Gran tarde de Román que cortó un trofeo. A Francisco José Espada herido grave por el sexto, la espada y el presidente le niegan la Puerta Grande. El mexicano El Payo sin suerte en su lote.

Nos habían metido el miedo en el cuerpo con las predicciones meteorológicas para esta tarde en Madrid y como provisores y obedientes, los aficionados que nos dimos cita fuimos previstos de prendas impermeables, paraguas y demás achiperres para combatir la que nos podía caer, pero no, no llovió, no cayó ni una gota y pudimos disfrutar de una tarde de toros perfecta porque ni una pizca de aire hubo tampoco.

Los tejemanejes de la empresa de la primera plaza del mundo nos tenían muy preocupados desde ayer cuando nos enteramos que había sido rechazado en su totalidad el encierro anunciado para el día de hoy de Luis Algarra y que se había embarcado una corrida del hierro de Valdefresno y la traían directamente a los corrales. Pero mira por donde esta mañana nos enteramos de que al final se iban a lidiar cuatro toros de la ganadería anunciada en los carteles, remendada con dos toros de Montalvo, ¿por qué habrá sido? , los más suspicaces decían que para no tener que devolver el dinero de las entradas, cualquiera sabe porque de los directivos de Plaza 1 se puede esperar cualquier cosa.

El caso es que la corrida ha resultado interesante y ha habido de todo, desde toros con posibilidades hasta otros que no dieron apenas opciones.

El encaste de la ganadería de Luis Algarra es de origen Vistahermosa por la vía de Parladé y Pedrajas, formándola definitivamente con vacas y sementales procedentes de Juan Pedro Domecq y Diez de origen anterior del Conde de la Corte y Tamarón.

La corrida ha estado justita de presentación e incluso un poco más por debajo de lo que aquí gusta, pero en líneas generales ha ofrecido un comportamiento más o menos interesante a pesar de adolecer de fuerza y empuje. Los remiendos de Montalvo corridos en cuarto y quinto lugar tampoco se diferenciaron mucho de los titulares anunciados en cuanto a comportamiento a pesar de que estos pastan en el campo charro y los otros en tierras sevillanas, pero el encaste también es de Juan Pedro.

Los acartelados en el día de hoy eran el mexicano queretano El Payo, el valenciano Román y el fuenlabreño Francisco José Espada.  

El Payo no ha tenido suerte esta tarde en Madrid, ni tampoco ha puesto mucho interés en buscarla. Ha estado un tanto perdido toda la tarde e incluso sin colocarse donde debía en los tercios de banderillas de los toros de sus compañeros, cosa que se le recriminó reiteradas veces desde el tendido.

Con su primero, que salió frenándose y frío, no pudo hacer nada con el capote, pronto el toro acusó ideas de irse a las tablas después del tercio de varas como manso que era. En la muleta cambia un tanto la actitud del animal pero es tardo en acudir a la tela y cada vez se pone  más difícil punteando en sus acometidas, muletazos sin nada reseñable intentándolo con ambas manos y estocada desprendida. El público ni se dio por aludido con lo realizado por el mexicano.

El segundo de su lote le dejo al menos trastearle de salida con el capote pero sin mucho lucimiento. El toro acusa flojedad de remos perdiendo las manos a la salida del primer puyazo y hay protestas en los tendidos que el presidente en la tarde de hoy D. José María Fernández no atiende y saca el pañuelo blanco después del segundo picotazo del picador. Excelente lidia de José Chacón llevando al toro muy templado y largo, muy largo y que tras el tercio de banderillas hace correr al animal a una mano de forma espectacular para cerrarlo donde su matador le había pedido. A la muleta llega el animal sin fuerza alguna y es tarea imposible dar algún muletazo, pues cada dos por tres el toro claudica de manos. Media estocada de fea colocación al segundo intento, recado presidencial por la demora y descabello. Silencio de nuevo.

Román ha estado esta tarde en su línea habitual y sin salirse de los cánones de su tauromaquia que a unos gusta y a otros no tanto, pero no se le puede discutir su entrega y honradez.

