«Bastonito» salva el honor de la ganadería de Baltasar Ibán, un gran toro que debió ser premiado con la vuelta al ruedo.
A tenor de las fotos que se habían difundido por las redes sociales de los toros que se iban a lidiar en la tercera corrida de Feria todo hacía presagiar que se protestarían la mayoría cuando se hicieran presentes en el ruedo. Que si les faltaban remate, que si les hacía falta haber comido más pienso, que si llevaban sin beber tropecientas horas, que si tal que si cual pero el caso es que si en parte de esas quejas tenían razón los aficionados que asistieron al apartado de por la mañana, luego a medida que se iba viendo el juego de unos y otros la cosa iba cambiando de parecer.
De presencia un tanto irregular la corrida, pero con mucho que torear, exponer y demostrar, el caso es que la mayoría fueron aplaudidos en el arrastre y no solo eso sino que el lidiado en quinto lugar fue merecedor de que del palco colgara el pañuelo azul sin duda alguna y que el señor D. José María Fernández Egea, Presidente del festejo, no estimó conveniente en un alarde de poco aficionado y eso en Madrid debería ser el mínimo exigido para el que ocupa el palco presidencial.
El festejo iba transcurriendo con más o menos interés, el que ponían los pupilos de Baltasar Ibán, ganadería que marca sus reses en el lado izquierdo de sus toros cuando por lo general se marcan en el lado derecho, aceptando peleas en el caballo empujando y recibiendo la mayoría castigos excesivos como si hubiera órdenes previas de darles fuerte por si acaso ya que de sobra es sabido que los toros de este encaste admiten bien la pelea con las huestes montadas, tanto es así que ninguno mostró debilidad al salir de la suerte de varas a pesar de aquello de que les faltaba pienso, agua, etc.
Vayamos por partes que diría Jack el Destripador y hablemos de la corrida en cuanto a la actuación de la terna que encabezaba el paseíllo tras el cual se guardó un respetuoso minuto de silencio por el fallecimiento en el día de hoy del matador palentino Pedro Giraldo y que a la postre estaba compuesta por el mexicano El Calita, Francisco de Manuel y el toledano de Torrijos Álvaro Alarcón.
Salta al ruedo el primer toro de la tarde correspondiente al lote de El Calita, toro bien armado que quizás tapa la falta de remate que el animal presentaba, con más cintura que una modelo de pasarela pero que tiene humillación a pesar de no desplazarse demasiado en el capote y que acude con presteza al caballo metiendo los riñones en los dos encuentros reglamentarios y a pesar de que suele salir buscando siempre los terrenos de chiqueros se ve que es exigente e incierto pues viene midiendo a su matador en la muleta y llegando a los embroque con mucha parsimonia lo que hace que sus complicaciones vayan aumentando a medida que transcurre el último tercio. No se acopla el mexicano con él a pesar de provocarlo perdiendo pasos pero al toro le falta continuidad y ritmo en sus embestidas e incluso no muestra el peligro sordo que almacena visto lo cual El Calita receta media estocada un tanto baja que requiere del uso del descabello aunque no está acertado el torero, aviso previo hasta que el animal se echa por su cuenta. Silencio.
El segundo de su lote es un toro alto y largo con una cornamenta más parecida al de los toros de la Camarga francesa que a los que vemos por nuestra geografía e incluso muy ancho de sienes que ni humilla en el capote ni tampoco hace buena pelea en el caballo ya que hace sonar el estribo a base de cabezazos. En banderillas se muestra como un toro de Guisando cuando intenta parear El Lipi por el pitón izquierdo haciendo hasta cuatro pasadas en falso ante lo cual Pascual Mellinas en un alarde de profesionalidad pone dos pares por el pitón derecho a pesar de ser el tercero de la cuadrilla y que fueron suficientes para cambiar el tercio toda vez que el animal llevaba cuatro palos.
En la muleta le cuesta un mundo moverse al toro y a pesar que Calita se expone mucho dando el pecho y cruzándose el burel dice que nones, que no le dan ni un muletazo ante lo cual el diestro coge la espada y coloca una estocada muy baja recibiendo el torero un fuerte golpe en el pecho. Silencio.
Llega el turno de Francisco de Manuel, torero de Colmenar Viejo que comparecía por segunda vez esta temporada en Las Ventas ya que formó parte de la terna actuante el Domingo de Resurrección pasado.
Le corresponde hacerse cargo de la lidia y muerte de un toro muy del tipo Contreras, amplio de sienes pero con mucho cuello que fue protestado de salida por su aparente falta de remate y dudas sobre la veracidad de lo que anunciaba el cartelón sobre el peso del toro. Embiste con codicia al capote que le ofrece el torero de Colmenar y empuja con fuerza en el caballo en su primera cita con el montado y eso que en el segundo encuentro el estilo es peor tirando cornadas al peto, se pica trasero y mal. En banderillas persigue a Araujo a la salida del par haciendo hilo sin obedecer a los capotes de sus compañeros y eso que estaban bien colocados. Empieza El matador su labor muletera con doblones por abajo, el toro tiene movilidad pero genio tirando derrotes tras los embroque que además realiza siempre con la cara alta y poco a poco se va defendiendo el animal lo que hace que la labor de Francisco de Manuel tenga poca repercusión en los tendidos, coge la espada de acero y después de colocar un espadazo desprendido necesita de varios intentos con el verduguillo hasta que el toro se rinde y dobla. Aviso y silencio.
