En el coso manchego se darán cita figuras, toreros locales, jóvenes, estrellas del rejoneo y ganaderías de renombre. Un serial corto, pero que satisface la demanda de todos los públicos.

 

Por: Pedro Luis Calvillo

En la calle Espino ya huele a toros. Se respira ese aroma singular que encierra este noble arte de la Tauromaquia: a triunfo o tragedia. Ciudad Real aguarda ya al inicio de su feria taurina en honor a su patrona, Nuestra Señora del Prado, este mismo lunes 17 de agosto y que se prolongará hasta el miércoles 19. Tres festejos tres, condimentados con buen criterio y que a buen seguro harán disfrutar a público y aficionados. La empresa Maxitoro, a cuyo frente se haya Maximino Pérez, cumple su séptima temporada al frente del coso capitalino y ha conseguido darle regularidad y relevancia a una feria que estuvo a punto de perecer por la mala gestión de anteriores empresas. Si bien, este año el prólogo del ciclo ha estado marcado por la incertidumbre propia de los cambios de gobierno en el consistorio, al final se ha conseguido sacar adelante con el beneplácito de los nuevos ediles.
Así todo, en lo estrictamente taurino, y disipadas las dudas sobre el apoyo de la institución a la fiesta de los toros, el empresario ha diseñado una feria que, pese a la premura con la que se hubo que trabajar y la congestión de festejos que hay en estas fechas, ha quedado materializada en tres carteles que satisfacen la demanda de todo tipo de público: las figuras, con Morante de La Puebla, Julián López «El Juli» y Sebastián Castella, ante reses de Torrealta; toreros locales que triunfaron en 2014, con Fernando Tendero y Emilio Huertas, junto con uno de los jóvenes emergentes que estuvo a punto de abrir la Puerta Gran de Madrid, Jiménez Fortes, que estoquearán a los de Torrehandilla-Torreherberos; y, por último, el toreo a caballo, que recupera el protagonismo perdido en la pasada feria con un trío de jinetes de postín y dinastía torera, con Andy Cartagena, Leonardo Hernández y Manuel Manzanares, que correrán murubes de Don Luis Albarrán.
Se trata de un formato más compacto, todo ternas, que deja atrás el modelo «monstruo» de la edición 2014, pero no por ello deja de ser menos atractivo, ya que se han tenido muy en cuenta los triunfos en Las Ventas y méritos de años anteriores. En los tres carteles hay toreros que se han ganado su presencia cosechando triunfos, bien en esta plaza o en Madrid. Lo cual alegra a coletas y aficionados. Que hacer las cosas bien sirva y dejen de hacerse carteles según intereses cruzados.
El Juli y Torrealta, repiten
Con este listado de ingredientes, el plato fuerte, a priori, se servirá el primer día, el 17. Llegan las figuras. El Juli, triunfador rotundo en 2014, vuelve a Ciudad Real un año después del indulto de «Golfo». Un ejemplar del mismo hierro reseñado para esta cita, Torrealta. Aquella tarde, fuimos testigos de la conjunción perfecta entre la plenitud de la bravura, la clase y la transmisión del animal, con el poder y torería del diestro de Velilla de San Antonio. Son muchos los que aún recuerdan la obra de arte que acabó con el perdón de la vida un extraordinario toro. El público manchego espera con anhelo la vuelta del triunfador de la pasada feria. No obstante, el diestro madrileño ya ha dejado este año muestras del estado en el que se haya. Triunfos rotundos en Valencia, Cáceres (con las cámaras de TVE en directo), Toledo, Istres (Francia) o Pontevedra. Una regularidad digna de una figura de época.
Por su parte, Morante vuelve hacer el paseíllo tras tres años de ausencia. Concretamente, desde 2011 no veíamos al sevillano por estos lares. En un año irregular, alternando tardes donde dejó escenas de inmensa torería con tardes aciagas por su apatía cuando no se siente a gusto. Todo ello salpicado con polémica por los diversos ataque de antitaurinos que ha padecido el diestro durante sus actuaciones y, como muestra, el acto reivindicativo que acaeció hace unos días en Marbella, donde se dejó vivo un toro después de cuajar una de las faenas del año en señal de protesta por la pasividad de los Cuerpos de Orden Público ante salto de dos animalistas al coso malagueño. No obstante, el genio de la Puebla del Río es de esos toreros que puede dejarnos una tarde de toros para el recuerdo. Para bien o para mal.
Cierra el cartel del primer día el triunfador de San Isidro 2015, Sebastián Castella. El francés, tras su cambio de apoderado (dejó a Luis Manuel Lozano para irse con la empresa Taurodelta) parece haber recuperado la frescura y la ambición que le llevó a situarlo en la cúspide del toreo hace 8 años. Madrid, con las faenas a «Jabatillo» de Alcurrucén (dos orejas) y «Leguadito» de El torero (oreja), sólo es la punta del iceberg de una temporada pletórica. El diestro galo también dejó una actuación de muchos quilates en Sevilla, pero la espada empañó la obra. Se podría decir que estamos ante el mejor Castella de los últimos años. Su presencia da aún más enjundia a la tarde.
Apuesta por el futuro
