El sevillano en una tarde muy importante logra cortar una oreja a cada uno de los toros que mató (uno más por el percance de Román), el valenciano Román cae herido de gravedad en el primero de la tarde y elmexicano Leo Valadez sin suerte en su lote.

Mucho se esperaba en la tarde de hoy de los toros que Victorino Martín había reseñado para la ocasión y comprobar si eran capaces de superar o al menos igualar el listón que habían dejado en la última corrida de San Isidro. Era grande el compromiso del ganadero y si bien sus pupilos no han llegado a conseguir las cotas de su última corrida lidiada en esta plaza, hay que reconocer que estos animales tienen algo especial y despiertan interés por donde quiera que salten a la arena de cualquier plaza y si es en Madrid mucho más ya que aquí se le mide con un rasero más exigente.

No ha sido este el encierro de esa casa el de mejor presentación ni mucho menos pues si alguien recuerda algún toro negro de capa de procedencia Santa Coloma y de 580 kg. que me lo diga y menos mal que no han saltado a la arena cualquiera de los dos sobreros de Saltillo de 585 kg. y 590 kg. respectivamente y eso que hubo motivos para que al menos saliera un pañuelo verde en el palco que hoy ocupaba  Don Víctor Oliver Rodríguez, sobre todo en el primero de la tarde y eso que ya es sabido lo complicado que es devolver un toro a los corrales y sobre todo si es el primero de la tarde.

La apariencia de terciaditos que aparentan estos animales de origen del Marqués de Albaserrada provocan confusión en algunos sectores del público, pero además en el día de hoy a alguno les faltaba el remate necesario para lo que venían siendo habituales en Las Ventas.

No han sido los “Victorinos” en el día de hoy un dechado de bravura que digamos e incluso alguno acusó falta de empuje, pero como tienen esas embestidas tan por abajo, a veces tan listos sabiendo que algo se dejan atrás y se vuelven con esa rapidez en busca de las zapatillas pues todo lo que se les haga tiene un mérito especial del que carece lo que se les haga a otros toros bobalicones que van y vienen sin más.

Conociendo al actual propietario de la ganadería de la A coronada sabemos que no se sentirá plenamente satisfecho de sus pupilos en la tarde de hoy, última del serial de otoño, pero como siempre hay un roto para un descosido ha tenido la suerte de que un torero exprimiera a fondo lo que en ocasiones los animales no ofrecían sacando partido de bureles que no querían pasar por el aro y que a base de exposición y colocación perfecta alcanzó cotas que no podíamos imaginar y ese torero tiene un nombre Borja Jiménez que de una forma u otra salvó el prestigio de la ganadería y mantuvo intactas las expectativas futuras del ganadero en una plaza de Madrid donde siempre es examinado con lupa y que en la tarde de hoy no cubrió en su totalidad el granito de los tendidos, cosa impensable en cualquier otra tarde de “victorinos” en el cartel.

Fueron los toreros Román, Borja Jiménez y Leo Valadez los que a las seis en punto de la tarde cruzaron el ruedo venteño en dirección al palco presidencial y que tras cambiar la seda por el percal se encargarían de dar lidia y muerte a los astados cárdenos, bueno menos uno sorprendentemente negro que se lidiaría en cuarto lugar y que era totalmente diferente en todo a los demás.

Irrumpe en el ruedo en primer lugar un toro bajo, con la morfología propia de su encaste de procedencia que humilla de salida sin acabar de salirse del capote que le ofrece Román pero demuestra estar muy justito de fuerzas por lo que se protesta desde los tendidos aunque el presidente hace caso omiso a tales muestras del respetable.

Poco a poco parece mantenerse en pie acusando ciertas dificultades a la hora de embestir complicando la labor del diestro valenciano que intenta imprimir temple a las acometidas del animal cuando en uno de sus muletazos el toro suelta la cara derrotando con tal certeza que hiere al torero en el muslo derecho. Sangra abundantemente el torero al que un subalterno le hace un torniquete con el corbatín, insiste Román en irse de nuevo a la cara del toro a pesar que desde un sector del tendido 7 le instaba a que se fuera a la enfermería. Coloca el matador medio espadazo haciendo la suerte visiblemente mermado y ante la imposibilidad de seguir hasta darle muerte fue llevado a las manos de D. Máximo García Padrós y es el segundo de la terna Borja Jiménez quien de certero descabello acaba con el toro.

Corresponde al diestro de Espartinas Borja Jiménez  un segundo toro escurrido de carnes y falta de remate en la culata quien se lo saca a los medios porfiando de forma muy torera con el capote. Ya con la muleta inicia Borja una faena de mucho mérito y mucha verdad atemperando la embestida del animal al que a base de colocación y entrega consigue someterle hasta tal punto que hace vibrar al tendido con muletazos de trazo perfecto con la mano izquierda, cargando la suerte, vaciando las embestidas atrás y en línea curva, templando con magisterio a un animal al que sometió totalmente. Estocada casi entera y tendida, aviso antes de echarse el toro y salen pañuelos en el tendido, tantos que se le concede una oreja sin duda ganada a ley.

