El toledano Gómez del Pilar corta una oreja a un gran toro de José Escolar premiado con la vuelta al ruedo. Fernando Robledo pierde con el acero un triunfo importante y el salmantino López Chaves pechó con el peor lote en su despedida de la afición venteña.

En la víspera de San Isidro se ha celebrado la quinta corrida del serial y aunque el aforo no se ha cubierto en su totalidad, si que había casi lleno en los tendidos dada la gran expectación que despiertan siempre los toros santacolomeños de José Escolar, ganadería titular del festejo. El ganado no podía estar mejor presentado atendiendo a las características de su encaste, con el pelaje típico de su procedencia, de comportamiento muy variado y que exige siempre a los toreros de una manera muy especial. Destacó sobre todos el tercero de la tarde de nombre «Cartelero» aunque no tanto como para que el señor Presidente D. José Luis González González le premiase con la vuelta al ruedo en el arrastre, pues si bien el toro fue bravo en la muleta , no lo fue tanto en el caballo que en teoría es donde se mide la bravura y además se le picó lo justo como para llenar una bureta para un análisis, pero ya parece haberle salido competencia en el palco a D. Eutimio, el de la vuelta al ruedo por su propia cuenta al toro de Garcigrande que lidió y mató Emilio de Justo el pasado día 11.

Parece como si hubieran entrado en un “y yo más” particular entre los inquilinos del palco presidencial, demostrando así lo poco de aficionados que llevan dentro ya que tampoco hoy nadie había solicitado la vuelta para el arrastre del animal. Así no se debe presidir en la primera plaza del «Planeta Toros». Además parece que estemos gafados con este tipo de decisiones ya que la primera parte de la corrida discurría con un interés grandísimo, nadie comía pipas, fue sacar el pañuelo azul en el tercer toro y todo cambió a peor en la segunda mitad. Cosas que pasan.

López Chaves, Fernando Robleño y Gómez del Pilar, eran los encargados de dar lidia y muerte a los seis toros enchiquerados que iban a saltar a la arena venteña, tres valientes curtidos en batallas duras y experimentados ante este tipo de toros que las grandes figuras no quieren ni oír hablar de ellos, tres toreros que son capaces de jugársela como han hecho esta tarde y que además, en ocasiones componen la figura y crean arte con este tipo de animal tan listo, avispado y con mirada escalofriante que nunca se olvida de lo que se dejan atrás y a los que hay que someter, poder y arriesgar para conseguir algo positivo en el quehacer de los matadores.

Abría la terna el salmantino López Chaves que se despedía de la afición capitalina ya que anunció su retirada este año en su Salamanca natal y por ese motivo se le obligó a saludar desde el tercio a una fuerte ovación iniciada desde el tendido 7. Se encontró López Chaves de entrada con un primer toro cinqueño ovacionado en cuanto irrumpió en la plaza, un toro largo no muy apretado de carnes, un tanto alto y astifino. En las primeras embestidas lanzó derrotes en todas direcciones y aunque tardeó se arrancó de lejos al caballo. Ya con la muleta el torero de salamanca trató de someterlo por abajo, el toro escarba y a Domingo se le hace bola en la garganta, él trata de estar firme hasta que en uno de los derrotes voltea al torero, este se repone y poniéndose muy de verdad consiguió algún muletazo suelto de buena factura. Pinchazo y media estocada tras dos intentos previos acaban con el toro y el matador recibiendo una fuerte ovación.

El cuarto, segundo de su lote fue un toro acapachado de cuerna, hondo y con las palas por delante que recibió demasiado castigo en el caballo y planteó serios apuros a los de los palitroques. A la muleta llegó con pocas ganas de plantear pelea, tardó en decidir la arrancada y no empujó hasta el final nunca. Voluntarioso el torero lo prueba por los dos pitones pero las opciones son nulas. Coloca un pinchazo abajo y el toro acaba por echarse. Palmitas desde los tendidos.

Fernando Robleño ha estado hecho un tío toda la tarde y solo el malísimo uso de los aceros le privó de un triunfo importante, quien sabe si de una Puerta Grande pero cuando las cosas no están para uno pues no están y ya está.

Al su asaltillado y un tanto cornipaso primero lo recibió con lances genuflexos conduciendo la embestida de forma magistral, el toro recibió dos puyazos, bueno puyacitos diría yo, aunque se adormeció en el peto en la segunda acometida y llegó a la muleta donde el madrileño se pone a torear sin probaturas manejando magistralmente las distancias, alturas y colocación, el toro gira sobre sus manos pero a Fernando le da igual y a base de exposición logra series de un inmenso mérito, algunas con mucha emoción y rotundas que ponen a los asistentes en pie. Pero cuando la cosa olía a triunfo fuerte llegaron los pinchazos y su labor se fue al traste. Ovación fuerte al torero tras otra dedicada al toro en el arrastre.