Al segundo de la tarde lo recibe el valenciano con unas verónicas aceptables, es este un toro humillador pero tampoco con fuerzas como para regalar pues galopa tranqueando. Román aplica distancia en los primeros compases muleteros, con cierto temple pero sin bajar la mano, eso sí retorciendo demasiado la figura el torero, cosa habitual en él. El toro tiene clasecita pero poca fuerza, muletazos unos mejores que otros, preceden a una serie final de pies juntos más acoplada. Estocada y ovación.

El quinto es un toro más hecho, hondo y un poco zambombito que pierde las manos en el primer encuentro con el percal y no pelea mucho en varas que digamos, además va descomponiendo sus embestidas a medida que avanza la lidia y de esa guisa llega a la muleta. La brega con la pañosa se convierte en un toma y daca constante, el torero traga y el toro no ofrece garantías de mejorar sus embestidas, es un “o tú o yo” constante que mantiene a los tendidos en tensión. Especial mérito tiene una tanda de naturales enseñándole al toro la femoral,  incluso llega a recibir un pitonazo en la pierna izquierda que afortunadamente no cala. Manoletinas y una gran estocada ponen fin a su labor. Pañuelos en los tendidos y oreja para el de la ciudad del Turia.

Francisco José Espada  ha estado a punto de saborear las mieles del triunfo en el primero de su lote, de no ser porque al señor presidente no le han salido las cuentas de los pañuelos que solicitaron la oreja para el de Fuenlabrada al acabar su faena con el toro. Esperemos que con las figuras el recuento se haga de igual manera.

Su labor con la muleta se ha basado de inicio por estatuarios pasándose el toro tanto por el pecho como por la espalda. El toro acude raudo a las llamadas del torero y saca algunas series con pulcritud salpicadas con algún trallazo que otro pero que tapa con los pases de pecho de ejecución casi perfecta. Faltó quizás algo más de acople y cierta rotundidad. Final por bernadinas que se han puesto de moda, espadazo un punto desprendido y flamear del pañuelos, que como he dicho anteriormente, el ocupante del palco no consideró que eran la mitad más uno. Vuelta al ruedo sin discrepancias y bronca al presidente al retirarse el matador.

El sexto y último derriba de forma aparatosa al picador, pero más por malos apoyos del caballo que por la fuerza del toro y se produce cierto desconcierto entre toreros, picador, monosabios, toro y caballo hasta que se restablece la normalidad. De rodillas empieza Francisco José su faena después de brindar al respetable, con muletazos conduciendo la embestida del burel, ya con la figura erguida lo pasa en series de derechazos a media altura para no forzar al animal, pero aquello no cobra cuerpo pues con el paso del tiempo el de Luis Algarra se va pensando las embestidas sacando el torero algún muletazo limpio pero espaciado. Decide el torero al final acortar las distancias y meterse entre los pitones en un alarde de valor y al cruzarse de un pitón al otro, el toro tira un gañafón y uno de los pitones penetra en el glúteo de la pierna izquierda del matador aunque en un principio no parece sangrar. Sin aspavientos y sin mirarse se va a por la espada de acero y deja un espadazo al tercer intento que cae tendido y al que antes precedieron un pinchazo y otra estocada que hacía guardia, estocada hilvanada diría yo. Silencio. Solo al final de acabar con el toro Francisco José se duele del glúteo por donde el pitón del toro había entrado y se ve sangre en la zona.

Destacar de nuevo lo gran subalterno que es José Chacón sobre todo en la lidia del cuarto toro, ya que hoy con los garapullos no tuvo suerte en el primero.

Finalizado el festejo Francisco José Espada pasó a la enfermería donde se le atendió y se redactó un parte médico en el que se dice que tiene una cornada de dos trayectorias, una ascendente de 15 cm, que llega al pubis y otra de 15 cm que bordea el recto. Un puntazo corrido en la cara posterior del gemelo izquierdo y poli contusiones en ambas piernas. Es trasladado a la Clínica de la Fraternidad con pronóstico grave.

Y esto ha sido todo por hoy. Mañana más y mejor.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Galería fotográfica: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)