Decepcionante encierro de Alcurrucén. Tarde lluviosa de nuevo en Las Ventas. Talavante se inventó una faena en el quinto y Luque que demostró una vez más por el gran momento que atraviesa, recetó la estocada de la feria y dio la única vuelta al ruedo de la tarde. Urdiales se va de vacío en esta feria de San Isidro.

Lo de ayer en Las Ventas fue un espejismo pues si sobraban los pertrechos de abrigo e impermeables porque la tarde fue un oasis de buen tiempo dentro de la climatología que venimos soportando durante hace ya muchos días, hoy hemos vuelto a las andadas. Lluvia antes de comenzar el festejo, pausa durante los toros segundo a cuarto y diluvio de nuevo en los dos últimos.

Buen ambiente en los tendidos por ver a una terna de interés, solo faltaba que los toros de la familia Lozano aportaran ese granito de arena que hace falta para disfrutar de buen toreo, pues los matadores anunciados son muy capaces de hacernos pasar una gran tarde de toros, pero los toros han conseguido que los aficionados saliéramos al final comentando que si esta ganadería presenta este tipo de ganado aquí, no nos importaría que no volvieran más por estos lares.

La corrida de Alcurrucén estuvo horriblemente presentada ya que si se hubieran lidiado en otra plaza de inferior categoría podrían haber sido del agrado del respetable que pasa por taquilla, pero aquí no señores Lozano, aquí no y la culpa no es solo de ustedes, sino de quienes aprueban tal esperpento. Aun así en los mentideros previos a la corrida se comentaba que de esta ganadería siempre salen dos o tres ejemplares de interés y que se prestan al triunfo, pues no ha sido hoy el día y eso que nobleza no les faltó, pero acompañada de escasez de fuerzas, grandes dosis de mansedumbre, falta de celo y carentes de empuje y acometividad, feos, destartalados y con los pitones variados, pero a cual más feos y de sospechas no quiero hablar porque hay que suponer que no pasan por ese tipo de mutilación o retoque aquí. Lo que es seguro es que por falta de toros en sus fincas de origen no será pues los hermanos Lozano tienen de sobra, otra cosa puede ser el precio que ya sabemos cómo las gasta Plaza 1 a la hora de hacer desembolsos.

En fin, que después de lo visto hoy salir por la puerta de toriles, si no vuelven los de Alcurrucén, Madrid puede seguir existiendo y si se va la Empresa de esta plaza también. Ya está bien que el precio de las entradas se haya puesto por las nubes y los toros por los suelos y el CAT de la Comunidad de Madrid y los del canal Mundotorotv ¿Qué dicen de esto?. ¡Ah! Y por favor pasen la ITB a la báscula de pesaje que no hay quien se crea el peso que se anuncia en la tablilla que se exhibe antes de cada toro. Si la ITB “Inspección Técnica de Básculas” por decir algo que no sé si existe.

Con reses de procedencia Villamarta por un lado y de Manuel Ricón por otro que confluyen en Carlos Núñez se ha formado la ganadería del hierro titular hoy de Alcurrucén.

La terna que se iba a encargar de dar lidia y muerte a los astados anunciados estaba compuesta por el diestro de Arnedo Diego Urdiales, el pacense Alejandro Talavante y el sevillano de Gerena Daniel Luque. Tres toreros muy del gusto de la afición venteña y a los que se esperaba con mucha expectación.

Le corresponde a Diego Urdiales un toro en primer lugar un toro colorado y estrechito de sienes  que ni humilla en el capote, ni tiene interés en calentar la cosa y que en el caballo solo le preocupa quitarse el palo. En la muleta y ya desde sus primeras embestidas, manifiesta una flojedad y un aburrimiento por su parte que hace que ninguna serie tenga remate final. Urdiales lo pasa con ambas manos llegando a conseguir a base de empeño algún natural con gusto antes de que el toro claudique y se tumbe. La cuadrilla del riojano y él mismo se las ven y se las desean para levantar al toro dando un espectáculo lamentable en un toro bravo y que Urdiales pueda entrar a matar, lo que hace a la primera con un espadazo en buen sitio tras haber recibido un aviso. Palmitas.

El segundo de su lote hace cosas rarísimas de salida como si fuera burriciego. Se emplaza en el centro del ruedo y se va al capote de Diego dando saltos y desarmándole, cabriolas y regates sin fijeza alguna y por si fuera poco demuestra ser un manso de libro en los tercios siguientes. Muleta en mano empieza el torero probándole por los dos pitones, el toro tiene cambio de marcha automático pues cambia de velocidad en cada acometida, es imposible torear a un bicho así, Urdiales se dobla con el barrabás y con la habilidad que caracteriza a este matador, cobra una estocada que hace que el toro doble y él respire. Silencio.

