Como viene siendo habitual durante años en el “Lunes de Resaca” en la localidad ciudadrealeña de Carrión de Calatrava, se celebró su festejo taurino, esta vez un festival sin picadores, en el cartel Ginés Cartagena, Víctor Janeiro y el novillero de la tierra Carlos Aranda con ganado de Torrehandilla-Torreherberos, sin duda un gran cartel.

Siempre es de agradecer que pueblos pequeños como Carrión de Calatrava, con su alcaldesa Ana María López y su concejal de festejos Jeremías de Haro sigan apostando por la fiesta de los toros y traigan hasta esta bonita localidad ciudadrealeña un festejo taurino.

Ginés Cartagena vino a Carrión con muchas ganas. Demostró llevar en la sangre reata de la buena a pesar de demostrar que aún está muy verde. Tiene una buena cuadra y a buen seguro en breve estará en las grandes ferias. De destacar en su actuación los pares a dos manos y uno al violín con las cortas que llegaron mucho al público. Debe mejorar mucho el manejo con el rejón de muerte, de haber estado más acertado hubiese cortado dos orejas y se fue a penas con una de su segundo novillo.

Víctor Janeiro demostró ayer en Carrión que no solo es un torero mediático, si no que es un torero que puede llegar a gustar mucho. En su primero, un novillo complicado que manseó y fue muy descastado de la ganadería de Roque Jiménez, (el único que no se lidió de Torrehandilla-Torreherberos) a penas pudo lucirse, pero en su segundo enemigo, un excepcional novillo de la ganadería que dirige Alberto Morales lo cuajó extraordinariamente. Empezó la faena con muletazos por abajo rodilla en tierra para después cuajar tandas de trazo largo por ambos pitones. Sin duda un gran novillo y un buen torero. En este toro, en el que destacó en la brega “El Ruso” el menor de los Janeiro demostró que tiene un buen concepto del toreo y que es un torero con personalidad propia. Sin duda quedan ganas de volver a ver a Víctor Janeiro en un compromiso con más importancia. Cortó dos orejas de su segundo novillo, un bravo novillo al que se le concedió la vuelta al ruedo.

El novillero de Daimiel Carlos Aranda volvía a tener un compromiso en la provincia de Ciudad Real muy importante para El por ser a las puertas de Ciudad Real y estar a tan solo unos días de su encerrona en Daimiel el próximo día 21 de mayo.

Carlos Aranda ayer volvió a demostrar que aun está en proceso de aprendizaje, con el capote esta vez si logró dar algún lance con sabor pero debe seguir aprendiendo y mejorando. Con la muleta dibujó en sus dos novillos momentos de mucha calidad, pero sin conseguir tandas rematadas de varios muletazos. Destacaron en sus novillos muletazos con la mano derecha, una pena los enganchones. Brindó su segundo novillo a Rubén Reina Rincón, en homenaje a su hermano José Tomás Reina Rincón, único matador de toros nacido en Ciudad Real que unos asesinos nos arrebataron cruelmente en Perú hace ya catorce años. Destacó en la brega una vez más Jorge Fuentes, demostrando que tenemos un escaparate de toreros de plata de gran categoría en la provincia, (salvo excepciones).

A Carlos Aranda todos los que le queremos le debemos exigir mucho más. En unos días tiene un compromiso en tierras francesas que le pueden abrir muchas puertas en el país vecino y su encerrona en Daimiel que sin duda alguna será una prueba de fuego esta temporada donde le apoyaremos pero a la vez le exigiremos. Seguro que Carlos Aranda dará la talla en sus próximos compromisos. Ayer cortó tres orejas.

Ficha del festejo:

Plaza de Toros de Carrión de Calatrava. (Portátil)

Tres cuartos de entrada.

Cinco novillos de la Ganadería de Torrehandilla y Torreherberos, bien presentados y de buen juego, destacando el lidiado en quinto lugar de nombre, muy bravo “Bogabante” al que se le dio la vuelta al ruedo. Nos hubiese gustado ver los novillos que se lidiaron a caballo a pie, sobre todo el lidiado en primer lugar.

El lidiado en segundo lugar de la ganadería de Roque Jiménez fue manso descastado y complicado.

Ginés Cartagena: ovación y oreja.

Víctor Janeiro: silencio y dos orejas.

Carlos Aranda: dos orejas y orejas.

Crónica y fotos: © Manuel del Moral Manzanares