De nuevo tarde pasada por agua en Las Ventas, donde los novilleros Víctor Hernández y Álvaro Burdiel fueron ovacionados, el francés Lalo de María sufrió un pitonazo en la nariz al entrar a matar al sexto. Decepcionante encierro de Ricardo Gallardo.

Antes de empezar quiero hacer un especial homenaje al gran torero José Fuentes fallecido en el día de ayer y en memoria del cual se ha guardado un respetuoso minuto de silencio antes de romperse el paseíllo. D.E.P. MAESTRO.

En la tarde de hoy la lluvia no se hizo esperar a que se abriera la puerta de toriles pues ya caía desde un rato antes de comenzar el festejo, aun así los tendidos se cubrieron en tres cuartas partes del aforo. Los novillos de Fuente Ymbro siempre han sido un aliciente de interés por estos lares y la presencia de Víctor Hernández siempre hace que se movilicen muchos aficionados de su zona natal ya que es un novillero muy seguido por sus partidarios.

No fue hasta el quinto de la tarde que los billetes caídos del cielo en forma de agua, así los consideran los hombres del campo, nos dieran una tregua y los espectadores cerraran los paraguas que si bien evitan que se mojen sus portadores hacen que se empapen más a los que tienen detrás e incluso les dificultan la visibilidad. Deberían prohibirse los paraguas en las plazas de toros pues los plásticos, chubasqueros y capas impermeables facilitan y molestan mucho menos a los asistentes.

Otro apunte curioso de esta tarde es que ninguno de los banderilleros iban vestidos de plata, todos con bordados de azabache en los trajes de torear, menos mal que la terna vestían con bordados y alamares de oro, por cierto vestidos espectacularmente bien los tres novilleros, a este paso vamos a tener que cambiar la terminología taurina y utilizar para los banderilleros la de “hombres de azabache” en lugar de “hombres de plata” aunque hay que reconocer que el precio de unos vestidos y otros será sensiblemente diferente y no está la cosa ni la economía como para ir tirando cohetes.

La novillada del día de hoy era de la anteriormente citada ganadería de Fuente Ymbro, propiedad de Ricardo Gallardo y cuyo origen parte de la casta Vistahermosa para seguir después la línea de Parladé, Conde la Corte, Juan Pedro Domecq y Jandilla hasta llegar a la que da el nombre a los animales actuales.

La novillada ha sido de presentación un tanto desigual en lo que se refiere a su morfología, pues si bien había novillos con apariencia justa para esta plaza, otros eran novillos ya con pinta de toros de los que no se ven en muchos lares en corridas de cuatreños. En lo que al comportamiento se refiere ha habido un poco de todo, pero algunos de ellos con posibilidades de haber podido irse sin algún apéndice al desolladero. Destacaron a mi juicio el noble e incansable primero, el mansito y encastado cuarto y el quinto al que le faltó algo más de celo aunque ninguno de los seis pelearon con bravura en los tercios de varas sino todo lo contrario.

Volvía por cuarta vez a Las Ventas el novillero madrileño Víctor Hernández que ya consiguió salir por la Puerta Grande el día de su presentación y que en sus comparecencias anteriores salió a oreja por actuación.

El siguiente actuante era el sevillano Álvaro Burdiel que también había saboreado las mieles de salir por la Puerta Grande en 2.019 y que el pasado año trenzó dos paseíllos en esta plaza.

Cerraba la terna haciendo su presentación en Madrid el novillero galo de Nimes Lalo de María.

Le correspondió en primer lugar a Víctor Hernández un novillo de finas hechuras que debió pasar con justeza el reconocimiento veterinario, ya que su apariencia no daba el mínimo que se debe exigir en esta plaza por su falta de remate, pero que tuvo movilidad en todos los tercios e incluso derriba al caballo en su primer encuentro. Saltilleras del novillero en su turno de quites al novillo que no deja de embestir sin descanso. Estatuarios al inicio de la faena de muleta para continuar con unas series de derechazos con cierta templanza. Con la izquierda el novillo va perdiendo celo y poco a poco se va desengañando hasta aburrirse y se empieza a defender. Bernadinas que se han puesto de moda, estocada traserita y tendida. Aviso y ovación.

