salió “Engañoso”, con el numero 23, del guarismo 2, negro de capa, con el que Linares tomaría la alternativa. Bobalicón de salida como todos sus hermanos lo lanceó a pies juntos a la verónica el “toricantano” para rematarlo en los medios soltando una mano. En la brega estuvo bien “El Ruso” con el percal, alargando el trazo con suavidad y temple y colocando perfecto en suerte al toro para que “El Jaro” las dejara arriba con exposición. Después ceremonia parsimoniosa de Padilla y brindis compartido de Linares entre el público y el cielo. Con la muleta consiguió poca brillantez el torero, concediendo en la segunda tanda unas querencias a toriles que ya iban a condicionar negativamente el trasteo. Voluntarioso el torero, lo trajinó para después citar hasta tres veces en la suerte de recibir sin conseguir la arrancada y por consiguiente ejecutar un buen volapié con un acero que viajó contrario y trasero. Tras el descabello, oreja para el que se doctoró ayer en tauromaquia.

El segundo de su lote que cerró plaza fue el de mejor condición del deslucido encierro de los Murube de Castillejo de Huebra. Más serio y bien hecho este sexto que los demás, salió como dolorido de la parte posterior de su anatomía, parecía acalambrado y le costaba tener amplitud en el tranco, este hecho en los primeros tercios hizo peligrar su continuidad en el ruedo, pero se aguantó y terminó aparentemente recuperándose. De nuevo “El Ruso” brillante, esta vez con los garapullos. El público contrariado con la aparente lesión del toro obedeció a su torero que pedía calma con la situación y confianza de que “aquello servía”. Midiéndolo y dándole buen trato, el animal saco fondo y tuvo movilidad en los comienzos de faena, colocando la cara bien y embistiendo por momentos con profundidad. El torero encajado por el lado derecho consiguió lo más destacado de la tarde. Varias tandas por ambos pitones con importancia, rematadas con pases de pecho muy toreros, adelantando mucho la pierna que carga la suerte y trayéndose el palillo a la hombrera contraria. Ahí hubo expresión y gallardía. La guinda vino en la suerte de recibir con una gran estocada en el sitio; suerte que realiza Linares con sorprendente facilidad y rotundidad. La ebullición de los tendidos con su torero hizo flamear los pañuelos de toda la plaza pidiéndole los máximos trofeos que otorgó el palco. Acto seguido apareció incomprensiblemente el pañuelo azul, otorgando una vuelta al ruedo, pues eso, totalmente surrealista y de plaza sin categoría ni rigor por parte del palco. Como curiosidad el maestro de la banda denegó su labor a Linares en los finales de la faena, después de que el torero lo mandara callar en los compases iniciales, dando la espalda al ruedo, impasible ante la sonora bronca del público, ¡más chulo que un ocho este señor!

Juan José Padilla acudió a la cita vestido de “vergüenza torera” con una herida fresca en su muslo izquierdo tras ser cogido el día anterior en la plaza de Villanueva de Córdoba. Su actuación a pesar de ello contó con la habitual entrega por parte del “ciclón”, por ejemplo banderilleando a su primero que presentaba dificultades en el ritmo y el tranco que se necesita para clavar con brillantez en la cara. Resaltar a Daniel Duarte con el capote, que estuvo sensacional. Con la muleta poco que rascar, allí no había oponente. Con los aceros, fatal el de Jerez.

Anovillado y escurrido de carnes el cuarto, tuvo más colaboración con el padrino de la alternativa. A destacar, el quite por navarras airosas rematadas con la revolera, para que después banderilleara la cuadrilla. Arreó en el trasteo como pudo Padilla, comenzando con las dos rodillas en tierra. En el toreo fundamental no terminó de aparecer lo rotundo y lo limpio en los muletazos. Faltaban finales a la embestida y solo las manoletinas finales elevaron el tono de la faena que brindó al empresario mejicano Pedro Haces. El triunfo estaba en el bolsillo, pero la colocación algo trasera y tendida de la espada y el fallo con el verduguillo dejaron el posible doble, en un único trofeo.

El malagueño “Fortes” tuvo una actuación discreta y sin demasiado lucimiento debido al poco contenido y pocas opciones de su lote. Su primero que tuvo la virtud de humillar, le faltó el gas necesario que debe de tener un toro para acometer. Por consiguiente allí no iba a pasar nada del otro mundo. Lo pinchó además en varias ocasiones obteniendo leves palmas como resultado.

En quinto lugar tuvo “Fortes” a un toro vareado y de poca presencia como oponente, que fue a menos. Sin fondo ni transmisión pasó por la firme franela del malagueño que comenzó la faena en los medios con “bernadinas” de exposición, para después comprobar que aquella gaseosa se había disipado. Una media al segundo intento le iba a valer para cortar la oreja.

Pasadas con creces las dos horas de festejo, la oscuridad de la noche se apoderó del escenario que no reúne la iluminación optima para celebrar un festejo programado a las 19:30 de un seis de agosto, que quedará grabado en los apuntes taurinos de la memoria, como el día en que un torero de la tierra llamado Antonio Linares se hizo matador de toros, y al cual deseamos en su carrera un camino como el del pasodoble con el que arrancó la tarde “Camino de Rosas”

Crónica: Víctor Dorado Prado

Foto: © Manuel del Moral Manzanares

Plaza de Toros de Pedro Muñoz. 2/3 de entrada. Tarde de mucho calor.

Se lidiaron toros de Castillejo de Huebra, desiguales de presencia, de escaso juego, sin raza y deslucidos, salvo el sexto que fue el de mejor condición y al que premiaron con la vuelta al ruedo de manera exagerada.

Juan José Padilla (Grosella y oro con remates negros): Ovación y oreja.

“Fortes” (Caña y oro con remates negros): Palmas y oreja

Antonio Linares que tomaba la alternativa (Azul purísima y oro): Oreja y dos orejas y rabo.

Antonio Linares fue sacado a hombros por la puerta grande.