Llegaron un año más las ferias y fiestas de Julio a Manzanares para darle sentido a que su bonita y centenaria plaza de toros acogiera un cartel compuesto por el hierro salmantino de Castillejo de Huebra para Curro Díaz, y los debutantes Álvaro Lorenzo y Jesus Enrique “Colombo”.

Saludaron montera en mano la ovación cariñosa del respetable los tres espadas desde el tercio, siendo los dos debutantes invitados por Curro Díaz tras el percance sufrido en esta misma plaza el pasado año, bonito gesto.

Salió informal y manseando el primero de Castillejo de Huebra sin emplearse en los percales ofrecidos por Curro a la verónica y por Juan Carlos García en la brega como sin querer cuentas. En el caballo sin emplearse. Comenzó a coger celo en el tercio de banderillas que llevó a cabo con oficio y torería Oscar Castellanos. El brindis de Curro al doctor Masegosa y su equipo (verdaderos ángeles de la guarda de los toreros) y la faena comenzada por Curro intentando “elaborar y moldear” la embestida sin estilo del animal por el lado derecho. La falta de estilo, de trazo y de clase en la embestida del Murube de Castillejo no permite a Curro crear, ni otorgarle su sello al trasteo. El final de faena con una embestida ya completamente a la defensiva desembocó en una estocada de buena ejecución algo desprendida y efectiva que hace cortar el primer trofeo de la tarde manzanareña.

El Urquijo segundo sale humillando y anunciando la justeza de fuerzas que adorna con una voltereta tras el saludo capotero, de un percal que suele manejar con mucho gusto el toledano Lorenzo. Tras el tramite-puyazo el toro se derrumba dada su manifiesta invalidez que pronto provoca el “urgente” cambio de tercio. En la muleta poco relevante a destacar de una embestida ausente de poder a la que Lorenzo imprimió suavidad. De agradecer que el joven torero no optara por lo habitual en estos casos, que es tirar de parafernalias y adornos para calentar “el kiosco”. De lo mejor, “Manolete” que no siempre suena tan bonito. Con la espada horroroso el toledano, pinchándolo de manera reiterada con sendos “mete y sacas” en los blandos. Silencio.

De rodillas con dos largas cambiadas recibió el venezolano “Colombo” al “de Huebra” que pronto comienza a evidenciar la falta de fuerzas cuando interpreta las verónicas rubricadas con dos medias. Sin estilo en el peto para el puyazito. El quite de Colombo por dos lances en honor a Chicuelo y revolera. Poderoso tercio de banderillas de un torero al que le sobran facultades para ganarle la cara a los toros con los que se suele cuadrar en la cara. Comienza la faena con la quietud de los estatuarios al interesante tercero. Alcanza el mayor nivel el trasteo cuando tira por abajo del animal toreando al natural con una franela rastrera con la que consigue exprimir las cualidades del toro. Tirándose muy, en corto lo pincha en reiteradas ocasiones esfumándose el posible triunfo.

Tras la “sagrada merienda” saltó al ruedo el cuarto que al igual que sus hermanos antecesores en el ruedo lucía una presencia deplorable de pitones. A la verónica lo recogió en el tercio el de Linares con algún lance por el pitón izquierdo de bella factura. El comienzo de faena de Curro con torería, dejando caer esos hombros que hacen lo normal bonito, y lo esencial, verdadero y puro. Mano derecha barroca, sentida, encajada, olvidándose de todo, acordándose de nada, embebido en sí mismo y por lo tanto creando en cada muletazo una conjunción entre toro y torero con un sello muy personal, muy en torero, muy en Curro Díaz. Cuando se torea con el alma surge el abandono del artista y eso se transmite de manera especial a los tendidos. No otorgó Dios sensibilidad a todas las personas para saber apreciar esto, pero dichosos aquellos que saben sentir. Un espadazo algo desprendido y un descabello sirvieron para cortar dos orejas. No tuvo la nota ni el argumento necesario el comportamiento de un manejable toro que obedeció hacia delante en la muleta sin llegar a emplearse por abajo embistiendo con los riñones, y sin demostrar nada más allá en los primeros tercios para merecer la vuelta al ruedo concedida por la presidencia.

“Junerón” hizo quinto. Un armónico Murube-Urquijo también feo de cara en lo que a su conformación cornea se refiere. Desentendido en los primeros tercios y a su aire no permite el lucimiento de los de plata. La faena de Lorenzo careció de entendimiento con la embestida del animal en sus comienzos yendo a más el trasteo. La segunda mitad mejor estructurada con bellos pasajes al natural y varios pases de pecho de pitón a rabo que tuvieron empaque en su ejecución. El epílogo por “luquesinas” buscó el calor con el tendido que tras una sensacional estocada de efecto fulminante propiciaron el triunfo del doble trofeo del toledano.

El que cerraba plaza salió al igual que sus hermanos muy discreto en sus embestidas y atendiendo de manera informal las intenciones de llevarlo y someterlo por parte de los de plata. De nuevo en banderillas anduvo sobrado y portentoso, queriendo reunirse en la cara siempre y rematando el tercio con un par al violín adornándose con un sombrero en la otra mano, queriendo recordar otros tiempos. A la muleta llegó sin ese tranco y sin ese querer coger el engaño con franqueza. A regañadientes el animal y sin clase alguna para el toreo esencial. “Colombo” tiró de recurso, de variedad y de entrega. Expuso en el cierre de su actuación por “bernadinas” para esta vez sí, atronar al sexto de una buena estocada tras la que necesitó de un certero golpe de verduguillo y desorejar a su oponente, acompañando a hombros al resto de la terna.

 

Plaza de Toros de Manzanares. Un tercio de entrada en tarde calurosa.

Se lidiaron toros de Castillejo de Huebra, de armónicas y entipadas hechuras pero lamentablemente presentados de pitones. Interesante tercer toro por transmisión y humillación. Se le dio la vuelta al ruedo al cuarto, un manejable toro en la muleta que no dijo nada en los primeros tercios.

-Curro Díaz, de verde hoja y oro: Oreja y dos orejas.

-Álvaro Lorenzo, de rosa y oro: Silencio y dos orejas.

-Jesús Enrique “Colombo” de azul rey y oro: Palmas y dos orejas.

Los tres toreros salieron a hombros por la puerta grande.

Crónica: Víctor Dorado Prado

Galería fotográfica: © Manuel del Moral Manzanares