El buen concepto de Mario Arruza y el temple y la torería de Javier Zulueta abren la puerta grande de la localidad ciudadrealeña de Pedro Muñoz. El mal uso de los aceros impide al alcazareño Aarón Infantes acompañar a sus compañeros en la salida a hombros después de enfrentarse a una novillada de Rocio de la Cámara y Cortijo de la Sierra sin fondo.
A la vista de la entrada esta tarde de la novillada en Pedro Muñoz, podemos decir que en este bonito pueblo ciudadrealeño, lo mismo da anunciar una corrida de toros con figuras, que una interesante novillada como la de hoy, pues acude siempre la misma gente, un tercio de entrada. Bien es verdad que esta tarde para acudir a los tendidos de sol, había que tener mucho valor, pues era insufrible el calor que hacía.
Volvíamos a Pedro Muñoz con la ilusión de ver de nuevo una novillada picada con un cartel que desde el punto de vista de aficionado era de lo más interesante, pues se anunciaban el novillero de Mota del Cuervo Mario Arruza del que hablan los mentideros taurinos tan bien, el alcazareño Aarón Infantes que venía de triunfar en Francia y el sevillano Javier Zulueta que es una de las sensaciones de la temporada. Pero desgraciadamente, esta tarde, la novillada anunciada de Rocio de la Cámara y Cortijo de la Sierra, dio al traste con las espectativas de un mayor lucimiento y emoción. No porque los utreros anunciados hayan tenido malas condiciones, al contrario, si no porque a excepción del lidiado en quinto lugar, les ha faltado fondo, fuerza, pujanza, empuje, en definitiva, les ha faltado vida y por lo consiguiente, emoción. Y cuando un espectáculo taurino carece de esto, lo que pasa en el ruedo apenas mantiene el interés.
Dicho esto, todo esta tarde lo pusieron los toreros con sus buenas maneras, actitud y compromiso.
Mario Arruza demostró que lo que se comenta de el tiene un motivo. Tiene formas, buen concepto y quiere hacer las cosas bien en todo momento. En su primero un invalido que apenas se tenía en pie, logro a base de una faena de enfermero cortar una oreja después de ejecutar muletazos con las alturas suficientes como para mantener al animal en pie. Después de una buena estocada se le premió con una oreja.
Al cuarto que recibió con unos faroles de rodillas en el tercio si le pudo dar fiesta con el capote manejando bien los brazos. Con la muleta lo intentó hasta que el novillo se paró y dijo basta. Volvió a acertar con la espada y cortó un nuevo apéndice que le sirvió para conseguir la salida a hombros.
Llegaba Aarón Infantes a Pedro Muñoz ya con un número considerable de novilladas a sus espaldas y después de un triunfo importante en Francia y teníamos ganas de ver el momento que atraviesa el de Alcázar, y la verdad es que le tocó el lote con el novillo más complicado de la tarde y el que más se movió o mejor dicho, el único que se movió algo.
En su primero Aarón demostró que con el capote sigue en plena progresión de su toreo, meció bien los brazos y pudo sentirse. Con la muleta solventó bien la brusquedad y las malas embestidas de su oponente incluso se libró de una cornada después de un momento de apuro y de no haber fallado con la espada, cosa rara en el, hubiese podido cortar un trofeo.
El quinto fue el novillo que más se movió. Aarón después de pasar el trago de irse a la puerta de chiqueros, el novillo hizo mutis por el foro y el novillero se fue al tercio a recibirlo con varias largas cambiadas. Brindó a su paisano, el matador de toros Aníbal Ruiz y se fue de hinojos a los medios para torear en redondo con gusto con la diestra. Pero los mejores momentos llegaron con la mano izquierda ligando alguna tanda con mucho gusto. Excepcional fue el final de faena por abajo, pero al llegar la hora de la suerte suprema, Aarón no se tiró de verdad, con confianza y los dos trofeos que tenía en el esportón, se quedaron en una oreja.
Y de Javier Zulueta que podemos decir esta tarde. Pues que no cabe duda que estamos hablando de un torero que está en otra liga, en otra dimensión. Independientemente del concepto que cada torero puede tener a la hora de interpretar su toreo,lo de Zulueta forma parte de los elegidos, de eso que el maestro Rafael de Paula explicaba con las bolitas que caen del cielo, que a unos les toca y a otros no.
El sevillano hoy en Pedro Muñoz ha dado una clase de lo que es el temple, las distancias, la suavidad, las alturas, en definitiva, estamos hablando de un torero que da gusto ver. A su primer novillo le enjaretó una serie de verónicas que han sido auténticos carteles de toros. Una lástima que en el remate de una media, el novillo sufriera una voltereta que hizo que las pocas fuerzas que tenía se le acabaran, pero el temple y las muñecas del sevillano, hicieron que un novillo que no se tenía en pie, se entregase con clase. Inconmensurable fue el final de faena por naturales de frente, girando la cintura y llevándolo hasta el final detrás de la cadera a cámara lenta, un final lleno de pura sevillanía. Una pena que el fallo con la espada dejará el premio en una sola oreja.
En el sexto que se lidió apenas sin luz porque después de un accidente en el público con una espectadora se interrumpió el festejo una media hora, Zulueta volvió a demostrar su buen concepto hasta que el novillo bajó la persiana. Mató de estocada tras un pinchazo y cortó una oreja que le valió la puerta grande junto a su compañero.
Una lástima del poco fondo que ha tenido la novillada porque estos novilleros con unos enemigos con más poder, los hubiéramos disfrutado mucho más.
No quiero terminar esta crónica sin poner en valor lo que este año ha hecho la empresa Ganados Belinchón, al organizar en esta temporada, varias novilladas con picadores con lo que conlleva de esfuerzo y a veces no salgan las cuentas. Hoy ha sido en principio la última de la temporada. Es para tenerlo en cuenta.
Crónica y galería fotográfica del festejo: © Manuel del Moral Manzanares.
Ficha del festejo
Plaza de toros de Pedro Muñoz (Ciudad Real). Novillada picada. Astados de Rocío de la Cámara y Cortijo de la Sierra desiguales de presentación y juego, faltos de fuerza en lineas generales.
Mario Arruza; Oreja y Oreja.
Aarón Infantes; Ovación y Oreja.
Javier Zulueta; Oreja con petición y Oreja.
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