Puerta Grande para Jarocho que bordó el toreo al natural en el sexto y realiza una de las faenas más importantes de la temporada en Las Ventas. Alejandro Peñaranda e Ismael Martín cortaron un trofeo por coleta.

Hasta pocos minutos antes de comenzar el festejo de hoy todo eran miradas dirigidas al cielo pues la tarde era fea y desapacible en lo meteorológico, nubes negras, lluvia y banderas ondeando hacia adentro, lo que no mermaba un ápice el gran ambiente que se veía por los alrededores pues lo anunciado en los carteles era de mucho interés para los aficionados, pero Zeus Dios griego señor de las nubes y de la lluvia se puso de acuerdo con Eolo y nos dieron una tregua para que la novillada se pudiera celebrar con toda normalidad y poco a poco los tendidos se fueron llenando hasta cubrirse en más de tres cuartas partes de su aforo. Vaya dos aficionados han resultado ser tanto Zeus como Eolo con lo calladito que se lo tenían.

Cuando Don José Luis González González, Presidente del festejo, sacó el pañuelo blanco ya nos podíamos deshacer de impermeables, chubasqueros, paraguas y demás achiperres que algunos nos habíamos enfundado para guarecernos de las inclemencias del tiempo.

En los chiqueros esperaban para la ocasión seis novillos de Fuente Ymbro de origen Jandilla y que pastaban en tierras gaditanas de presentación aceptable en general aunque algunos un tanto justos para esta plaza y que resultaron ser complicaditos, con más genio que bravura pero eso sí, encastados, flojos en los primeros tercios aunque después se venían un tanto arriba, cambiantes en su comportamiento durante el transcurso de sus lidias, exigentes para los novilleros y que en el tercio de varas no se emplearon demasiado pues algunos se repuchaban, otros salían sueltos y el que parecía que empujaba lo hacía de mentirijillas.

Alejandro Peñaranda de Iniesta provincia de Cuenca, el salmantino aunque su lugar de nacimiento fue Zurich de la Suiza de toda la vida Ismael Martín y el burgalés de Huerta del Rey Roberto Martín “Jarocho” eran los novilleros que encabezaban el paseíllo de esta tarde.

Le correspondió hacerse cargo de la lidia y muerte a Alejandro Peñaranda del primero que salió de chiqueros, un novillo algo justo de remate pero de buenas hechuras que acomete con la cara abajo cuando le presenta el novillero el capote aunque se le nota cierta debilidad y que en el caballo se defiende aunque empuja con rectitud, la debilidad la muestra más en el segundo tercio donde se lo piensa antes de iniciar unas embestidas muy cortas.

Muleta en mano comienza el de Iniesta una labor en la que el novillo se muestra muy informal en sus desplazamientos pero Alejandro tiene la virtud de no dejarse enganchar la franela y ahí va dominando al animal que a pesar de meter la cara abajo en los embroques siempre acaba tirando derrotes al final. Se muestra más seguro el novillero con la muleta en la mano izquierda para conseguir una serie de mucho mérito y cuando vuelve a la diestra las embestidas son diferentes y más templaditas para finalizar con bernadinas sin la ayuda de la espada, unas más ajustadas que otras, arlesinas le llaman algunos a ese lance, posteriormente entra a matar pinchando en primera instancias pues claramente se deja el brazo atrás y colocando una buena estocada de ejecución y colocación al segundo intento dejando una muy buena sensación. Ovación.

El cuarto novillo es una preciosidad, jabonero de capa y con cuajo digno de Madrid que cuando ve delante el capote que le ofrece Alejandro le viene midiendo y despacio. Picotazo en el primer puyazo para con posterioridad tomar otro ya metiéndole las cuerdas aunque no hace buena pelea, en el segundo tercio espera siempre hasta que los banderilleros llegan a su jurisdicción pero se vislumbra cierta calidad. Con doblones comienza Peñaranda su labor muletera que el novillo toma con pujanza y desde larga distancia, el de Fuente Ymbro ha cambiado y hay que llevarlo siempre sometido por abajo y el novillero lo ve claro hasta que sufre una fuerte voltereta al rematar por arriba una serie ejecutada sobre la mano izquierda.

