Interesante corrida de “Virgen María” con la que cuaja una rotunda actuación el mejicano «Calita», así como el manchego Fernando Tendero. Mario Sotos tomó la alternativa resultando el triunfador numérico.

ENLACE A GALERÍA FOTOGRÁFICA

Recién arrancado el otoño, esta atípica temporada taurina, continúa (a Dios gracias) ofreciendo a “cuentagotas” tardes de toros como la que tenía lugar este domingo en la localidad de Castellar de Santiago, municipio situado al sureste de la provincia de Ciudad real y enmarcado dentro de la comarca del Campo de Montiel.

Se lidiaban toros de “Virgen María” divisa que cuenta con “buena prensa” entre los profesionales del sector y que resultó muy interesante en su comportamiento. A excepción del quinto, llevaron el segundo hierro de la casa ganadera, el de Santa Ana, que lo diferencia de alguna manera en las hembras reproductoras, ya que agregan procedencia del Marques de Domecq a las ya conocidas de Jandilla, Daniel Ruiz y Victoriano del Rio.

El conquense de Hinojosas, Mario Sotos, daba el paso al escalafón superior, y lo hizo con el toro número 93, de nombre “Piñonate” y con el hierro de “Santa Ana” la segunda divisa que representa el francés Jean Marie Raymond. Sotos recibió a pies juntos a su oponente, negro, colocado de pitones y de armónicas hechuras. Saliéndose a los medios lo recibió el toricantano. Galleó por detrás para dejarlo ante el caballo, donde recibió una vara en buen sitio de mero trámite. Con la muleta, a pesar del poco bagaje obvio del recién doctorado, estuvo firme y muy decidido. Encontró acople por el lado derecho, dejando varios pases de pecho de bello trazo. Una gran estocada hacía de su debut el mejor broche para sus dos primeras orejas de su vida como matador de toros.

Con el que cerró plaza, Sotos enjaretó un trasteo animoso, dispuesto y dominador. La falta de ajuste y reunión en diversos pasajes, propios y lógicos del recién doctorado como matador de toros. A Mario Sotos se le ve fresco y suelto con los toros para su incipiente trayectoria. Actitud y disposición no le faltaron, obteniendo una oreja de su segundo oponente.

Calita” es el torero mejicano que arrojó un manojo de naturales el pasado mes de agosto en Villamalea, y que hicieron “preocupar” a más de uno, ya que es un torero con fibra, con expresión y con un acompañamiento corporal favorable hacia conseguir aquello del empaque, la reunión y el ajuste que requieren la pureza del toreo. Hoy en Castellar demostró por pasajes todos estos matices que describen su concepto y ante su primero hubo naturales largos, con gusto y con la intención de enganchar las embestidas y llevarlas hacia detrás. Al de “Virgen María” le faltó raza para rebozarse y ofrecer finales en su comportamiento, pero aun así “Calita” aprovechó y extrajo lo que hubo. La espada, lo más deslucido, viajando a “los países blandos” en dos ocasiones.

Ante el bonito cuarto tuvo “el manito” las mismas intenciones de lucir su concepto, el cual se sustenta con un buen depósito de valor. El de “Santa Ana” con el fuelle justo tuvo clase humillada y permitió a “Calita” dejársela puesta y tirar de él, componiendo excelsos derechazos. La faena a más, muy a más, por la clase y la nobleza del toro y por la manera de torear del mejicano. Conseguir esa profundidad tan despacio, tan asentado, tan de verdad y tan inspirado, hacen que aparezca el toreo en su máxima expresión. La reunión y la pureza elevada a su máxima potencia. Con quince o veinte naturales así, vuelvo a repetir, que el mejicano puede traerle “una preocupación” y “un disgusto” a más de uno, así como un impulso de ilusión al aficionado ante un torero al que merece la pena seguir de cerca (veremos las oportunidades que tiene). Dos orejas tras una estocada defectuosa de colocación al segundo intento y vuelta al ruedo al toro.

Ante el castaño tercero se hizo presente Fernando Tendero, con el que los primeros compases discurrieron en pro del planteamiento de su lidia. La brega de Jorge Fuentes aplicó tiempos y suavidad y Miguel Ángel Ramírez dejó un sensacional par. El de Villarta de San Juan instrumentó una faena oficiosa y pulcra. La falta de celo y calidad del toro no dejaron ver el buen gusto que atesora el manchego, pero si ofreció Tendero la firmeza y la colocación adecuada para estar muy por encima. Con la muleta en la izquierda intentó arrastrársela por abajo Fernando, pero el que tenía delante abandonaba el trazo informal que marcó desde los inicios. Una buena estocada y el certero golde de verduguillo le permitían obtener un trofeo a su entonada actuación.

En quinto lugar, salió “Escultor”, descarado de pitones y al que Tendero lanceó a la verónica, sin demasiado ritmo y celo por parte del de Virgen María. Tras dos puyazos de “Tomasete” parearon con torería y eficacia Fuentes y Ramírez. El veterano percal de Manolo Castellanos centró el ritmo y las acometidas de un toro con el que Fernando Tendero se iba a reencontrar con su concepto. Ligado, templado y compacto por ambos pitones, Fernando esculpió una bonita obra a “Escultor”. El concepto clásico del diestro de Villarta volvió a quedar patente una vez más. La pena fue el fallo con la espada, que redujo el premio a la gran actuación de Tendero, con un apéndice.

Plaza de Toros de Castellar de Santiago (3ª categoría). Tarde agradable.

Se lidiaron toros de “Virgen María” herrados con el segundo hierro de la casa (“Santa Ana) a excepción del quinto. Bien presentados, de buen juego, destacando el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo, y el quinto.

Calita” de azul Rey y oro: Silencio y dos orejas.

Fernando Tendero, de azul marino y oro: Oreja y oreja.

Mario Sotos, de blanco y oro, que tomaba la alternativa: Dos orejas y oreja.

Crónica Víctor Dorado.

Fotografía Manuel del Moral.