Cierra demasiado la cara el segundo de la tarde que corresponde a Alejandro Talavante, el toro es largo y se frena en el capote y siempre con las manos por delante para posteriormente darle por tardear durante los tercios siguientes. A la muleta llega arrítmico y venciéndose sobre el torero planteando muchas dificultades a la hora de pasarlo con lucimiento, aun así Talavante le planta cara a pesar de ser complicado dominar las defensivas acometidas del animal que acaba por afligirse. El pacense no se da más coba y coloca una estocada trasera que necesita del uso del verduguillo atinando al primer intento y atronar al deslavazado toro.

Empieza a caer el diluvio en el quinto toro, segundo de Talavante, un toro castaño y muchas cosas más, listón, chorreado, bragado, calcetero, girón, meano y ahora añado yo, manso, abanto, rehuyendo la pelea, apretando hacia la puerta por donde salió y es allí donde toma la primera vara por parte del picador que hacía puerta, pero de repente se ve bajo la lluvia al torero extremeño que montera en mano se dirige al centro para brindar el toro a la empapada concurrencia y se pone a torear a un toro por el que nadie dábamos un céntimo, pero a torear de verdad. De rodillas da una larguísima serie de muletazos de riesgo extremo y con una templanza espectacular, series ya erguido de ejecución muy relajada y con ligazón. El toro empieza a acusar el sometimiento y Talavante acorta la distancia y culmina una obra que solo él había previsto, de improvisación total y exclusiva, sin hondura pero variadísima y pinturera, se ha inventado al toro, los terrenos y a él mismo. Que cosas pasan y nadie lo esperaba, la inspiración es lo que tiene. Media estocada en buen sitio pero tendidilla, recado presidencial, descabella a la primera y el público pide la oreja, sí que era petición minoritaria pero a ver quién era el valiente que soltaba el paraguas o sacaba las manos fuera de los impermeables para pedirla. Yo creo que incluso a Talavante no le importó demasiado y se refugió del aguacero en el callejón desde donde recibió una gran ovación previo saludo.

A Daniel Luque le han perseguido las inclemencias meteorológicas en este San Isidro, su primera tarde tuvo que sobrevivir a un vendaval ventoso de los que hacen época y en esta su segunda comparecencia a una tarde lluviosa de las que hacen que la muleta pese una barbaridad y el piso de plaza se ponga impracticable como fue el caso en el sexto de la tarde.

Su primero, un toro de justita apariencia para esta plaza, silleto y con poco cuello sale como si con él no fuera la cosa. El toro no tiene fijeza alguna pero en los primeros compases de la faena trata de enseñarle al toro con la rodilla flexionada y por abajo el camino que debe seguir. El toro parece que acepta y el de Gerena aprovecha en buena medida ligando muletazos poniéndole el engaño muy cerquita de la cara encadenando una serie girando sobre su eje que llega con fuerza a los tendidos, eso sí del tendido 5 “El caladero” menos exigente. Tras una serie con la mano zurda se pasa el diestro a los terrenos de cercanías para realizar otra de su invención “luquesinas” que enaltecen al público. Estocada trasera hasta la mitad del acero, aviso y un golpe con el descabello hacen que afloren pañuelos pero no con mayoría. Ovación.

Con el último de la corrida, un toro de poco cuajo, acapachado de cuerna, cortito de manos y de perfil justito, no puede Luque desplegar su arte capotero pues el animal pasa sin celo por allí. Castigado muy poquito en varas y tras el tercio de banderillas, comienza Luque por abajo pero el toro no humilla y encima pega arreones raros. Bastante hace el diestro sevillano con mantenerse en pie en medio del barrizal y  aprovechar la inercia de las acometidas atemperando los movimientos del toro e incluso consigue alguna serie a base de exposición llevando al toro templadito y con la mano muy baja. No se puede hacer una obra importante con tan poco material. Estocada de ejecución espectacular y toro sin puntilla al barro. Petición que esta vez podría ser mayoritaria pero que al presidente D. José Luis González no parecen cuadrarle las cuentas y no saca el pañuelo blanco. Vuelta al ruedo de Daniel Luque que sigue estando en un momento extraordinario.

Se desmonteró Iván García banderilleando al tercero de la tarde.

Esto ha sido todo por hoy, Mañana tarde de las de plaza llena y vasos en la mano y yo trataré de contarlo todo de nuevo bajo mi punto de vista claro está.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Galería fotográfica: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)

Ficha del Festejo:

Hierro de Alcurrucén - España

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Vigésimo festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de entrada. Toros de Alcurrucén. 

DIEGO URDIALES, palmas tras aviso y silencio.

ALEJANDRO TALAVANTE, silencio y ovación tras aviso.

DANIEL LUQUE, ovación tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso.

El banderillero Iván García saludó una ovación tras parear al tercero.