El matador de toros albaceteño Sergio Serrano, realiza una gran faena de triunfo grande a su primer toro, pero el mal uso de la espada deja el premio en una ovación. Aún así, Sergio Serrano se hace con la Oreja de Oro que la Asociación de la Prensa recuperaba en este festejo. El maestro Pedro Moya «Niño de la Capea», actuó de asesor de la presidenta Isabel Díaz Ayuso y del presidente de dicha asociación.

La plaza de Las Ventas del Espíritu Santo echó ayer el cierre a la Feria de San Isidro 2.022 con la denominada Corrida de la Prensa. A partir del próximo domingo volveremos a los festejos de temporada y como siempre, acudiremos los de siempre y pocos más. Entonces no habrá cámaras de TV en directo, ni quien culpe al 7 de todo lo malo que ocurra, ni quien tire almohadillas al ruedo, ni quien nos mande callar cuando nosotros, los de siempre, no prohibimos a nadie que aplauda lo que le venga en gana.

Para esta última corrida del ciclo isidril los carteles nos tenían anunciado la otrora esperada corrida de los «Victorinos» y digo otrora esperada, porque cada vez es más normal ver esta ganadería en cualquier plaza que dé un festejo en cualquier sitio de nuestra geografía y eso, ineludiblemente, resta interés en el aficionado por excesiva reiteración.

Fue la de ayer una corrida bien presentada, muy en tipo y con las características de comportamiento típico del encaste al que pertenecen. La actitud cambiante de estos toros a lo largo de la lidia e incluso de un tercio a otro hace más  interesante el desarrollo de la misma y pone a prueba la capacidad de quienes se ponen delante.
Los Victorinos de ayer tuvieron una dosis de casta de más y de nobleza de menos, a excepción del segundo, eso hace que el lucimiento en el tercio final sea complicado para el torero pues ese exceso de casta se convierte en listeza, sentido y orientación buscando lo que saben que se dejan atrás.

Antonio Ferrera, otra vez Ferrera, otra vez el ibicenco Ferrera, Sergio Serrano y Román fueron los encargados de cerrar la plaza al salir.

De Ferrera siempre cabe esperar la sorpresa de saber con qué nos va a sorprender cuando pone en marcha el motor de los inventos, pero ayer en su lote tuvo pocas posibilidades de poder hacerlo, tan sólo en el segundo suyo pudo intentarlo a base de insistir en una faena a base de querer, de exponer y detalles de su forma de entender la tauromaquia, pero no encontró en el Victorino, colaborador necesario y su labor global de la tarde pasó sin pena ni gloria. Varios detalles a tener en cuenta son que siempre es él quien saca a los toros del caballo, que declinó hacerse cargo del tercio de banderillas y lo del capote de color azul, que sigo pensando no vuela como debería por el poco apresto que tiene. Breve con la espada, su tarde quedó en una más, sin más.

Lo mejor de la tarde vino de la muleta del albaceteño Sergio Serrano con el cambiante segundo de la tarde. Lo recogió Sergio con el capote de forma muy mandona y poderosa arrastrando el toro el hocico por la arena, se paró sospechosamente el animal en el segundo tercio, pero cuando llegó a la muleta ofreció embestidas enclasadas, nobles y muy por abajo que el torero condujo con profundidad con la mano izquierda y de buen trazo con la derecha siempre arrastrando la muleta. Cuando exprimió todo lo que el toro llevaba dentro, vino el fallo a espadas y lo que pudo haber sido un éxito quedó en reconocimiento del público que le hizo saludar.
En el quinto toro solo el esfuerzo de ir a recibirlo a portagayola y plantear una faena en la que el toro aprendió que aquello no iba con él y que el engaño lo movía alguien, restó acoplamiento y lucimiento del de Albacete a pesar de intentarlo con ambas manos.
El cartel de Sergio Serrano en Madrid sigue intacto.

Román, ni pudo, ni supo, ni tuvo opciones con un lote que no le permitió el más mínimo respiro y tiempo de relajación, además se le notaba mermado de facultades por la herida aún sin cicatrizar de la cogida sufrida hace unos días.
Al torero de Valencia, la tarde no le fue de la forma que él esperaría, si a eso le añadimos que es un torero que no es muy mandón ni dominador de toros que planteen muchas dificultades, que apenas se muevan o si lo hacen lo hacen a medias pues aquello no tiene manera de levantar el vuelo y lo de la espada le sigue sin funcionar del todo y así pues eso…

Quiero decir algo que ayer vimos en la plaza y es que lo del subalterno Fernando Sánchez, a veces se le premia con excesiva vehemencia en el tercio de banderillas, en la tarde de ayer puso al público en pie con pares más estéticos en su preparación que en su ejecución y colocación, fueron buenos pero no para volverse tan locos. A veces si y otras no tanto.

Esto ha sido todo.
Hoy no me despido con «mañana más y mejor».
Yo también echo la persiana.
Hasta siempre amigos.

Tomás Mata Menchero

Aficionado y abonado del tendido 7

Foto. @ Las Ventas – Plaza 1