Morante y El Juli pierden el triunfo por el mal uso de la espada. Tomás Rufo no se entendió con el bravo tercero. Tarde de «no hay billetes» de nuevo en Las Ventas.

Con tarde bastante más agradable en lo climatológico con respecto a las que veníamos sufriendo días atrás, se ha celebrado el octavo festejo del serial de San Isidro. Cartel de “NO HAY BILLETES” en las taquillas y los pasillos de la plaza atestados de gente venida de todos los sitios imaginables del planeta. Mucho traje, mucha corbata y demasiado gin tonic en una mano y la entrada a la localidad en la otra, ambiente de acontecimiento importante, mucha expectación y al final como suele pasar cuando se mezclan todos esos ingredientes, casi siempre se hace bueno el conocido tópico de “tarde de expectación…..”, pues eso.

Venían tres toreros de relumbrón, de los que atraen a las masas y que se iban a enfrentar a los toros de la ganadería de Alcurrucén propiedad de los Hermanos Lozano de encaste primigenio de Vistahermosa por la vía de Parladé, Villamarta y Carlos Núñez con gran variedad de capas y que desde hace mucho tiempo, allá por los años 70 era muy demandada por los figuras, para posteriormente iniciar un cierto declive por los 90, aunque en la actualidad representa con orgullo la procedencia de la que proviene.

La corrida ha estado presentada de una forma de hechuras un tanto desigual, pero eso si, con una romana muy similar en todos los toros que componían el encierro. Ha habido de todo como en botica, desde el manso de libro que abrió plaza, el potable segundo, el buen tercero, el afligido cuarto y el exigido quinto, hasta el perezoso sexto. Con esos mimbres había que hacer el cesto de la tarde y procurar que fuera bueno y bien trenzado y para eso salió la terna de matadores a hacer el paseíllo.

Morante de la Puebla, Julian López “EL Juli”y el toledano de Pepino, Tomás Rufo, serían los encargados de dar lidia y muerte a los seis astados encerrados en los chiqueros.

Morante decidió que para abrir plaza saliera  por delante un toro basto de hechuras que abría la cara y que cuando le puso el capote delante medía las embestidas echando la cara arriba y enganchando el capote en cada acometida. El cigarrero niega con la cabeza lo que hace presagiar que no le gusta nada la condición del animal que mansea al salir del caballo, donde le da Aurelio Cruz con cierta saña, obedeciendo sin duda las órdenes de su matador. Ya muleta en mano, demuestra el toro que ni pasa ni tiene intenciones de hacerlo, cosa que Morante ya había detectado, pues esgrimió desde el inicio muletero la espada de acero. Le espanta las moscas de la cara y le mata de pinchazo al segundo intento de forma muy fea. En mi sector nadie protestó, pues era evidente que no había nada que hacer con ese colorado manso, pero manso de verdad e incluso le agradecimos la brevedad. Silencio.

Al segundo de su lote, bajito de hechuras trata de salida el torero de torear a la verónica, pero la única rachita de viento de la tarde sopla en ese momento y no puede hacerlo el matador, vaya por Dios. Quita El Juli por chicuelinas, la primera la mejor y más ajustada y Morante replica con tres verónicas un tanto enganchadas y dos medias que hacen rugir a los ocupantes de los tendidos cuatro, cinco y parte del seis y la verdad que no era para tanto, pero si no se jalea a este torero parece que no se sabe de esto.

Con la muleta empieza con garbosos ayudados por alto y Morante da una tanda de derechazos de bella factura girando sobre los pies, pasándose al toro muy cerca, eso siempre lo hace cuando se pone a torear. Se aflige el toro cuando le presenta la muleta con la mano zurda, pero aun así él tira del toro que toma el engaño a regañadientes. Estocada tras pinchazo y ovación del respetable.

Julián López “El Juli” venía muy dispuesto esta tarde, se le veía en la actitud y en la forma de andar por la plaza. El toro primero de su lote le impidió el lucimiento con el capote al quedarse muy corto en sus embestidas y al salir del segundo encuentro con el caballo, Tomás Rufo realiza un quite por delantales.

