Los diestros Francisco José Espada e Isaac Fonseca resultaron heridos y el francés Juan Leal tuvo que matar 4 toros. El mexicano logró cortar una oreja al primero de su lote.
No se llenaron hoy los tendidos de las ventas pues a simple vista yo calculo que los que cubríamos las piedras seríamos algo así como dos tercios de entrada ya que muchos de los asistentes habituales prefirieron asistir a los actos que se celebraban en el centro de la capital con motivo de la consecución por parte del Real Madrid de su decimoquinta Copa de Champions, gesta a las que nos tienen acostumbrados a sus seguidores entre los que yo me cuento, pero que mi obligación hace que tenga que estar donde debo ya que mi celebración fue ayer hasta altas horas de la madrugada “¡Como no te voy a querer!”.
Hablando de lo que nos debe ocupar, quiero decir que algo no debe ir demasiado bien en las ganaderías españolas cuando una corrida anunciada de Pedraza de Yeltes tuvo que ser remendada con un toro de Torrestrella que se correría en sexto lugar con el consiguiente lío mañanero en los corrales.
La vacada de Pedraza de Yeltes está formada en su totalidad con sangre procedente de El Pilar que a su vez procede de Aldeanueva y que en la tarde de hoy no ha sido un dechado de presentación precisamente pues incluso en la báscula, si es que esta funciona correctamente, han dado pesos inferiores a los que nos tenían acostumbrados y ninguno negro como es habitual en este tipo de encaste.
Es esta ganadería la que da inicio a la semana denominada torista en esta feria aunque el próximo viernes nos hayan colado una de Victoriano del Río y Toros de Cortés que precisamente torista, torista no es como tampoco lo era otrora el remiendo en el día de hoy de Torrestrella que si bien años atrás era una ganadería a la que se apuntaban las figuras, últimamente no está atravesando lo que se podría decir un buen momento.
El parisino Juan Leal, el madrileño de Fuenlabrada Francisco José Espada y el mexicano de Morelia Isaac Fonseca fueron los matadores que encabezaron el paseíllo para hacerse cargo de la lidia y muerte de los toros que esperaban en los chiqueros.
Cruzando el ruedo parsimoniosamente se dirige Juan Leal a recibir a portagayola al primero de la tarde para lograr una larga cambiada de rodillas a un toro alto, largo con gran amplitud de sienes que sale lento de la oscuridad de la manga de chiqueros, erguida ya la figura el torero comprueba que no es el celo precisamente una de las virtudes del animal al salir suelto del capote del francés. Con discreción pasa el trámite del caballo para apretar a los de las banderillas tendiendo siempre hacia los terrenos de adentro. De rodillas inicia Juan Leal su labor con la muleta del que sale atropellado al querer pasárselo por la espalda. Como anunció el toro en su salida va perdiendo celo en el engaño del matador aunque muestra cierto embroque y nobleza. Es la faena de Juan medida de muletazos habituales en él pues poco a poco se va metiendo en las cercanías donde parece ser que este torero se siente más cómodo y logra algún muletazo templado pero que no llega con fuerza a los tendidos que hoy se muestran un tanto apáticos con la labor del torero. Lo prueba el diestro con la mano izquierda donde el toro acomete en línea recta para volverse a meter entre los pitones y finalizar con una estocada enterrada algo más profunda de lo que es la mitad que da con el animal en tierra. Silencio.
El cuarto es un toro de patas largas y cuajado que humilla en los capotazos de recibo aunque como el anterior de su lote lo hace con poco celo saliendo suelto. Castigado fuertemente por el picador que le correspondía guardar la puerta al ser imposible llevarlo a la jurisdicción del que se encontraba en la contra querencia, siendo a este al que acude para recibir otro puyazo de puro trámite. En banderillas decide el animal no gastar fuerzas en sus movimientos y tomando medidas a los que se acercaban rehiletes en mano.
