Carla Otero, Victor Cerrato y Miguel Serrano se clasificaron para la gran final de la tercera edición del certamen novilleril «Villa de la Solana», tras cortar una oreja a cada uno de sus novillos. Deslucida y desclasada novillada del hierro albaceteño de Los Chospes, exceptuando el cuarto que tuvo transmisión y bravura. Adrián Reinosa debutó con picadores.

Que mejor forma para pasar la jornada de reflexión que el acudir a la bonita Plaza de Toros de La Solana para presenciar la novillada clasificatoria para la gran final, que se disputaban seis novilleros con la hierba en la boca y que además fueron capaces de atraer a sus seguidores de sus pueblos y llenar media plaza en una tarde calurosa, pero con una brisita agradable.

Siempre que vamos a La Solana es inevitable acodarnos de los buenos amigos que allí tenemos y en esta ocasión como no podía ser de otra manera, nos acordamos especialmente del amigo Román Uriel al que siempre veíamos en su barrera fumándose su puro y que desgraciadamente nos dejó hace unos meses.

Entrando ya en materia de la novillada, abrió cartel el novillero Víctor Acebo que pechó con el novillo más deslucido de la tarde. Apenas pudo brillar ni con capote ni con muleta ante el manso y desclasado primero. En la faena de muleta sufrió un puntazo al intentar rematar una serie. Falló a espadas y vio silenciada su labor.

Carla Otero es una novillera a la que ya conocemos de algunas temporadas y esta mujer lo que siempre hace es darlo todo, tiene un valor a prueba de bombas. Con el capote el novillo no se dejó y ya dio muestras de que en sus embestidas se colaba por el pitón derecho. Con la muleta Carla aguantó arreones, miradas y parones demostrando su valor y el oficio que ya tiene aprendido, para después de haberlo metido en la canasta al novillo, torear con gusto por momentos. Falló a espadas, pero aun así se le concedió una oreja pedida con fuerza que le serviría para entrar en la gran final del domingo.

Victor Cerrato actuaba en tercer lugar y como en los novillos anteriores, su enemigo apenas se dejó torear con el capote. Brindó su novillo al matador de toros David Parra y a sus hijos que se encontraban en el callejón. Con la muleta a base de apostar y quedarse quieto logró realizar una faena intermitente. Mató a la primera y cortó una oreja.

Lo mejor de la tarde llegó de la mano de Miguel Serrano, también por haberle tocado el único novillo de la tarde que de verdad se dejó y trasmitió algo. Recibió a su novillo de rodillas en el tercio hasta en tres ocasiones dejando su tarjeta de visita y sus claras intenciones de triunfar. Puso banderillas con más voluntad que acierto, tercio que debería pensar en apartarlo porque no le aporta nada a su tauromaquia. Con la muleta Serrano ligó tandas de mérito sobre todo con la mano derecha, destacando los pases de pecho. Se tiró a matar muy derecho, ejecutando muy bien la suerte, pero la espada quedó algo contraria y tuvo que utilizar el descabello en varias ocasiones. Aun así se le concedió una generosa oreja que le metía en la final.

El novillero Mario Honrubia pudo lucirse algo con el capote pero brevemente. Con la muleta el novillo se paró muy pronto y el de Talavera poco pudo hacer. El fallo a espadas dejó su labor en silencio.

Debutaba con caballos el novillero de Ruidera, Adrián Reinosa. Con el capote lo intentó pero sin lograr la conjunción suficiente para brillar. Brindó el novillo de su debut con los del castoreño a su padre en un gesto cariñoso. Con la muleta anduvo voluntarioso, pero este descastado sexto también se paró pronto y Adrián poco pudo lucirse. Aun así de haber utilizado los aceros con acierto hubiese tenido posibilidades de entrar en la final. El tema de la espada Adrián debe hacérselo mirar porque son muchos triunfos los que se le han escapado por no saber afrontar este último tercio con solvencia. Escuchó algunas palmas.

No quiero dejar de hacer una reflexión sobre estos festejos y la actitud del palco presidencial. En esta ocasión bajo mi punto de vista se han clasificado los tres novilleros que mejor estuvieron, pero el conceder trofeos después de estocadas que han hecho guardia, de numerosos fallos con el verduguillo y verdaderos sainetes con los aceros, es un error, pues se están jugando entrar en una final y la concesión o no de un trofeo puede ser determinante para acceder a un puesto en la final. Debe ser más serio. Desconozco las bases y quien compone el jurado, pero cuidado con esto si de verdad se le quiere dar a este certamen la categoría suficiente para que se hable de el dentro del circuito de novilladas picadas de España.

Ficha del festejo

Plaza de toros de La Solana (Ciudad Real). Semifinal del III certamen Villa de La Solana. Novillada con picadores. Media entrada.

Se lidiaron seis novillos de Los Chospes, bien presentados. Deslucidos y descastados. Mejor el cuarto.

Víctor Acebo: silencio.
Carla Otero: oreja.
Víctor Cerrato: oreja.
Miguel Serrano: oreja con aviso.
Mario Honrubia: vuelta tras aviso.
Adrián Reinosa, que debutaba con picadores: ovación tras aviso.

Al término del festejo el jurado declaró finalistas a Carla Otero, Víctor Cerrato y Miguel Serrano.

Crónica y galería fotográfica: © Manuel del Moral Manzanares