¿Una de las peores? Posiblemente sea una de las peores corridas de toros lidiadas en las últimas temporadas. La de hoy en Villarrubia de los Ojos ha sido para enfadar a cualquiera. Además para enfadar a cualquiera porque llueve sobre mojado. El hierro de Peñajara ya pegó un petardo el pasado año en ésta misma plaza y por no sabemos qué extraña razón (aunque nos la imaginamos) vuelve de nuevo a la carga y esta vez rizando el rizo de la vulgaridad. Ni aquel día del pasado año, ni el bochornoso espectáculo ofrecido el 25 de Mayo en Madrid entre otros, han servido para evitar lo que muchos presagiaban y al final ocurrió. Por sumar cuestiones al petardazo, los pitones de algunos toros daba pena verlos, la presentación una escalera y las hechuras ajustándose más a la morfología de un buey que a la de un toro bravo que esté criado para embestir.

No hay derecho a presenciar una situación como la vivida hoy en la cubierta de Villarrubia. Una plaza llena, llena de juventud, de peñas, de público, de afición, llena de una vida que alimenta la fiesta. En el cartel tres toreros jóvenes, dispuestos, que interesa verlos, que con una dosis enorme de vergüenza torera hoy han demostrado una dignidad asombrosa. La gestión del Ayuntamiento de la localidad no será criticada por este medio, porque sabemos de la importancia que conlleva que las administraciones apoyen y respalden la fiesta, pero si debo decir que lo de hoy no puede volver a ocurrir Sra. Alcaldesa. Usted cuenta con gente que llena su plaza de toros y que desean divertirse dentro de ella y para ello hay que prevenir errores como el de hoy, que más de uno barruntaba. Por otro lado y en relación a lo que deberían cuidar cabe destacar el comportamiento del Sr. Presidente del festejo, el cual debería mostrar con su actitud mayor respeto al desarrollo de la lidia poniendo más atención y sabiendo aplicar la varita de medir en función de lo que ahí abajo ocurre. No podría enumerar las ocasiones en las que los matadores han tenido que esperar a que este señor atendiera los saludos y peticiones de los espadas, un poquito de respeto y de seriedad, por favor.

Alberto Lamelas puso de su parte en cada toro para conseguir un trofeo en cada uno de ellos que le valiera para salir a hombros. Pechó con un primero engollipado que torcía la expresión cuando miraba los engaños, punteaba y no pasaba. En el segundo de su lote pudo Lamelas soltar capa a la verónica con buen juego de brazos y poco más en lo referente a lo artístico le permitió. En la muleta éste cuarto, un autentico marmolillo sin condiciones.

Fernando Tendero se encontró con el lote peor de los seis, y ya es decir, dos prendas. Su primero un toro que se salvó del resto en lo referente a las hechuras y que descolgaba el cuello en el amplio tranco de salida. Tras un puyazo en la querencia empezó a cerrar el kiosco de las buenas condiciones iniciales y se transformó en un cazador por ambos pitones que nunca quiso obedecer ni coger los trastos de un Tendero muy dispuesto. Con su segundo más de lo mismo. Puso en dificultades a la cuadrilla, que solventaron con oficio en el capote Félix Jesús Rodríguez, y con valor en banderillas Valentín Cuevas. En la muleta un imposible dentro de los imposibles. El pinchazo y la media arriba, sumada del golpe de cruceta hicieron que no se pidiera quizá con la fuerza suficiente el premio para Tendero, que en mi opinión debería haberse concedido por la exposición y disposición del de Villarta.

Emilio Huertas con dos toros a la contra, hizo una labor a favor de una entrega y un valor que avanza sobre su personalidad como torero, cada día. En el primero estuvo presente durante la difícil lidia que presentó el que salió frenándose de Peñajara. Entre Javier de Esperanza y el propio Emilio han intentado dirigir y someter una embestida que poco a poco iba perdiendo fuelle, transmisión y posibilidades. La manera de presentarle la muleta de Emilio con las condiciones que mostraba en cada muletazo el toro, hacían ver quien estaba por encima de quien. Con el que cerró plaza, un toro castaño, grande, muy serio que a buen seguro rondaría los 600Kg, ha logrado Emilio “disfrutar” un pitón derecho que pareció regalar algunas embestidas insulsas y vacías a las que Huertas puso el resto por su quietud y su firmeza. Bajó la temperatura de la faena cuando lo intento por el izquierdo en un gesto más de “vergüenza torera”, ya que soltaba la cara y pasaba cada vez peor por la jurisdicción del de Santa Cruz. Un epilogo por estatuarios pasándoselo por la faja ponían el broche del merito a la disposición con el toro. Buena estocada tras un pinchazo y oreja con fuerte petición de la segunda.

El año que viene esperamos que Villarrubia goce de una corrida de toros con garantías (“que las hay más cerquita”) que ofrezca espectáculo, que se mueva y que los toros transmitan esa emoción que pone la importancia a la labor de un torero. Y hablando de toreros, hoy felicito a todos los que se vistieron de luces empezando por los tres espadas y siguiendo por las tres cuadrillas que estuvieron delante de una corrida de toros con peligro, sin raza y sin contenido bravo en su interior que poco o nada les iba a dar. Creo que sería de ley y de justicia, tener el mismo trato de favor el próximo año con los tres toreros de hoy, al igual que se ha tenido este año con la vacada extremeña, de cuyo nombre no quiero acordarme.

Plaza de toros cubierta de Villarrubia de los Ojos. Lleno en los tendidos.

Toros de Peñajara de presencia desigual y de vulgar comportamiento. Vacía, sin raza ni condiciones para embestir ninguno de ellos. Todos ellos pitados en el arrastre.

• Alberto Lamelas (Blanco y oro): Oreja y oreja

• Fernando Tendero (Salmon y azabache): Oreja y ovación tras petición.

• Emilio Huertas (Verde agua y oro): Oreja y oreja con petición de la segunda.

Alberto Lamelas y Emilio Huertas salieron a hombros.

Crónica: Víctor Dorado Prado Fotos: Manuel del Moral Manzanares

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