Destacó Rubén Pinar cortando las dos orejas del segundo y Emilio Huertas en su presentación como matador de toros en Albacete.

De nuevo la tauromaquia se puso las mejores galas de la solidaridad con los más necesitados, ayudando a la Institución Benéfica Sagrado Corazón de Jesús (Cotolengo) en la vigésimo séptima edición del tradicional festival albaceteño, que pretende cada año brindar su apoyo a esta Institución que vela por las personas más débiles y vulnerables de la capital manchega.

A las 18:30 arrancaba un paseíllo de sombreros de ala ancha y gorritas camperas con “El Inclusero” como padrino de cinco jóvenes que tienen como se suele decir “la hierba en la boca” y el hambre de triunfo como forma de vida. Gregorio Tébar “El Inclusero” puso comienzo al festival ante un novillo de Alcurrucén que apenas tuvo virtudes en su comportamiento. Algún detallito suelto de la veteranía emborronado con los aceros por el albaceteño fue el balance de su actuación, recogiendo amables palmitas desde el tercio entre algunos pitos.

   Rubén Pinar es un torero al que se le ve con facilidad la capacidad y el valor, unidos a las buenas formas que se gasta delante de los toros. Además de ello, atraviesa un momento de firmeza que transmite un asentamiento de torero hecho. Recibió al toro de Fernando Peña con elegancia a la verónica y vistosidad de chicuelina que remató a una mano. Hubo replica de Pinar al quite de Miguel Tendero con torería y arrojo por parte de ambos. En la muleta Pinar comenzó pronto a torear por la vía del temple “haciendo” la embestida del burraquito que se movió con nobleza y prontitud hasta que Pinar lo exigió por abajo en la tercera tanda con la diestra de una muleta que tiene, hoy por hoy, mucho poderío. En la corta distancia constató la firmeza y el asentamiento metiéndose entre los pitones y consiguiendo llegar a los tendidos con franqueza y sin alaracas. Todo muy torero y todo muy de verdad. Un pinchazo en la yema y una estocada dieron la rúbrica a una labor importante premiada con dos apéndices.

El tercero fue un novillo de Los Chospes que tuvo movilidad, pero sin llegar a entregarse en los trastos. Tuvo genio en la manera de aceptar la pelea que le plantó Miguel Tendero, muy enrazado desde el comienzo con el capote, donde fue arrollado sufriendo un golpe en la rodilla del que quedó muy dolorido. En la muleta tuvo en el comienzo lo más destacado, toreando bien con la diestra tras un pase cambiado en los medios. Después faltaron suavidad, distancia, tiempos y sobraron cercanías, toques fuertes y abuso de mando por parte de la franela del albaceteño. Para cerrarlo se gustó por abajo a dos manos y lo mató de dos pinchazos y estocada que le valieron la oreja.

 

Más feo de hechuras salió uno de Castillo de Montizon casi cubeto de cara, que cruzaba la vista y desconcertaba ya de salida por lo extraño de su comportamiento, que junto al primero fueron los más deslucidos. Sergio Serrano tuvo que sudar la gota gorda para enjaretar aquello de alguna manera. Se puso por ambos pitones sin llegar a extraer nada del que parecía un buey embistiendo, incluso recibiendo una voltereta del “granuja” que tuvo delante. Le cortó la oreja a base de pundonor tras una buena estocada al segundo intento.

Debutaba en Albacete como matador de toros Emilio Huertas al que correspondió un cuajado y hondo toro de Román Sorando que dio 570Kg en la báscula y que salió dormido y enterándose de todo lo que allí abajo ocurría. Dos delantales y una garbosa media fue lo poco que permitió con el percal. “El Turuta” se agarró bien con él en un sensacional puyazo donde apretó el cinqueño. Con los palos hay que destacar de nuevo a José Otero que se asomó al balcón de manera esplendida. En la muleta el de Sorando regaló un comienzo que Huertas supo aprovechar corriendo la mano por el lado derecho en dos tandas donde hubo mando y transmisión en ambos. Después “echó la persiana” el toro y el torero le buscó las vueltas acortando las distancias. Huertas se empleo en lo que era un “quiero y no puedo” estando muy por encima del toro el de Santa Cruz de Mudela. Tras pinchar en lo alto enterró el acero en buen sitio y cortó una oreja en el toro de su presentación en Albacete dejando buenas sensaciones.

Soltura y desparpajo a raudales demostró el novillero de la escuela taurina de Albacete Jose Fernando Molina ante el eral de Sonia González, que acudió incansable a los chismes permitiendo la variada e interesante actuación del chaval. Buen corte de torero y una mano izquierda que parece tener enjundia dejaron un buen sabor de boca en el tendido, que pidió la oreja con la que se cerró un entretenido festival.

 

Plaza de Toros de Albacete. Festival Con Picadores a beneficio del “Cotolengo”

Un tercio de entrada en tarde maravillosa en lo climatológico.

Se lidiaron novillos-toros de Alcurrucen, Fernando Peña, Los Chospes, Castillo de Montizon, Román Sorando y Sonia González, desiguales de presencia y comportamiento. Mejores, segundo y sexto.

“El Inclusero”: Saludos desde el tercio

Rubén Pinar: Dos orejas

Miguel Tendero: Oreja

Sergio Serrano: Oreja

Emilio Huertas: Oreja

José Fernando Molina: Oreja

Se desmonteró José Otero tras parear con brillantez al quinto.

Crónica: Víctor Dorado.

Fotos: M. del Moral

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