Tentadero en Torrealta

¡Qué importante siempre, las distancias con el toro! Distancias para disfrutar del que viene entregado a los engaños, y provoca ese necesario primer eslabón del embroque. Distancias para el complicado, para poder analizar las dificultades de su embestida… Si hablamos del campo y los tentaderos, las distancias son aún más necesarias. Distancias en el caballo, de menos a más, de más a más, de más a mucho más allá, si se tienta a campo abierto, pero siempre de obligado criterio en la selección, aquello de “jugar con las distancias”. ¿La bravura podría definirse, como aquello que sucede con la embestida de un animal bravo, entre dicho y animal y su oponente? Pues probablemente; al igual que en esta extraña realidad, las distancias juegan pretendiéndonos arrebatar, las libertades de lo que sentimos entre nosotros, ¡qué importante sentir y poderlo expresar! (El Toreo).

La finca “El Toñanejo” representa en la “Ruta del Toro” gaditana, un refugio donde paladear los misterios y dulces sabores que ofrece el campo bravo. El hierro de Torrealta de la familia Prado-Eulate sigue trabajando en sus distancias, las del toro guapo que permite hacer el toreo en todos los tercios, un Domingo de Resurrección en La Maestranza, o las distancias del toro que galopa, entregando su celo desde que nacen los cites.

Pilar Prado, en representación de este prestigioso hierro, los matadores de toros Juan Ortega y Román, así como sus hombres de confianza, Jorge Fuentes y “El Sirio” respectivamente, nos ofrecen en la imagen, la distancia que todos juntos conseguiremos eliminar. El tentadero, al igual que una corrida de toros, son capaces en un par de horas, de representar la vida misma, las realidades de lo que acontece ahí fuera, en un lugar llamado mundo, que sigue luchando con las distancias… ¡lo conseguiremos!

Víctor Dorado Prado