Otro inicio pasándose al toro por la espalda del que puede sufrir un percance al ser zancadilleado con las patas traseras del manso animal. Pocas opciones le da el toro para el lucimiento y de nuevo acaba el torero en los terrenos de cercanías pues esta es la forma de interpretar su tauromaquia. La estocada es de una ejecución extraordinaria cobrada después de recibir un recado desde el palco y que necesita de un golpe de verduguillo. Silencio.
El segundo de la tarde le corresponde al fuenlabreño Francisco José Espada al que recibe el torero con el capote al que acude el animal humillando muchísimo desde metros antes de los embroques hasta que en una de sus acometidas sufre el burel un volantín del que sale tan mermado que hace que asome sobre el tapiz del palco el pañuelo verde.
Toraco basto apenas sin cuello y de edad avanzada es el primer sobrero de Chamaco que lo más bonito que lucía es la marca del hierro de esa casa que es la cabeza de un toro de perfil inspirado quizás en algún toro mejor que el que esta tarde lo portaba. El toro sale abanto y mansea en el caballo en su segunda cita y ni se había empleado en la primera. Quite de Isaac Fonseca en su turno correspondiente por chicuelinas de manos bajas y muy ceñidas tras las cuales se cambia el tercio acudiendo sin presteza el animal a su cita con los banderilleros a los que espera orientándose con sentido.
Por estatuarios empieza muleta en mano Francisco José Espada perdiendo las manos el toro aunque muestra cierta nobleza que el fuenlabreño trata de aprovechar consiguiendo con limpieza alguna serie con la mano diestra. Tan a gusto y relajado estaba el matador que como viene siendo habitual alarga en demasía la faena a la que por fin pone “end”, fin en inglés por aquello del partido de Wembley de ayer, después de escuchar un aviso conseguir introducir la espada en la anatomía del toro en un sitio aceptable de colocación al segundo intento. Silencio.
El segundo del lote del madrileño, segundo de su lote, es un toro alto y montado ancho de sienes que a veces se desplaza de lado en los lances que intenta dar Francisco José y que recibe muchísimos capotazos durante su lidia para llevarlo al caballero de turno con el que pelea sin emplearse en ningún momento.
Comienza el torero su labor con la pañosa por muletazos por alto cuando quizás hubiera sido por bajo lo más idóneo ya que el toro mostraba demasiada aspereza en sus acometidas y es entonces cuando al ser zancadilleado el matador con los cuartos traseros del toro, este lanza con fuerza el cuerpo del torero al aire con mucha violencia recibiendo unos golpes fortísimo en la cabeza y cayendo de forma muy fea a la arena donde queda visiblemente conmocionado e inerte.
Se hace cargo de la muerte del animal el director de lidia Juan Leal después de una desconcertante espera que nadie entendía y que el señor presidente del festejo Don Víctor Oliver no tomaba decisión alguna lo que significa un despropósito total en el palco que además olvidó meter para adentro el pañuelo blanco después de ordenar la salida del sexto toro confundiendo a todos los asistentes y que retiró después de que se avisase desde los tendidos. No era la tarde para bostezar precisamente señor del palco.
Se hace cargo por fin el francés de la lidia y muerte de este toro y lo hace doblándose con él, cosa que creo debería haber hecho el maltrecho torero que se encontraba ya en manos de D. Máximo García Padrós cirujano jefe de Las Ventas. Estocada casi entera acaba con la vida del animal tras ser recriminado por parte del público pues, al parecer, el diestro parisino intentaba hacer faena y eso no se veía bien toda vez que el herido Francisco José Espada ya llevaba algunos pasajes de su faena.
El toro más entipado de la corrida es el tercero de la tarde cuya lidia y muerte corresponde a Isaac Fonseca. Es este un toro fino de hechuras que muestra las palas de los pitones por delante y estrecho de sienes al que Isaac recibe con unas verónicas de buen trazo rematadas con unas medias fenomenales, mejor la tercera.