Cuando vuelve a la cara del animal lo hace colocándose mucho mejor y la faena toma cuerpo sobre todo en una tanda de naturales ya metido más en las rayas que hacen que el público vibre, se va a por el acero y cobra una estocada yéndose muy derecho, la colocación es un punto desprendida pero el jabonero cae con prontitud, pañuelos al aire y oreja merecida que el albaceteño pasea sin protestas de casi nadie, de ley si señor.

Indómito se llamaba el tercer novillo de la tarde, muy justo para haber pasado el reconocimiento y cornidelantero el que acude al capote de inicio con alegría y desplazamientos largos logrando Ismael Martín unas verónicas de buen trazo rematando en los medios.

El novillo tiene clase aunque de fortaleza está justito pero quiere coger los engaños por abajo y repetición.

Es el salmantino de Zurich o el de Zurich de Salamanca un novillero que realiza el segundo tercio habitualmente y aquí no iba a ser menos pero en esta ocasión con muy mala fortuna pues ninguna de los pares que intentó fueron nada del otro mundo, casi se podría decir que estuvo mal con la banderillas lo que no mermó para nada su disposición cuando cogió los trastos para el tercio final cuya labor inició con estatuarios que el novillo aceptó perezoso y con la cara mirando a las nubes y con escasa calidad y falta de continuidad. Hay que averiguar cual es la distancia ideal pues en la corta no se desliza y en la media o larga distancia el animal echa el freno y se para, llega incluso a hacerse el dueño de aquellos desarrollando peligro por los dos pitones. Estocada baja de efecto fulminante. Silencio.

Enseñando las puntas aparece un novillo alto y serio, segundo del lote de Ismael que con el capote solo puede limitarse a pasarlo de un lado a otro sin más y que al encontrarse por segunda vez con el picador sale de najas rehuyendo la pelea ya que en la primera cabeceaba con intención de quitarse aquello de encima.

El novillo se mueve y galopa en el segundo tercio lo que aprovechó esta vez Ismael para estar más acertado con los palitroques que en su primer novillo aunque tampoco como para decir lucidísimo.

De rodillas en un alarde de valentía inicia el novillero su faena con un afarolado que nos recordó a los aficionados de cierta edad un inicio de faena de Julio Robles en un lugar semejante, quizás en homenaje al desaparecido maestro empezó de esta guisa su labor Ismael al ser torero de su tierra. Se entrega el salmantino en una faena dando distancia a su oponente y que exige mucho al torero por las dificultades que nuestra quedándose siempre debajo de la muleta, por el pitón izquierdo sale suelto pero el novillero no está dispuesto a que el novillo se le suba encima y porfía con él logrando momentos muy interesantes sobre todo en unas arriesgadísimas bernadinas pasándose al animal muy cerca y embistiendo este con la cara muy alta. Estocada cobrada tirándose muy derecho y aunque cae desprendidilla el público saca los pañuelos en petición que el Presidente estima mayoritaria y le concede una oreja.

Y llega el turno de Jarocho, alumno de la escuela taurina «Yiyo»  y que para la ocasión venía acompañado desde el callejón por el director de la escuela Fernando Robleño y uno de sus profesores Sergio Aguilar, casi na.

