De nuevo cartel de «no hay billetes» en una tarde de figuras que no pasará a la historia. Hasta cuatro hierros diferentes saltaron a la arena de Las Ventas en tarde de expectación pero que terminó en decepción.

De nuevo gran ambiente, plaza abarrotada y alcohol, mucho alcohol en vaso de plástico por los pasillos antes de comenzar el festejo y en los tendidos durante el mismo, eso hace que en muchos sectores de la plaza se originen discusiones amenazas e insultos entre los asistentes porque a unos les gusta lo que ven y a otros no tanto. ¿Beneficiados de todo esto? pues los que les interesa más mirar por los intereses de los asistentes por un día, que por los aficionados que acuden todas las tardes incluidas las corridas y novilladas de temporada. Esos les da igual a los taurinillos y a los que abarrotan los burladeros de callejón como si fuera el metro en hora punta, a esos ya los tienen seguros y vuelven siempre, además pagan a precio de abonados y los otros para un día que vienen pagan lo que se les pida y no exigen, aplauden y sacan pañuelos se haga lo que se haga en la arena y salgan de los chiqueros los toros que salgan. Por supuesto también beneficia a los toreros que buscan el calor y el apoyo de sus enardecidos partidarios eventuales y tratan a la Plaza de Las Ventas como a una plaza de pueblo.

Las Ventas ya no es lo que era. Hace algún tiempo no habrían salido al ruedo los toros que hoy se han lidiado o al menos se habrían devuelto más de uno y así no se debe seguir o esto se va al carajo. Habrá portales taurinos, televisión o prensa en general que describan los toros de hoy como quieran o como les dicten las directrices recibidas de quienes pongan la pasta para su subsistencia, pero los pinten como los pinten, han sido sencillamente impresentables para una plaza que debería ser el auténtico crisol de la tauromaquia en todos los sentidos.

Dicho esto, esta tarde ha habido hasta cuatro ganaderías diferentes con sus pupilos en la arena, La Ventana del Puerto, Puerto de San Lorenzo, Valdefresno y un sobrero de El Vellosino que sustituyó a uno de Puerto de San Lorenzo devuelto a los corrales como debieron ser algunos más.

Los lidiados en tercer, cuarto y sexto lugar eran de La Ventana del Puerto de encaste Vistahermosa por la línea Murube, Aldeanueva,  Pedrajas, El Pilar. Los reseñados de Puerto de San Lorenzo eran del mismo entronque de los anteriores pero a través de Atanasio Fernández y Lisardo Sánchez por otra línea y el lidiado en primer lugar de procedencia Atanasio.

Todos, absolutamente todos, independientemente del hierro y del color de la divisa han sido flojos en exceso, nobles, sin pujanza, sin entrega, bobalicones, y un sinfín de “sines” más, ah y por supuesto con el trapío justo pero que muy justo.

En el cartel tres figuras de esto que se llama tauromaquia y que a veces pues no lo demuestran cómo deberían. El primero y director de lidia era José María Manzanares, el segundo Emiliode Justo que ya salió por la Puerta Grande en su anterior comparecencia y cerrando la terna Roca Rey.

Manzanares nos volvió a mostrar casi más de lo mismo que la vez anterior, que no anda bien, que no es el de hace unos años, que no sabemos si las operaciones que ha sufrido en su maltrecha anatomía ósea le ha debilitado el ánimo, el caso es que con el primer toro, que tenía clase, apenas pudo hacer cosas relevantes, pues el animal salió dañado visiblemente de una mano de los encuentros con el picador, pero como el toro quiere y no puede, todo se diluyó en un pase por aquí y otro por allá intentándolo, con las dos manos abusando un tanto de la clase del toro pero en definitiva nada de nada. Estocada y saludos que muchos le recriminan.

El cuarto era un poco más toro, alto, con los pitones apuntando hacia arriba pero que está arrastrando las manos por el suelo más tiempo que en pie, pero no hay pañuelo verde y el toro sigue en el ruedo. Ni un muletazo en el último tercio, pero ni uno, cero. Estocada tras pinchazo, silencio y adiós a la Feria.

Había expectación por ver a Emilio de Justo después de su salida a hombros la vez anterior. Se devuelve su primer toro por flojedad manifiesta y sale un tanque de El Vellosino que era el primer sobrero, grandón de 590 kg., abanto desde el inicio al que Roca Rey realiza un quite por chicuelinas en su turno de quites más voluntariosas que perfectas ya que hasta en dos ocasiones casi le arrolla el animal.