El segundo plato de este menú confeccionado por Maximino, es el de los toreros locales junto con uno de los toreros emergentes que más ha impactado entre los aficionados, Jiménez Fortes. Los tres son jóvenes y llegan con la ambición propia de los que están iniciando su trayectoria por las quebradas sendas de la Tauromaquia. Abre el cartel Fernando Tendero. Con apenas 5 años en el escalafón superior, da fe de la lozanía de la terna. El de Villarta de San Juan hará su primer paseíllo del año el próximo 18 de agosto y el cuarto en toda su carrera en el coso de la capital de provincia. Tendero, que este año ha dejado su carrera en manos de José Ignacio de la Serna, dejó una seria impronta en 2014 ante el interesante encierro de Los Chospes. Toreo clásico y sobrio, fundamentado en la verticalidad y en la verdad en el embroque. Busca en esta feria dar un toque de atención de cara a la recta final de la temporada y poder sumar festejos a su Currículum.
El ingrediente «foráneo» del cartel es Jiménez Fortes. El diestro malagueño se presenta en Ciudad Real con una carta de presentación rubricada a base de valor, sangre y triunfos. Desde que tomase la alternativa en Bilbao, numerosos han sido los percances que ha padecidos. Aunque también es cierto que ha dado momentos memorables a la tauromaquia moderna. El hieratismo, la verticalidad y pisar terrenos prohibidos para muchos toreros, han hecho de Fortes un torero a seguir. Este año, cuando se vislumbraba la luz al otro lado de la Puerta Grande Madrid, un toro de Salvador Domecq le infirió una terrible cornada en el cuello, mandándole directamente a la enfermería. Pese a todo, es un torero que no acusa las heridas y cuando vuelve a la cara del toro, pronto comienza a pisar esos terrenos que, en el toreo, delimitan la gloria con el infierno.
El otro local, Emilio Huertas, llega a la cita con el rodaje hecho. También salió a hombros junto a Tendero en 2014 y en la presente temporada ya ha saboreado las mieles del triunfo en la coqueta plaza de Las Virtudes, La Solana, Íscar (Valladolid) y Socuéllamos. El de Santa Cruz de Mudela, viene con la intención de que un triunfo ayude a dinamizar y dar relieve a su periplo por los pueblos de la región.
Vuelve el rejoneo
El 19, y como epílogo del ciclo y tras un año en el que la presencia del arte del toreo a caballo fue testimonial, Pérez ha vuelto a apostar por este tipo de espectáculo a sabiendas de la afición que hay en la provincia por el mundo equino. Para la ocasión, se ha reunido a un elenco de toreros de máximo nivel y dinastía, porque los tres pertenecen a dinastías clásicas del toreo, tanto a caballo como a pie.
Por un lado la veteranía y maestría de Andy Cartagena, sobrino del malogrado Ginés Cartagena. Un jinete, en muchas ocasiones maltratado por el sistema, ya que su categoría no se ve reflejada en actuaciones. Está atravesando un periodo de completo. Tanto la cuadra, como el alicantino están en el cenit de su carrera, cosechando triunfos notables. Sobre todo, en territorio francés. No obstante, en su terreta, Alicante, dejó una de las tardes más importantes de 2015, desorejando a sus dos oponentes. Seguro que hará las delicias de los aficionados cuando salte a escena con Pericalvo, Bético, Magno o Maravilla.
La siguiente dinastía presente es la de los Hernández, con Leonardo Hernández (hijo). Triunfador absoluto de San Isidro. El extremeño es el mejor posicionado para luchar por el cetro del toreo ecuestre –con el permiso de dos figurones como Pablo Hermoso de Mendoza y Diego Ventura-. Pese a los sucesivos vaivenes que ha padecido en la cuadra, con pérdidas importantes en los últimos años, Hernández ha conseguido reunir un elenco de ejemplares que le permiten expresar el rejoneo clásico que ya ejerciera su progenitor.
Cierra cartel y feria un apellido ilustre del toreo, en este caso, de a pie, Manzanares. Manuel, el menor de los hijos del difunto maestro Manzanares, optó por el arte Marialva. Ha sido alumno aventajado del Hermoso de Mendoza, de hecho, la base de su cuadra estar formada por caballos del jinete navarro. Manzanares, en un año marcado por el luto hacia su padre, ha estado anunciado en los principales ciclos de la geografía española, aunque en muchas ocasiones el mal uso del rejón de muerte le ha privado de cosechar más triunfos.
Sin duda, es de resaltar la variedad en los nombres que se anuncian y su justificada prsencia. Si se ha de poner una mácula a lo anunciado, esa sería la falta de variedad ganadera. A pie se lidiarán dos hierros de origen Domecq, como son los de Torrealta del primer día; así como los de Torrehandilla y Torreherberos, para los jóvenes y locales del siguiente. Para el festejo de rejones, serán los Murube-Urquijo de Don Luis Albarrán quienes salten a la arena manchega, encaste que se lidia mayoritariamente para el toreo a caballo. Dado el corto metraje del serial, es complicado encajar una corrida de las mal llamadas «toristas». Lo importante es consolidar una Feria que hace 10 años estaba agonizante y rezuma salud. Esperemos que los agentes externos a la Fiesta dejen trabajar y permitan un proyecto a largo plazo, lo cual ayudaría a la incorporación de nuevos atractivos que el aficionado demanda.