No tiene excesivamente fuerzas el toro que mansea en el caballo del que sale justito de fortaleza pero con buenos embroque lo que aprovechan los banderilleros en su tercio.
De rodillas comienza el de Morelia pasando de muleta al animal con mucha templanza para continuar con series de muletazos de buen trazo administrando perfectamente tanto las distancias como los espacios y ligando con colocación las nobles embestidas del toro, lo que consigue hacer con ambas manos, pero es con la mano zurda cuando sube el nivel de la faena citando de frente y a pies juntos vaciando las embestidas muy atrás. Estocada de perfecta ejecución y colocación a pesar de perfilarse muy lejos, no sabría yo decir si la mejor de la feria, hace que el toro doble y la plaza se cubra de pañuelos solicitando una oreja que el Presidente del festejo concede. Oreja de ley la conseguida por Isaac Fonseca que luce orgulloso en una vuelta al ruedo sin ninguna discrepancia.
Cierra la corrida de hoy un toro serio de Torrestrella, muy agresivo que sale con mucha frialdad parándole de buenas formas con el capote el de Morelia. La pelea en varas la hace sin fijeza y sin emplearse aunque se desplaza mejor en banderillas pero con la cara siempre a media altura.
Comienza Isaac la faena de muleta con la total decisión de conseguir algo gordo en el día de hoy pero la embestida del toro es bronca y áspera, aun así logra una serie con la mano izquierda de mucha importancia que al rematar con el pase de pecho sale prendido por la espalda y corneado de forma escalofriante colgando del pitón unos segundos vividos con mucha angustia y es trasladado con urgencia a la enfermería con grandes gestos de dolor por parte del torero. De media estocada se carga el director al desagradable animal y se acabaron los sustos de una vez.
Los banderilleros Juan Carlos Rey y Jesús Robledo “Tito” se desmonteraron tras parear al tercer toro de la tarde como también lo hicieron Raúl Ruiz por la lidia a ese mismo toro y Marc Leal al parear al cuarto.
Una lástima el desenlace final de la tarde por las cogidas tanto de Francisco José Espada que ya ha vertido sangre en esta plaza en más de una ocasión y de Isaac Fonseca cogido de forma muy fea en el sexto cuando hacía todo lo posible por lograr una salida por la Puerta Grande y que tuvo en sus manos de no haber sido por el percance recibido.
Desando a los toreros heridos una pronta recuperación doy por finalizada la crónica de hoy.
Para el martes ya esperan en los corrales los toros de José Escolar para Fernando Robleño, Damián Castaño y Gómez del Pilar.
Pasado mañana más y mejor.
Crónica: Tomás Mata Menchero
Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)
Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Vigésimo primer festejo de la Feria de San Isidro. Decimosexta corrida de toros. Tres cuartos de entrada. Toros de la ganadería de Pedraza de Yeltes, Chamaco (2º bis) y Torrestrella (6º).
Juan Leal: Silencio, Silencio tras aviso, Silencio en el que ha matado por Francisco José Espada y Silencio en el que ha matado por Isaac Fonseca.
Francisco José Espada: Silencio tras aviso en el único que ha matado.
Isaac Fonseca: Oreja tras aviso en el único que ha matado.
Parte médico de Francisco José Espada;
«Traumatismo craneoencefálico occipital con scalp. Pronóstico reservado que le impide continuar la lidia. Es trasladado al Hospital Fundación Jiménez Díaz».
Parte médico de Isaac Fonseca;
«Herida por asta de toro en cara posterior hemotórax izquierdo, con una trayectoria ascendente de 20 cm. que produce destrozos en músculos dorsal archo y paravertebrales, alcanzando y contusionando parrilla costal y apófisis espinosas dorsales. Puntazo corrido 1/3 superior muslo derecho».
Es intervenido quirúrgicamente bajo sedación y anestesia local en la enfermería de la plaza de toros y y trasladado posteriormente al Hospital Fraternidad Muprespa-Habana.
Pronóstico: Grave
Fdo: Dr. García Padrós / García Leirado