Emilio inicia con doblones su faena conduciendo la embestida del toro para después bajarle la mano con la derecha, el toro sale desentendiéndose y abriéndose mucho en sus viajes, todo se vuelve deslucido por la cualidad del animal. Pinchazo, estocada y silencio.

El quinto fue un toro de El Puerto de San Lorenzo creo, si de El Puerto pues con tanto toro y tanta ganadería eso era un lío. Un toro que se empeñó en dar trabajo a los carpinteros de la plaza, pues hasta dos veces desarmó en burladero del 6 como si fuera de construcciones Lego. Recibió de capa al toro el extremeño flexionando la rodilla y una media de bonita ejecución. Llega al último tercio el de El Puerto con tendencia a las tablas pero Emilio lo saca llevándole con mucha suavidad y el toro lo agradece transformando en clase sus embestidas que aprovecha el diestro para dar unas series de buen trazo con la derecha aunque un tanto por fuera. Por la izquierda el toro no es igual y se vence después de cada embroque y vuelta a la mano derecha donde a base de temple consigue que el toro se desplace más. Un par de naturales buenos y muletazos muy lentos por abajo en dirección a las tablas ponen fin a su labor. Suena un aviso, pincha en el primer intento con la espada y estocada entera a la segunda hacen que parte del público pida la oreja que D. Ignacio Sanjuan como inquilino del palco hoy no concede. Ovación con saludos recoge desde el tercio Emilio de Justo.

El limeño Roca Rey era el tercero en discordia la tarde de hoy y que suerte ha tenido el peruano que le han tocado los dos toros más terciaditos de la corrida ¿Quién habrá enlotado por la mañana?.

El primer toro suyo no debió salir nunca por la puerta de chiquero ya que era un toro indigno de esta plaza, pues además de no tener trapío, no tenía ni apariencia de toro y el público del sector que todos imaginan protestó con mucha fuerza pero como si nada. El apoderado del torero Roberto Domínguez debe pesar demasiado en las decisiones del palco, de los veterinarios y de Plaza 1 porque miraba desde el callejón al sector de las protestas y se reía como diciendo “decir lo que queráis” pero esto son lentejas.

El caso es que el torero se lleva al toro entre las protestas del público a los medios y se pone a torear como él sabe, con templanza, relajado y sin mucha exposición en el día de hoy. El torito tiene clase y acude a todos los cites con prontitud y el torero aprovecha esas condiciones para estructurar una faena limpia pero sin profundidad ni enjundia, buscando más lo olés fáciles que la rotundidad y pureza. Bernadinas ajustadas que a muchos de los del alcohol en vaso de plástico y trajes con corbata enardecen, pero un pinchazo les hace desinflar la euforia, estocada desprendida después hace que solo escuche palmas.

El sexto era otro torito y otra vez protestas y “miau” cada vez que el animalito pasaba por el capote de Andrés Roca Rey. El A.T.S. de turno le saca la sangre justita para un análisis desde el caballo de picar y todo sigue sin novedad.

Con la muleta torea el peruano con ambas manos entre los “miau” de nuevo, las discusiones en los tendidos y citaciones a duelos al amanecer entre los puristas de siempre y los del sudor etílico, pero que nunca va a mayores porque, como dicen en el fútbol “lo que pasa en el campo se queda en el campo”.

A todo esto Roca Rey sigue a lo suyo, pase va, pase viene, sin nada destacable hasta que decide coger la espada y dar una estocada como el que quiere pinchar una aceituna, es decir perpendicular y se acabó lo que se daba por hoy.

No sé lo que dirán mañana los periódicos en su sección taurina el que tenga, ni los informativos radiofónicos, ni los de la tele, pero como yo escribo sin directrices ajenas, ni intereses pecuniarios, pues digo lo que veo y pienso con criterio personal.

Y esto ha sido todo por hoy. Mañana más y mejor que con poquito seguro que lo será.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Galería fotográfica: © Alfredo Arévalo (Plaza1)

Ficha del Festejo:

Hierro de La Ventana del Puerto - EspañaHierro de El Puerto de San Lorenzo - EspañaHierro de Valdefresno - España

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Decimocuarto festejo de San Isidro. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros de La Ventana del Puerto, El Puerto de San Lorenzo (5º), Valdefresno (1º) y Vellosino (2º bis), muy desiguales de presentación por su disparidad de hechuras.

JOSÉ MARÍA MANZANARES, ovación y silencio.

EMILIO DE JUSTO, silencio y ovación tras aviso.

ROCA REY, palmas tras aviso y silencio.

Los banderilleros Morenito de Arles y Pérez Valcarce se desmonteraron tras parear al quinto.