Almodóvar del Campo vivió su tarde grande, en un festejo marcado por la profundidad y el encaje de Emilio de Justo, la torería de Juan Ortega, y el poder y mando de Roca Rey que se las vieron con astados de Loreto Charro a los que le cortaron 5 orejas.

Una corrida la anunciada que había levantado muchísima expectación, y ese interés que despertó el cartel se vio reflejado en unos tendidos que se abarrotaron de público. Desde estas líneas, destacar el buen trabajo de la empresa liderada por el joven empresario, Jorge Cutiño, que ha conseguido llenar de ilusión a una afición que es una de las más destacadas de la provincia. Sin duda, una entrada histórica en el coso de Las Eras de Marta donde se han conseguido este año cifras record en números de abonados, y todo para disfrutar hoy de una terna, debutante en esta plaza, que en la medida de sus posibilidades, de sus oponentes y circunstancias nos dejaron algunos momentos para recordar.

Abría plaza Emilio de Justo con un toro que fue aplaudido en su salida por su presentación, principalmente de pitones, porque lo que es de caja andaba justito el animal. Lo cuido en varas y termino dando muy buen juego en la muleta, con una embestida con ritmo, con fondo a la que el torero entendió a la perfección. Las series por ambos pitones se fueron sucediendo con profundidad, encaje, y con la mano muy baja. Destacó una tanda por naturales ligados con la diestra como epilogo a su labor que tuvieron mucho sentimiento. Una lástima que el triunfo quedara diluido por el mal uso de la espada y el verduguillo, donde no estuvo acertado el cacereño.

Con el cuarto de la tarde hizo disfrutar al público con verónicas, con el mentón hundido en el pecho, el compás ligeramente abierto y con la torería cosida en su capote. Tras brindar al maestro Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, comenzó su faena con la rodilla genuflexa llevando la entregada embestida del astado, y ligando series donde predomino la largura y la despaciosidad. Exquisito trazo en las telas de Emilio de Justo y un gran toro de Loreto Charro que estuvieron unidos por una faena que fue ganando en intensidad, sobre todo en las dos series finales donde el torero apostó fuerte y con decisión. Una gran faena que no fue rubricada con la espada en el primer intento, pero ese pinchazo no impidió que paseara las dos orejas, incluso se pidió el rabo. El toro de nombre “Escritor” fue aplaudido en el arrastre, por el público y por el propio torero. Merecido reconocimiento.

Juan Ortega tuvo en su primero a un toro que se quedaba corto por el pitón izquierdo y que planteó ciertas dificultades, pero que consiguió a base de tesón y de ese arte innato que tiene este torero, sacar esa expresión, esa composición a la altura de unos pocos privilegiados. Todo fue de uno en uno, pero despacito y con mucho temple, una composición de un gran calado artístico. Para recordar fue el final por naturales, donde corrió y bajo la mano para paladares exquisitos. Paseo una oreja, tras colocar estocada un poco desprendida.

El quinto de la tarde que le correspondió en suerte a Juan Ortega ya desde su salida salía muy suelto y mostró complicaciones. No mejoró en la muleta y esa embestida imposibilitó el ritmo, y la ligazón, así tras alguna probatura, algún desarme, y la poca posibilidad de hacer el toreo que hace el sevillano, decidiera por ir abreviando pronto.

Cerraba la terna Roca Rey, uno de los toreros que más gente llevan en la actualidad a las plazas. Prueba de ello es el tirón y la expectación que traía su presencia en el cartel. Un ciclón peruano que en Almodóvar no tuvo al público del todo con él, se escucharon continuamente demasiadas voces en el tendido, algunas poco respetuosas, incluso cuando todavía no había ni empezado a torear; esas exigencias a una figura del toreo se terminaron convirtiendo en aplausos al final de la tarde. Cierto es que en su primero no sucedió demasiado, tampoco tuvo un toro fácil. Un astado que soltaba mucho la cara y con el que el torero intento siempre limpiar y corregir esa embestida, aguantando alguna que otra mirada y consiguiendo por momentos la brillantez, sobre todo con dos grandes series por el derecho que fueron lo mejor de la faena. Perdió cualquier opción de posible trofeo, tras el repetido fallo con los aceros.

El que cerraba el festejo entró dos veces al caballo, acudió con transmisión a la muleta del torero peruano que lo metió en el canasto, a base de exponer y de ponerle mucho poder y mando, consiguiendo derechazos y naturales al ralentí de trazo muy largo y hondura que hicieron las delicias del público. Todo ello fue refrendado por una estocada que no entro precisamente por el hoyo de las agujas, pero que tuvo un efecto fulminante que le sirvió para abrirle la Puerta Grande con el corte de las dos orejas.

Crónica: Juan Domínguez Torres

Galería fotográfica: © Manuel del Moral Manzanares

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Ficha del festejo

Plaza de toros de Almodóvar del Campo. 1ª de feria. Con lleno en los tendidos se han lidiado toros de María Loreto Charro justos de presencia y de buen juego en líneas generales.

Emilio de Justo; de grana y oro, palmas y dos orejas

Juan Ortega; de corinto y azabache, oreja y silencio

Roca Rey; de gris plomo y plata, silencio y dos orejas

Se desmontero Francisco Durán Viruta de la cuadrilla de Roca Rey en el tercero de la tarde.