Y llega el quinto de la tarde BASTONITO de nombre y que al menos por eso hizo recordar a todos al famoso toro que hace 28 años lidió en esta plaza el colombiano César Rincón con un éxito espectacular abriendo la Puerta Grande aunque es de ley decir que si el juego del famoso toro mencionado fue extraordinario también fue un toro protestado de salida por su apariencia y que luego ha quedado en los anales del recuerdo. Pues bien el BASTONITO del día de hoy era de presencia impecable a pesar que no tenía la apariencia del tipo de la ganadería a la que pertenecía pues tenía cuajo, hondura, cuerpo, altura, enseñando las palas y demasiado ancho de pecho pero fue espectacular en todos los tercios de la lidia. El animal humilla en el capote arrastrando el hocico por el suelo, recibe dos puyazos arrancándose casi desde los medios, empujando con los riñones y cuando los tendidos eran un hervidero de emoción pidiendo un tercer encuentro con el picador de turno, el “aficionado” del palco nos privó de esa maravilla que es ver a un toro bravo acudir con alegría y desde lejos al caballo. Eso no se hace señor del palco a pesar de que el matador solicite el cambio lo que el público recriminó al torero de Colmenar e hizo que los aficionados tomasen partido de forma incondicional a favor del toro y en contra de Francisco de Manuel que inicia una faena de muleta hincado de hinojos en los medios, eso estaba muy bien pero ahora había que torear y eso era otra cosa, el toro seguía acudiendo solícito a la muleta haciendo el avión y surcos por la arena, era toro de apostar, de distancia como hizo Rincón en su día, de colocarse y conducir las embestidas por abajo pero aquello no fluía y poco a poco el desencanto se fue extendiendo en los tendidos, se iba un gran toro de triunfo pues si aquel de hace 28 años tuvo la suerte de encontrarse con César Rincón, el de hoy no tuvo tanta de encontrarse con Francisco de Manuel. Ha sido un toro no bravo, bravísimo con el que el colmenareño mató de estocada perpendicular y descabello tras oír un aviso. Saludos desde el tercio un poco por su cuenta y enfado del respetable por no haber colgado del palco el pañuelo azul por parte del Presidente que sin duda era merecidísimo que el BASTONITO de hoy diera la vuelta al ruedo arrastrado por el tiro de mulillas. ¡Que pena!.
Cerraba la terna Álvaro Alarcón y la verdad que no estuvo a la altura esperada durante la tarde de hoy a pesar de que bajo mi punto de vista fue el que menos suerte tuvo en el sorteo.
El tercero de la tarde era un toro algo zancudo, bastito y de cuello corto que acometía desde el principio buscando siempre la dirección a las tablas, en el caballo lo deja Alarcón de lejos y recibe el toro un gran puyazo ejecutado por Francisco Peña aunque en el segundo encuentro no se emplea demasiado. Llega el toro al último tercio con poca fijeza y fondo justo, con la cara demasiado alta lo que provoca muchos enganchones, demasiados, quizás si el toledano hubiera empezado pudiéndole por abajo podría haber sido otro cantar, pero no porque además al final el animal muestra indicios de abandonar la pelea. Estocada habilidosa y silencio.
Se hace presente el sexto de la tarde con la resaca por parte de los asistentes de lo que había acontecido en el quinto de la tarde, un toro típico de la línea Contreras que intenta humillar en el capote de Álvaro Alarcón a pesar de que no es un toro de embestidas claras y que hace una pelea poco interesante en varas echando la cara arriba.
La faena no logra en ningún momento llegar a los tendidos pues a pesar de la insistencia del toledano el toro es soso sosísimo y el de Torrijos no consigue alargar las embestidas aunque en algunas ocasiones lo llegó a intentar pero nada. De nuevo estocada habilidosa pero trasera y un tanto tendida acaba con el último del festejo de hoy. Silencio.
Y esto es todo por hoy, recuerden el nombre de BASTONITO de la ganadería de Baltasar Ibán pues se postula como firme candidato a premio gordo a pesar de que el señor Presidente que no le haya premiado esta tarde.
Mañana día de descanso pero el martes más y mejor.
Crónica: Tomás Mata Menchero.
Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)
Plaza de toros de Las Ventas de Madrid (Madrid).- Corrida de toros de Baltasar Ibán, bien presentados en líneas generales, flojos y nobles, salvo el 5º, el mejor de la tarde de nombre Bastonito que mereció ser premiado con la vuelta al ruedo.
Calita, silencio y silencio
Francisco de Manuel, silencio tras aviso y saluda ovación tras leve petición y dos avisos
Álvaro Alarcón, ovación y saluda ovación