El quinto fue otro cantar, metía menos miedo pues se le notaban sus cuatro años, además era más soso y llegaba menos al tendido. Ya con la muleta empezó Fernando su labor a base de derechazos, el toro se vuelve andarín, gazapea en exceso pero a base de perderle pasos unas veces o acortando distancias otras, consiguió una labor digna de un gran torero. Con la izquierda lo prueba pero el toro se mete muy por dentro, pero es al final cuando hace lo mejor de la faena llevando al toro hasta donde nunca quiso ir, alcanzando la faena en esos momentos el punto más álgido. Se perfiló para matar y otra vez la maldita espada que no entra, al final espadazo casi entero caído a la segunda provoca el monumental cabreo del torero de casa pues lo tuvo todo en la mano y no pudo ser.

El primero del diestro Gómez del Pilar no podía disimular lo de Santa Coloma que era, bonito toro y muy serio. Acomete al caballo de picar dando cornadas al peto y acude otra vez simulando el picador la suerte de varas, sí, he dicho simulando pues apenas le mete las cuerdas. En banderillas acudió con algo más de velocidad que un simple galope no sin escarbar siempre antes y no poco. Noé Gómez se va al toro muleta en mano y ahí sí, el toro quiere devorar la franela, pero firme el torero le coge la medida y da unas series que tienen mucha emoción. Cuando parecía haber dominado la situación y querer hacer el toreo más relajado y en corto, el toro voltea al matador lanzándole por los aire. El torero no se amilana y con el estaquillador en la mano izquierda tira del toro y la faena sube de tono, pues el toro humilla de buenas maneras y con una transmisión que enardece al público. Recibió el torero un recado desde el palco y receta una estocada un tanto desprendida. Muerte de toro bravo tiene el de José Escolar y oreja para su matador, pero ¿pañuelo azul Sr. Presidente?, ¡venga ya!, el toro ha sido bueno pero no para eso y menos aquí.

El sexto fue un pedazo de toro, 584 kilos pesaba, precioso de lámina pero pronto se detectó su falta de fuerza y se fue quedando cada vez más corto una vez pasa por el piquero de turno y hay algunas protestas pidiendo el pañuelo verde porque su debilidad es más evidente cada vez, además con poca casta y ganas de embestir, ni se le pueden dar dos muletazos seguidos y bajarle la mano. Con este tipo de animal no sirve disfrazarse de enfermero. Lo prueba por los dos pitones pero el toro dice que no, que ni por uno, ni por otro, que no quiere ser toreado y ya está. Contrariado Gómez del Pilar coge la espada , pincha dos veces y el toro se echó. El puntillero da un mitin para atronarlo y se acabó lo que se daba por hoy.

Tres valientes, tres, han estado hoy en el redondel, gran primera parte del festejo y anodina la segunda a excepción hecha de algunas cosas de las realizadas por Fernando Robleño y la entrega, honradez y profesionalidad de sus compañeros de cartel en el cuarto y sexto toro. Así se viene a dar la cara a Madrid.

Mañana tenemos a Marco Pérez en clase práctica matinal y la corrida de El Parralejo por la tarde y no me pienso perder ni la una ni la otra tratando de contárselo más y mejor.

¡Ah! y menos pañuelitos azules asomando en el palco que ya está bien.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Galería fotográfica: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)

Ficha del Festejo:

Hierro de José Escolar - España

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Quinto festejo de la Feria de San Isidro. Casi lleno. Toros de José Escolar, muy bien presentados, serios, de buenas hechuras. Destacó el importante tercero, ‘Cartelero’, nº 63, cárdeno bragado meano, nacido el 01/18, con 509 kilos de peso, que fue premiado con la vuelta al ruedo. Muy encastado también el segundo. El quinto tuvo fondo y respondió al natural gracias al trato de Robleño. Deslucidos primero y cuarto. Desrazado el sexto.

López Chaves, ovación tras aviso y palmas.

Fernando Robleño, ovación tras aviso y ovación tras aviso.

Gómez del Pilar, oreja tras aviso y silencio tras aviso.

Al finalizar el paseíllo, López -Chaves saludó una ovación en el año de su despedida. Destacó el picador Ángel Rivas en el primero.