Interesante corrida de Jaralta, donde Antonio Nazaréredondea una gran tarde. Rafita Serna se sumó al triunfo y Cadaval se llevó el peor lote.

Villarrubia de los Ojos, fue menos Villarrubia que de costumbre, en cuanto al aspecto que los tendidos de su cubierta mostraron. La transición del modelo gestión/ayuntamiento, al modelo gestión/empresa no funcionó en la tarde de ayer, registrando una de las peores entradas que recordamos en esta plaza.

Sin embargo en cuanto a la presencia del toro, Villarrubiafue más Villarrubia que años atrás. La corrida de Jaraltafue a buen seguro, una de las más serias que salten a los ruedos de la presente temporada ciudarrealeña. Volumen y caras tuvieron todos de muchas plazas de primera, así como trapío para la gran mayoría de los ruedos más importantes. A la fachada acompañaron las ideas, con toros interesantes, como primero y segundo, por no decir del súper-clase lidiado en cuarto lugar, merecidamente premiado con una vuelta al ruedo. El resto fueron algo más deslucidos pero dejaron estar, salvo el marrajosexto, que resultó el garbanzo negro del encierro.

Antonio Nazaré se llevó la tarde. El torero de Dos Hermanas cuajó una gran actuacion. Abrió cartel por sus diez años de alternativa ante dos jóvenes, pero Nazaré es un torero con todo por decir aun en esta profesión. Uno de los muchos toreros con capacidad, relegados a situaciones donde cuesta verlos vestidos de luces. El primero tuvo un tranco agradable para aprovechar sus inercias y sus bondades, además de buena condición a la hora de obedecer a los chismes. A la verónica se fue saliendo a los medios Nazaré para abrochar una bonita media en la boca de riego. Sensacional Alejandro Sobrino con el capote, dándole continuidad a la calidad del toro, por la vía de la suavidad de una brega importante del de La Puebla del Rio. La faena tuvo medida y temple. Las fuerzas no le sobraban y había que pulsear. En los compases finales una gran serie al natural y el gusto del toreo por abajo y a dos manos de Nazaré ensalzaron el epílogo. La estocada en buen sitio era más que suficiente, dos orejas.

El cuarto fue guapo, a la par de serio como toda la corrida. Cerrando la cara, acodando sus pitones y yendo con todo allí donde le llamaban. El airoso recibo a pies juntos, para después dejarlo con cierta distancia al caballo, al que se arrancó con alegría el de Jaralta, tomando un puyazo algo trasero y arriba, empujando y poniendo la cara abajo. En la lidia, también llevada a cabo por Alejandro Sobrino, tuvo algo de incierto el comportamiento del toro, el cual pareció apuntar querencia a toriles, pero sin llegar a cantar. Deslucía la brega al quererse salir a los medios de manera informal, algo despistado quizá. Fue cuando quedaron toro y torero solos en el ruedo, cuando “Doctor” entregó su fondo de bravura a la franela rastrera y poderosa de Nazaré. Clave los comienzos por el lado derecho, donde el de Dos Hermanas rompió mucho en línea recta un trazo que el toro a la postre agradeció. Tras dichos compases de elaboración de faena, pasó Nazaré a exigir por abajo un fondo de bravura, que tuvo el herrado con el número 43. Fijeza, prontitud, calidad, humillación y durabilidad, fueron varios de los matices que resumieron a “Doctor”. La franela del sevillano muy templada, con el diestro muy encajado, queriéndo siempre vaciar atrás los muletazos, y consiguiendo una profundidad magnifica, sobre todo al natural, donde este torero tiene uno de sus tesoros. Hubo naturales a cámara lenta, prendidos en los vuelos de una “pañosa” manejada con las yemas, capaz de dibujar verdaderos carteles de toros. Todo lo realizado además tuvo sabor y torería, sin alaracas, un toro bravo embistiendo y un torero con mucha verdad, consiguiendo profundidad y belleza. La espada de nuevo al hoyo de las agujas. El rabo a manos del sevillano y la vuelta al ruedo para “Doctor” ¡qué gusto cuando las cosas salen así!

Rafael Serna tuvo una tarde entonada, desde la buena disposición mostrada en todo momento. Sin arrugarse leplantó cara a dos serios animales de manera muy digna y resuelta, hecho a destacar por el poco rodaje del sevillano. Meció de manera acompasada los brazos a la verónica, para recibir a su primero, un toro con buena condición de Jaralta, al que no acompañaron las fuerzas. Una pena, porque la manera de acudir a los cites y de coger los engaños tenían calidad. Serna consiguió por momentos templar al toro y obtener brillantez por ambos lados, pero faltaba motor en el toro. Apretó el torero en las postrimerías, dejándose llegar al animal en la corta distancia por la vía del arrojo y el valor. Una oreja, tras un espadazo casi entero y descabello.

Al que hizo quinto fue muy complicado exigirle por abajo para obtener lucimiento. Falto de clase y áspero en los embroques, hacía de nuevo emplearse a Serna por otra vía distinta a la del toreo clásico que contiene su concepto. De nuevo oreja para el sevillano que se aseguraba salir a hombros junto a Nazaré.

Alfonso Cadaval tuvo que bailar con las más feas, ya que ambos toros de su lote ofrecieron las peores condiciones del encierro de Jaralta. El lidiado en tercer lugar ya le pegó un serio aviso por el lado izquierdo, a punto de prenderlo. Después el calamocheo constante y la tosca embestida no iban a dejar a Cadaval estar a gusto. Sensacional en banderillas Rafael Rosa con este toro.

Si fue deslucido su primero, el que cerró la tarde fue unprenda de mucho cuidado. Del puyazo salió hacia las tablas, refugiándose en ellas como el zorro que se queda detrás de la mata. Imposible. Alfonso Cadaval lo intentó y realizó una apuesta por la vía de la vergüenza torera, jugándose la voltereta del serio y cinqueño sexto de Jaralta. Resolvió con nota la papeleta el trianero y escuchó palmas del respetable.

Plaza de Toros de Villarrubia de los Ojos. Un cuarto de plaza.

Se lidiaron toros de Jaralta, bien presentados, muy serios en general. Resultó extraordinario el cuarto, de nombre “Doctor” con el número 43, premiado con la vuelta al ruedo. El resto, tuvieron virtudes y buena condición primero y segundo; al tercero le faltó clase y al quinto recorrido. El garbanzo negro, el peligroso sexto.

Crónica: Víctor Dorado Prado

Fotos: @Manuel del Moral 

Antonio Nazaré, de berenjena y oro: Dos orejas y dos orejas y rabo.

Rafael Serna, de azul eléctrico y oro: Oreja y oreja

Alfonso Cadaval, de gris perla y oro: Silencio y ovación.

Nazaré y Serna salieron a hombros por la puerta grande.