Gran dimensión de Alejandro Chicharro que solo el fallo con las espadas le quita un gran triunfo en Las Ventas. Hasta ocho novillos salieron al ruedo.

Señores taurinos, así no se puede seguir, o hay alguien cabal que tome cartas en el asunto o esto se va al garete.

La afición de Madrid no se merece una feria así, hoy con más de dieciocho mil personas en los tendidos y en una novillada no puede ser que ocurra tarde tras tarde unos despropósitos tan grandes pues esto empieza a rayar en tomadura de pelo.

¿Alicientes? los justos, pues si bien no nos cabía duda de que la terna de novilleros de esta tarde venían dispuestos a demostrar que quieren abrirse paso en esta difícil profesión, lo cierto y verdad es que con sus más y sus menos con respecto a su personalidad y forma de interpretar su tauromaquia, unos mejores y otros no tanto, así es imposible hacer ningún tipo de demostración salvo alguna excepción y digo que así es imposible porque los novillos que uno tras otro iban saliendo a la arena, hasta ocho esta tarde, no dieron opción al lucimiento salvo dos de ellos, aunque en estos ha tenido que ser los novilleros los que hayan puesto lo poquito que se ha visto.

La novillada ha sido presentada de forma, no digo justita sino indigna de la primera plaza del mundo, escasos de trapío, sin remate la mayoría, con caritas cómodas, flojos ¿Qué digo flojos? inválidos hasta más no poder, con poca movilidad, sin entrega, con embestidas sosas el que embestía y encima por si fuera poco manseando que ya es el colmo de los colmos, valga todo eso para los novillos de las dos ganaderías que se han lidiado ya que si bien estaban anunciados al principio cinco novillos de Guadaira y uno de Torrehandilla, al final el festejo ha parecido un desafío ganadero, tan de moda últimamente, porque al final han salido por la puerta de chiqueros tres de una y otros tres de la otra. Todo esto viene propiciado por el baile mañanero en los corrales con el permiso del Presidente del festejo y la aprobación del equipo de veterinarios de esta plaza que no sé sus emolumentos pero esa es una partida presupuestaria que la empresa Plaza 1 se podía ahorrar e invertirla en traer reses acorde con lo que siempre ha sido la plaza de Madrid, claro que para eso hay que tener más respeto a la afición y eso es harina de otro costal.

No me quiero entretener en decir procedencia de encaste ni nada de eso porque por desgracia vamos comprobando que donde hay sangre de Juan Pedro Domecq, en la inmensa mayoría de los casos, pasa como con el caballo de Atila que por donde pisaba decían que no crecía la hierba.

Lalo de María, Pepe Luis Cirugeda y Alejandro Chicharro componían la terna de esta calurosísima tarde.

Corresponde al rubio torero francés nacido en Nimes Lalo de María un eral, perdón un novillo al que por poco solo le faltó que le cantásemos el “cumpleaños feliz” porque cumplió los tres años el pasado mes, un animalito que solo tenía los pitones astifinos y que encima arrastraba los cuartos traseros y que en el tercio de varas, con sumo cuidado eso sí, le hacen sangre como para un análisis y que en banderillas decide esperar a los rehileteros hasta llegar a su jurisdicción.

Plantado de hinojos comienza su faena el nimeño tratando de domeñar las rebrincadas embestidas del novillito. Erguida la figura trata de ligar alguna serie con la mano derecha pero nada, es imposible. Trata de hacerlo con la zocata y tampoco pues bastante hace el animal con pasar dando saltitos para afianzarse de manos y terminar con algún muletazo por baja de buena ejecución antes de cobrar una estocada trasera que es suficiente para que el utrero de años recién cumplidos doble. Silencio.

El cuarto novillo es algo más serio, es el de más peso de la novillada a tenor de lo que dice el cartel anunciador y que no sé si coincidía con lo que dijera la báscula, si es que esta está bien reglada y homologada, pues llevamos una feria con eso de los pesos que es para hacérselo mirar.

En el primer encuentro con el picador juega al corro con el caballo dando varias vueltas a su alrededor y claudicando de manos cada dos por tres y lo que son las cosas sin muchas protestas Don Víctor Oliver, presidente del festejo, saca el pañuelo verde, muy bien.

El cuarto bis es jabonero sucio de capa y como todos muy justito de presencia que cumple el trámite del primer tercio porque tenía la obligación de hacerlo y aunque galopa en banderillas lo hace sin fijeza alguna.

Con la muleta los sucesivos enganchones descomponen cada vez más al jabonero rebrincando cada vez que llega a los embroques tanto cuando le ofrece el francés la muleta con la derecha como con la izquierda y así es mejor coger la espada de verdad y dejarlo listo para el tiro de mulillas de pinchazo y estocada entera contraria. Silencio.

Llega en segundo lugar el turno del espigado novillero de Algeciras que hacía su presentación en esta plaza Pepe Luis Cirugeda al que le corresponde para su estreno un novillo del que no merece la pena decir nada pues al salir del primer encuentro con las huestes montadas está más tiempo claudicando de manos que en pie y es devuelto a los corrales por su manifiesta invalidez.