El cuarto novillo, segundo de su lote es más cuajado y rematado que el primero, le castigan poco en el caballo y queda demasiado crudo, lo que le iba a ocasionar dificultades de dominio y mando en el último tercio a su matador. Comienza el de Los Santos de la Humosa con dos pases cambiados por la espalda llamando al novillo desde el mismo centro, el animal llega a despertar interés entre los aficionados pues transmite mucho en sus acometidas. Faena larga en el tiempo a base de series con la derecha a las que le falta mando y conducción, aunque algunos muletazos tienen buen trazo, pero le ha faltado algo más de sometimiento a un animal que era muy exigente en todo lo que se le hacía. Manoletinas, dos pinchazos, aviso y estocada a la tercera. Silencio para él y ovación al arrastrar al novillo.

Álvaro Burdiel recibe por verónicas a su primer oponente, un novillo más cuajado y bajito que el que abrió plaza pero que enseguida se le nota que aunque tiene nobleza no es la fortaleza su mayor virtud. Muleta en mano Álvaro se aprovecha de la suavidad y nobleza del novillo y lo torea sobre la mano derecha con mucha suavidad, hay que ser muy sutil y templado y él lo consigue a veces. Con la izquierda es otro cantar pues las embestidas no son tan pastueñas y no hay lucimiento esperado ni por el novillero, ni por el público. Se va muy recto tras la espada pero cae con travesía, tres intentos con la espada de cruceta,  y aviso de parte del Presidente D. José María Fernández. Silencio del respetable.

Al playero y bastito quinto lo recibe el sevillano con lances rodilla en tierra ganándole terreno rematadas con una media que precede a una revolera. Con la muleta comienza la faena con muletazos de hinojos. Álvaro tiene formas de torero muy de su tierra, pero el novillo no le acompaña en su concepto de toreo,  pues la rectitud de las embestidas y el poco celo del animal hacen que su labor quede en pasajes elegantes y estéticos pero poco más, eso sí, no utiliza la ventaja de ofrecer el pico para intentar los embroques y eso es de agradecer. Estocada a la primera hacen que salgan pañuelos en los tendidos que el Sr, Presidente no estima suficientes. Ovación con saludos recoge el novillero desde el tercio.

El rubio y espigado novillero francés Lalo de María no puede lucirse en los lances de recibo al tercero de la tarde pues el novillo altote y bizco del pitón izquierdo se queda muy corto en sus acometidas.

Soso el novillo llega a la muleta. Lalo se lo saca a los medios para intentar un toreo de mano baja pero que la justeza de casta del animal condiciona demasiado y recurre a instrumentar muletazos de uno en uno que no dicen nada por más que el novillero se empeña en tratar de mostrar una tauromaquia muy personal. Con la espada no anduvo fino, pues pinchó en repetidas ocasiones hasta lograr una estocada contraria. Aviso y silencio.

El sexto era un toro en todos los aspectos y que tiene tendencia desde la salida a apretar hacia adentro. Tras su segundo encuentro con el picador entra en turno de quites por caleserinas Víctor Hernández y como acude de nuevo al caballo hace lo propio Álvaro Burdiel por delantales, pero a partir de entonces al utrero hay que llamarle siempre desde muy cerca al volverse demasiado tardo en sus embestidas.

De rodillas comienza la faena del nimeño para continuar con la derecha tapándole siempre la cara al animal consiguiendo algunos momentos estéticos pero faltos de profundidad a pesar de que no regatea esfuerzos Lalo, e incluso llega a relajar los hombros en alguna ocasión pero el novillo se rinde pronto y se para en ocasiones en mitad del recorrido de los muletazos que el novillero intentó realizar con ambas manos. En el primer intento con la espada el novillo no le deja pasar y recibe Lalo de María un pitonazo en la nariz que pudo ser terrible pero que afortunadamente solo quedó en un susto. Estocada final trasera y atravesada. Aviso y silencio. Otra vez será.

Hasta aquí la crónica de hoy, podría decir a título informativo que se desmonteraron después de parear al cuarto de la tarde Marcos Prieto y Diego Valladar, así como Marc Leal en el sexto pero la verdad es que no fue para tanto.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Galería fotográfica: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)

Ficha del Festejo:

Hierro de Fuente Ymbro - España

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Decimoctavo festejo de la Feria de San Isidro. Alrededor de tres cuartos de entrada. Novillos de Fuente Ymbro.

VÍCTOR HERNÁNDEZ, ovación tras aviso y silencio tras aviso.

ÁLVARO BURDIEL, silencio tras aviso y ovación.

LALO DE MARÍA, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de José Fuentes. Los banderilleros Marcos Prieto y Diego Valladar se desmonteraron tras parear al cuarto. Hizo lo propio Marc Leal en el sexto.