Muleta en mano se saca Julián el toro a los medios y da dos series con cierta profundidad y acortarle las distancias es fundamental, cosa que hace el torero aunque con la izquierda baja el diapasón de la faena. Otra vez con la derecha consigue alargar las embestidas del animal con la mano muy baja aunque pasando el toro un tanto despegado y abusando del pico de la muleta que pocas veces presenta plana pero con mucha firmeza. Pinchazo caído saliéndose de la suerte y descabello acaban con el burel. Ovación generosa.

Montado y largo fue el segundo de su lote y echa las manos por delante en sus acometidas y con la fuerzas muy justitas, pero el toro galopa en banderillas y parece recuperar algo de su condición de debilidad. A la muleta parece llegar con pocas ganas de emplearse el toro,  pero El Juli lo entiende a la perfección, le pierde pasos y de uno en uno le enjareta cuatro naturales espectaculares alargando la embestida hasta el más allá después de un par de series con la derecha y con la muleta retrasada para poder vaciar las embestidas atrás. Faena de mucho mérito diseñada e inventada por Julián en exclusiva. Exprime al máximo la condición del animal sacando jugo de donde no había, pero se atascó con los aceros de forma estrepitosa, hasta cuatro “Julipies”, perdón, quiero decir pinchazos de su estilo particular de ejecutar la suerte suprema para cobrar después una estocada defectuosa por su travesía. Aviso, descabello y fin. Ovación con saludos.

Cerraba la terna Tomás Rufo. El toledano no ha estado bien esta tarde o como les gusta a los taurinos que se diga “no ha tenido suerte” o “no ha sido su tarde”.  El caso es que el torero lleva ya dos comparecencias en el ciclo y no es el Rufo al que nos tenía acostumbrados. El tercero de la corrida, primero de su lote, como se dice en el argot de los tendidos se fue sin torear. Apático el torero, no le vimos con actitud de querer comerse el mundo como antaño hacía y eso que lo recibió con unas verónicas de buena ejecución, el toro humilla una barbaridad y siempre con el pitón de dentro. Tomás inicia la faena de muleta sin probar a conducir la embestida del animal, el toro es bravo de verdad y se quiere comer la pañosa siempre que se la ponen y hay que llevarlo, pero no lo lleva y en un ahora pierdo pasos y ahora los gano, la faena se va diluyendo. Algún muletazo suelto de mano baja sí que da, pero el toro tiene y quiere más y el de Pepino no le da el gusto e incluso muestra demasiado el pico de la muleta y este torero antes no lo hacía, pero hoy por lo que sea, ni lo ha visto claro, ni se ha entendido con el buen toro que tenía delante, ni se ha acoplado con él y así pues pasa lo que pasó, que pasó el tiempo, que suena un aviso y que Tomás Rufo pincha en su primer intento de matar al toro para recetar después una estocada trasera y caída. Silencio para el torero y ovación al toro en el arrastre.

Cerró plaza un toro muy largo de cuerpo, basto, que hace una salida gélida, muy fría, que impide al matador intentar lucirse con el capote. No acaba de definirse el animal hasta que Andrés Revuelta se hace cargo de la lidia, rayando la perfección y el toro cambia hasta su forma de embestir. Gran torero de plata Andrés. En las primeras series con la muleta parece que el toro va mejor, Tomás parece que alarga las embestidas del animal pero es un espejismo porque el toro se viene abajo, el de Pepino da algún muletazo con cierta enjundia, pero su labor no cala en el personal que ha pasado por taquilla. Monta la espada para cobrar una entera desprendida. Escucha un silencio muy significativo y hay comentarios de ¿qué le pasa a Rufo que nos lo han cambiado?.

Se desmonteró Fernando Sánchez tras banderillear al sexto de la tarde, aunque siempre lo hizo por el pitón izquierdo, las dos veces y no siempre asomándose al balcón, pero como todos se saben el nombre de este torero, pues se le aplaude casi siempre, en fin es lo que hay.

Y esto ha sido todo por hoy. Mañana más y mejor a ver si es posible.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Galería fotográfica: © Alfredo Arévalo (Plaza1)

Ficha del Festejo:

Hierro de Alcurrucén - España

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Octavo festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros de Alcurrucén, bien presentados.

MORANTE DE LA PUEBLA, silencio y ovación.

JULIÁN LÓPEZ ‘EL JULI’, ovación y ovación tras aviso.

TOMÁS RUFO, silencio tras aviso y silencio.

Incidencias: El banderillero Fernando Sánchez se desmonteró tras parear al sexto.