El que hace en su lugar segundo bis es un novillo muy ofensivo por delante que no se queda en el capote del algecireño y que en el tercio de picar hace una pelea metiendo los riñones en su primer encuentro y humillado en el segundo pero llega al tercio de banderillas rebrincado después de que Alejandro Chicharro ejecute un arriesgado quite por gaoneras en su turno.

Con pases cambiados por la espalda y con las dos rodillas en tierra empieza Cirugeda su labor muletera para seguir después en la corta distancia tratando de dominar la violenta embestida del novillo pero unas veces por la condición del novillo y otras por cuestiones achacables al novillero aquello no acaba de coger vuelo y por si fuera poco el animal termina rajándose, aun así saca algún muletazo más por pundonor que por otra cosa. Problemas con la espada pinchando en varias ocasiones hasta que el animal se echa. Silencio.

A recibir al quinto de la tarde se va Pepe Luis Cirugeda dispuesto a dar una larga cambiada a portagayola que ejecuta con limpieza. De puro trámite es su paso por el primer tercio y que en el segundo se convierte en una estatua de sal como si de la bíblica Edith se tratara y fiel a esa condición de no moverse llega al tercio de muleta y cuando decide hacerlo se queda debajo del novillero cada vez que trata de pasarlo y eso hace desistir al gaditano de seguir y decide acabar con él tras algunos problemas con el uso de la espada, cosa en lo que debe mejorar, bueno y en algunas cosas más pero en fin. Silencio.

Volvía el de Miraflores de la Sierra provincia de Madrid Alejandro Chicharro que ya saboreó lo que es salir por la Puerta Grande el día de su presentación con caballos en Madrid el pasado día 1 de mayo.

Su primer novillo es un utrero veleto, alto, pero justito de presencia, otro que nos han colado, al que Chicharro recibe con el capote de forma aceptable y rematando con una buena media.

Sale desentendido del caballo en primera instancia aunque ha empujado abajo, en su segundo encuentro recibe un picotacito y a pesar de que el novillero solicita el cambio, el señor Presidente no lo concede y vuelve a acudir al peto por tercera vez para administrarle otro picotazo sin más. Buen tercio de banderillas por parte de Juan Carlos Rey arriesgando mucho.

Con la muleta comienza el madrileño conduciendo la embestida genuflexo y templando mucho, cosa que aprovecha el novillero para continuar por naturales de muy buen trazo que hace despertar el interés de los asistentes, es ese el pitón del novillo y así lo entiende el chaval que logra dos buenas tandas más. Con la diestra la cosa no es igual pero aun así la faena no baja en intensidad y finaliza con unas manoletinas pasándose al novillo muy cerca. Pinchazo y estocada trasera preceden a una petición que el del palco no concede a pesar de que a simple vista parecía haber mayoría de pañuelos. Vuelta al ruedo sin manifestación alguna en contra.

Es el sexto y último de la tarde, mejor dicho el octavo ya que hasta ocho han saltado a la arena venteña en el día de hoy, voy a decir entonces solo el último de la tarde otro novillo más que nunca debió salir en esta plaza al que tan solo le tapaban los pitones y eso sí, largo de cuello que toma dos varas por aquello de tenerlas que tomar aunque se queda adormilado en el peto pero sin empujar. Otro que rebrinca en la lidia que le da Juan Carlos Rey aunque galopa en banderillas.

Muy derecho y sin mover los pies inicia Alejandro Chicharro su faena de muleta por estatuarios para de forma muy templada y colocación perfecta continuar con una tanda de naturales muy estéticos y vaciando las embestidas atrás que llegan con mucha fuerza a los tendidos siguiendo por el mismo palo toreando con mucha suavidad. Si en la cartilla de los militares en uno de sus cualidades decía que el valor se les supone, a este novillero si hubiera cartilla de esta profesión no pondría que se le supone sino qué valor tiene como lo demostró en el tramo final de su faena. Pincha hondo al primer intento con la espada y necesita de varios golpes de verduguillo para acabar con el novillo. Ovación fuerte que recoge desde el tercio.

Se les obligo a saludar una ovación montera en mano a los banderilleros Juan Carlos Rey tras parear al tercer novillo de la tarde y a David Adalid y Rafi Goría tras hacerlo en el quinto.

Esto ha sido todo por hoy. Mañana atención y expectación máxima que vienen Morante, Talavante y Pablo Aguado por eso espero y deseo que sea más y mejor que hoy. La duda nos puede llegar de los pupilos de Juan Pedro Domecq, veremos.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)

Plaza de toros de Las Ventas. Novillos de Guadaira (1, 3 y 6) y Torrehandilla (2 bis, 4 bis y 5º)

Lalo de María, silencio y silencio.

Pepe Luis Cirugeda, silencio tras aviso y silencio.

Alejandro Chicharro, vuelta al ruedo tras aviso y saludos tras aviso.

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