Es el cuarto toro de la tarde un toro alto de viga recta y estrecho de sienes al que Borja Jiménez recibe con el capote muy por abajo saliéndose con el animal hacia los medios rematando con una media formidable. La faena de muleta doblándose de inicio tiene sabor añejo, realiza el torero tandas con ambas manos de forma muy templada llevando al toro muy tapado pues se vuelve siempre sobre las manos, distancia justa le da el de Espartinas para enganchar las embestidas y con suavidad para llevarlo atrás sin inercias. Dos series magníficas de naturales precedieron a un final de trasteo torerísimo y ligado, naturales a pies juntos perfectos, media estocada tendida, descabello a la primera tras recibir un aviso y oreja con unánime petición. Puerta Grande asegurada.

A portagayola se fue el rubio torero a recibir al sexto toro de la tarde en un alarde de entrega total para continuar con lances con una rodilla en tierra. Era el cárdeno un tanto vareado y terciado con pitones infinitos al que Borja Jiménez reduce la velocidad del toro templando su embestida en los primeros pasajes del tercio de muleta. Series con las dos manos con poder y mando sacando del animal lo que le costaba dar con muletazos con la zurda perfectos, suavidad en el manejo de la franela, colocación y temple imprimió el torero a las acometidas de un toro que en nigún momento quería dejarse ganar la pelea pero de nuevo sobre la mano derecha hizo vibrar al tendido y dominar absolutamente al encastado animal. Estocada exactamente igual que las anteriores y premio exactamente igual, una oreja. Gran dimensión la de Borja Jiménez en la tarde de hoy y Puerta Grande indiscutible, todos estuvimos de acuerdo.

Se esperaba con especial interés el regreso a Las Ventas del torero mexicano Leo Valadez después de que el pasado 21 de mayo cortara una oreja a un toro de Fuente Ymbro, pero en esta ocasión no ha podido lucirse como él y los que allí nos encontrábamos hubiéramos deseado pues ni siquiera con el capote ha podido brillar y eso que en el manejo del percal es un reconocido capotero, tan solo en un quite por delantales ha tenido la ocasión de demostrarlo.

El tercer toro, primero del lote de Leo Valadez es muy parecido en tipo al que salió en primer lugar e incluso de fuerzas parecidas, es decir justitas. Ayuda el de Aguascalientes con el capote al toro procurando que el personal del tendido no proteste en demasía la presencia del animal pues ha descubierto el torero que el toro humilla con cierta clase y parece ser su intención aprovecharlo, pero cuando llega a la muleta el cárdeno echa el freno de mano y acorta los desplazamientos de sus embestidas y se vuelve sobre las manos en mitad del trayecto. Consigue el mexicano muletazos de uno en uno de buena factura pero el caso es que su labor no tiene calado en los tendidos. Estocada desprendida y listo para el tiro de mulillas. Silencio y a esperar al quinto ya que se ha alterado el orden de la lidia al ser imposible que Román salga de la enfermería pues la certera cornada sufrida en el primer toro ha sido de consideración.

El quinto toro que es recibido por el diestro hidrocálido de rodillas frente a los chiqueros es un toro basto, cuello corto que tras su paso por el picador se emplea poco en los capotes y eso que ambos matadores tratan de lucirse alternando en los quites que a cada uno le corresponde pero quedó más en intención que otra cosa.

Ya en la muleta el toro no es claro en ninguna de sus intenciones, embroca una vez abajo y otras mirando al torero, toro complicado al que Valadez planta cara hasta conseguir una faena que si bien no es lo lucida que el torero deseara al menos la finaliza con doblones que someten al incierto animal. Se atasca con los aceros hasta el punto que llega a utilizar el verduguillo sin haber logrado poner la espada en la anatomía del burel. Silencio.

Y esto ha sido todo por hoy y por esta corrida última de la Feria de Otoño en la que ha habido un poco de todo como en botica aunque esta tarde se han visto cosas ciertamente buenas, en mi opinión debo decir que viva lo vivido con los dos mansos, mansísimos de Victoriano del Río el viernes y que hoy los de la A coronada han cumplido de forma justita y que un torero como Borja Jiménez ha salvado los muebles de forma a tener muy en cuenta para próximas citas en esta plaza.

Ah y no se puede consentir más que tanta gente salte a la arena cuando el torero está dando la vuelta triunfal al ruedo pues el festejo no acaba ahí y ni el diestro disfruta de lucir su trofeo ni el público puede despedirse de él como es debido, que salten después para izar a hombros al triunfador y de forma apoteósica salga por esa puerta merecida llevándole en volandas hasta la calle de Alcalá o hasta el hotel si quieren pero la vuelta al ruedo debe saborearla el torero como Dios manda.

Hasta el jueves si Dios quiere con la extraordinaria corrida del Día de la Hispanidad con la que echaremos el cierre a la temporada en Las Ventas del Espíritu Santo de Madrid.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Fotografía: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)

Ficha del Festejo:

Hierro de Victorino Martín - España Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Sexta y último festejo de la Feria de Otoño. Tres cuartos de entrada. Toros de Victorino Martín, desiguales de presentación y de hechuras.

• ROMÁN COLLADO, herido. 

• BORJA JIMÉNEZ, oreja tras aviso, oreja en el que mató por Román y oreja. 

• LEO VALADEZ, silencio y silencio. 

Parte médico de Román: ‘herida por asta de toro en la cara interna del tercio superior del muslo derecho, con una trayectoria ascendente y hacia dentro de 20 centímetros, produciendo destrozos en músculos aductores y alcanzando el pubis’.