Faltó un rabo para que el diestro sevillano hiciera pleno hoy ante cuatro toros del Ojailen que ofrecieron calidad en las embestidas, con el fondo de nobleza que parece adquirir definitivamente esta joven ganadería de nuestra tierra.

De blanco y oro hacía el paseíllo el torero de Gerena, y con un paso firme y decidido como está afrontando este comienzo de temporada de cara al próximo martes en Madrid donde tiene fija la mirada, no sin antes matar la de “Virgen María” mañana en Tomelloso. Al término de dicho paseíllo se le hizo entrega al torero de una placa en recuerdo del día en que Daniel Luque mató cuatro toros en Fuente el Fresno con fines solidarios para la futura Residencia de Ancianos de la localidad. En los tendidos media entrada de público que en todo momento trató con cariño al torero, animosos y simpáticos, con una banda de música que amenizó de manera magistral el desarrollo del festejo.

De los cuatro toros de Macarena y Enrique Gallego se pueden destacar matices muy positivos dentro del sentido de nobleza que desarrollan, así como de la clase en sus embestidas, que tuvo como nota más negativa y asignatura aun pendiente el matiz de la transmisión. Hoy eran los primeros cuatreños lidiados, hijos del primer semental propio de la ganadería, lo cual es un gran avance para la vacada, que a partir de ahora y con los mimbres que comentamos de la nobleza y la clase seguirán construyendo un toro que acometa con dichas virtudes añadiéndole la transmisión de ese tranco más que aportará más emoción al espectáculo. De momento hoy la corrida, cumplió en varas, no se cayó y sacó un fondo de nobleza permitiendo el ostensible triunfo de Daniel Luque y dando satisfacción a los ganaderos de encontrarse en una buena senda.

Daniel Luque estuvo fácil con los toros, muy para él, se notaba que la tarde le iba servir mucho al torero de cara a su inminente cita en la primera plaza del mundo el próximo martes. Con el primero no pudo lucirse en el recibo y lo hizo todo para el castaño que embestía de manera boyante y que tras el puyazo colocó la cara fenomenal en tres chicuelinas y una bonita media, ¡qué bien le vuela el percal a Luque! La nobleza del Ojailen fue conducida con toques verdaderamente exquisitos a diestras de Luque, que le recetó el temple como argumento a su faena. El espadazo en la yema sensacional, dándole continuidad al buen momento que atraviesa el sevillano con el acero.

Ante el segundo si hubo alguna verónica buena de recibo, y tras el puyazo de Ignacio Sánchez, Escribano y Ramírez pusieron sendos pares de banderillas de buena ejecución. En la muleta faltó profundidad, ya que el animal no terminó de entregarse, punteando en los embroques quizá con un punto de genio que dificultaba el lucimiento. Tras un pinchazo en lo alto volvió a tumbar a este en el segundo intento cortando otros dos trofeos.

El tercero salió con más brío que sus hermanos, apretando para los adentros en el capote de Luque y haciendo tomar el olivo a Caricol y Cervantes. El más áspero de los cuatro y también cambiante en su comportamiento por ambos pitones. Lo mejor el comienzo de faena, flexionando la pierna que carga la suerte, muy torero, muy rotundo y muy mandón el de Gerena. El trasteo fue a menos aunque a Luque se le vio agusto en las cercanías. Le puso todo el empeño y volvió a enterrar el acero para de nuevo cortar los trofeos.

El negrito que cerró plaza fue manejable en líneas generales, mostrando de nuevo el punto de nobleza de la casa Ojailen. Luque sin acusar el esfuerzo y muy fuerte en lo físico mantuvo la tónica de la toda la tarde: muy reposado, sin prisas, muy tranquilo y sin perder esa torería natural que tiene la expresión corporal de este torero. Sin llegar a producirse el toreo de trazos largos ni ligados en este cuarto, el trasteo tuvo su duración y su contenido, cerrando su actuación con las “luquesinas” marca de la casa muy ligadas y conseguidas. Con la espada de nuevo rotundidad, y esta vez con más merito al tenerlo que hacer todo el torero, echándose encima del toro y metiendo la mano en corto y por derecho. En total, ocho orejas y tres rabos para una entretenida tarde triunfal en Fuente el Fresno.

Fuente el Fresno. Media entrada. Tarde calurosa.

Se lidiaron cuatro toros de Toros del Ojailen, correctos de presentación, colaboradores en sus comportamientos, de más nobleza y clase en primero y cuarto y mas informales, segundo y cuarto.

-Daniel Luque (Blanco y oro): Dos orejas y rabo, dos orejas, dos orejas y rabo y dos orejas y rabo.

Daniel Luque salió en hombros de la plaza.

Crónica: © Víctor Dorado Prado

Galería fotográfica: © M. del Moral