Jarocho hacía su presentación en Las Ventas y su debut lo hizo con el primer sobrero perteneciente a la ganadería de Villanueva toda vez que el de la ganadería titular fue devuelto por la invalidez que manifestó de salida a pesar de acudir dos veces al picador de turno. El de Villanueva era un novillo muy serio, un toro diría yo, de armadura amplia y acometidas muy bruscas al capote que le presenta Jarocho y que mansea en varas, pocas esperanzas de triunfo se adivinaban. Se pasa el segundo tercio de puro trámite e inicia el de Huerta del Rey postrado de hinojos la faena a este toro tan incierto pero si el novillo no pone nada ya lo pongo yo debió pensar el novillero y con la mano derecha consigue pasajes interesantes que se diluyen con la muleta en la zurda y lo poco que consigue lo hace el esfuerzo del alumno de la escuela del Batán a base de colocación y templanza con la mano izquierda finalizando con una serie más ligada con la diestra. En buen sitio cae la estocada aunque solo logra enterrar la mitad del acero, recibe un aviso pero el público le invita a dar la vuelta al ruedo pues la petición de oreja no llega a ser mayoritaria.

La tarde está interesante y con muchas cosas se comentaban entre los aficionados cuando sale el sexto y último novillo de la tarde. Este si es un novillo de los madriles, este si es el novillo que nos gusta por estos lares, serio con los pitones vueltecitos, con cuello y con toda la pinta de embestir a tenor de sus hechuras que acepta de buenas maneras la larga cambiada y las verónicas del novillero en los lances de recibo. Acude de lejos al caballo aunque solo empuja con un pitón cosa que corrige en su segunda cita metiendo la cara abajo. En banderillas, el padre del novillero Roberto Martín Jarocho coloca dos pares extraordinarios. Esto suena a fanfarrias de algo gordo.

Con derechazos templados de rodillas, muy jaleadas desde los tendidos, inicia Jarocho su labor muletera, le da distancia al novillo sufriendo dos sustos que no amedrentan al chaval que a base de exposición y colocarse muy cruzado provoca y conduce las embestidas de forma muy templada, el novillo se siente podido y se pone un tanto reservón pero es ahí donde surge la magia del toreo que atesora el de la escuela de Madrid y con la muleta en la mano izquierda citando de frente y con las zapatillas clavadas en la arena, de uno en uno consigue dos tandas de naturales extraordinarios que hace que los de los tendidos se pongan en pie. Salvando las diferencias que hay entre un matador de alternativa y un novillero o entre un toro y un novillo, quienes no vieran la faena de Emilio de Justo el pasado día 17 y hayan visto los naturales de Jarocho hoy decirles que casi fueron calcados y quienes vieran los naturales de Emilio de Justo el día de La Quinta y no hayan visto los de Jarocho hoy decirles que viendo unos han visto los otros, sea dicho esto bajo mi opinión particular. Con doblones con mucho mando después de otra serie de naturales finaliza la faena con un público entregadísimo convencido de que aquello había sido extraordinario y cuando introduce el acero entero en un sitio que quizás no era en todo lo alto pero no andaba muy lejos los tendidos se pueblan de pañuelos y del palco presidencial cuelgan dos pañuelos blancos. Puerta Grande vuelta al ruedo en loor de multitud y salida en volandas hasta la calle de Alcalá rodeado de todos los chavales compañeros de la escuela taurina  «Yiyo» y de otros muchos aficionados entusiasmados por lo acontecido.

Gracias Zeus, gracias Eolo por habernos hecho disfrutar de una tarde como esta en la que en principio nos temíamos peor en lo que a la climatología se refiere y que en lo artístico ha resultado fenomenal.

Y esto ha sido todo por hoy, mañana más y mejor si Dios quiere.

Crónica: Tomás Mata Menchero

Foto: © Alfredo Arévalo (Plaza 1)

Plaza de toros de Las Ventas. Segunda novillada de la Feria de San Isidro. Cinco novillos de Fuente Ymbro, y un sobrero de Villanueva (3º). Tres cuartos de entrada.

Alejandro Peñaranda, palmas  tras aviso y oreja.

Ismael Martín, silencio y oreja.

Jarocho, vuelta al ruedo tras aviso y petición y dos orejas. Entrada: Tres cuartos.

Se desmonteró Jarocho (padre), en un gran tercio de banderillas al sexto.

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